La investigación científica busca comprender y explicar la realidad a través de procesos como observar, verificar y predecir, mientras que la investigación tecnológica actúa para proveer soluciones prácticas mediante la determinación de problemas, el diseño e implementación de soluciones, y su evaluación. Ambas son formas de conocimiento aunque con fines distintos, y la tecnología surge como consecuencia de aplicar el conocimiento científico a problemas prácticos.