La cultura actual influye a los adolescentes haciendo que exijan gratificación inmediata y quieran cosas sin trabajar por ellas, distrayéndolos de asuntos importantes. También los hace moverse por sentimientos en lugar de la verdad y esperar que los adultos los saquen de problemas en vez de aceptar las consecuencias de sus actos. Además, alargar la adultez los hace vivir irritados y frustrados al demandarles mucho esfuerzo para participar en beneficios de la vida adulta como trabajar.