La ciencia se ha ganado una aceptación cultural como por todo la de la verdad, aprovechándose de esta posición muchas personas y organizaciones, han utilizado discursos pseudocientíficos para intentar convencer a una cantidad de personas. Por ejemplo en política o en mercadotecnia o también el llamado diseño inteligente, el cual no es una teoría científica es una interpretación del creacionismo que es de la religión cristiana, dándole una forma pseudocientífica para tratar de convencer a la gente. Sin embargo, no cuenta con los requerimientos de una ciencia. En otro ejemplo, la propaganda nazi usaba un discurso pseudocientífico para justificar el genocidio de judíos y gitanos. Bueno, hay que hacer una distinción entre el conocimiento original y verificado por la ciencia, entre los métodos que se usan en la ciencia y también en los propósitos con los cuales, se usa este conocimiento. Entonces por ejemplo, podemos tener conocimiento generado en la ciencia pero utilizado como propósitos no muy loables o también gente que utilice métodos científicos pero no para generar conocimiento sino para promover sus agendas personales. Veamos cómo se propagan las ideas. Podemos imitar desde recién nacidos. Por ejemplo, un bebé prematuro puede imitar expresiones faciales. Y esto también lo pueden hacer otras especies. Por ejemplo, monos recién nacidos pueden imitar también gestos. Tenemos mecanismos neuronales que permiten la imitación a un nivel reflejo. Por ejemplo, unas neuronas llamadas espejo se activan tanto al percibir como al ejecutar una acción. Entonces, nos permiten aprender a realizar una acción simplemente observándola. Y bueno, la imitación tiene muchas ventajas porque promueve la cooperación, también el aprendizaje y también la propagación de las ideas y el conocimiento.