Reforma pensiones eleva edad jubilación 67 y cotizar más años
1. COMENTARIO DE NOTICIA DE PERIÓDICO.
La noticia trata de que en la Seguridad Social no basta para pagar las pensiones porque cada vez en España hay
mas jubilados, parados, etc y menos empleados con los que parte de su sueldo ingresaba en la Seguridad Social y
se les pagaba.
Hay varias posibles soluciones para poder remediar estos problemas:
REFORMA DE LAS PENSIONES: El Gobierno y los sindicatos han
alcanzado un acuerdo para reformar las pensiones un año después
de que el Ejecutivo anunciase su voluntad de actualizar el sistema
para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. El envejecimiento de
la población complicará en un horizonte de entre 25 a 30 años su
viabilidad por la reducción de la masa de trabajadores frente a la de
jubilados, algo que tenían claro las partes al inicio de las
negociaciones. Según los estudios de Bruselas, si ahora hay cuatro
cotizantes por cada persona que cobra una pensión contributiva,
dentro de 50 años esta proporción se reducirá a la mitad. Gobierno
y sindicatos también coincidían en la necesidad de elevar la edad
real -no la legal- de jubilación de los 63,5 años actuales y acercarla
progresivamente a los 65. Donde había bastante más distancia era
en aumentar esta edad legal para retirarse a los 67, tal y como
defendió el Ejecutivo desde el primer momento, y la manera de
asegurar la solvencia de las pensiones, aunque al final unos y otros
han cedido en sus posturas iniciales para llegar a un pacto que
afectará al futuro de millones de trabajadores.
La edad de jubilación se eleva de 65 a 67 años para todos los
trabajadores. No obstante, no será de forma automática, ya que se
establecerá un periodo gradual para su entrada en vigor. Así, a
partir de 2013 se irá retrasando progresivamente la edad de retiro
de los 65 actuales hasta llegar a los 67 años en 2027. Es decir, en
2014 un trabajador se jubilará a los 65 años y mes y medio de edad,
en 2015 a los 65 y tres meses y así sucesivamente hasta alcanzar la
nueva edad de 67 al final del periodo.
Actualmente hay que trabajar un mínimo de 35 años para cobrar el
100% de la pensión. A partir de 2013, este plazo se aumentará
progresivamente hasta alcanzar los 37 años en 2027 para los que se
retiren a los 67 años. Quienes hayan cotizado durante 38,5 años
podrán retirarse a los 65 cobrando toda la pensión. En una
concesión a los sindicatos y con vistas a los jóvenes, el Gobierno ha
aceptado contabilizar como parte de la vida laboral los periodos
transcurridos como becarios, con un límite de dos años, y permitir
así llegar a esos 38 años y medio requeridos para retirarse a los 65.
Se está estudiando el efecto retroactivo esta medida de cuatro años
desde el momento que entre en vigor la reforma, previsiblemente
2013. En cualquier caso se tendrá que acreditar debidamente este
periodo de aprendizaje.
2. POLÍTICA PRONATALISTA: para dar una solución estructural al
problema de la sostenibilidad del sistema hay que empezar por
atacar sus causas de raíz. La primera y evidente es que hay que
atacar el problema de la baja natalidad, que está en torno a los 1,2
hijos en España. Una buena política de pensiones empieza por una
política pro-natalista. Los expertos han argumentado que establecer
una red de guarderías públicas costaría un 2% del PIB y tendría unos
efectos exponenciales sobre la natalidad. Y es más, estas políticas,
sumadas a otras de racionalización de las jornadas de trabajo
permitirían una masiva incorporación de la mujer al mercado de
trabajo. Hoy la tasa de empleo femenino está en torno al 58% (30
puntos menos que, por ejemplo, Dinamarca). Como demuestran los
estudios, la incorporación de la mujer al mundo laboral no sólo va
pareja con una mayor fecundidad sino que además permitiría
aumentar los ingresos públicos, la fuerza da trabajo y,
evidentemente, los cotizantes activos en la Seguridad Social. Así, más
trabajadoras y más hijos. Una lógica cuantitativa similar a los aportes
que la inmigración ha hecho al sistema de pensiones y que aseguró
su continuidad, si bien sostenible en el medio-largo plazo.
Las medidas más frecuentes son:
a) prohibir o limitar el uso por parte de las parejas de los métodos
para controlar la fecundidad
b) promover la natalidad mediante incentivos económicos o
propaganda.