Este documento discute cuatro principios clave para una terapia integral que trata a los pacientes con trastornos del movimiento: tratar al paciente como un ser completo, reconocerlo y tratarlo de forma individualizada, fomentar el diálogo entre paciente y terapeuta, y orientar el tratamiento a la vida cotidiana del paciente. También describe la importancia de la comunicación y el trato amable en la terapia.