El documento discute cómo el Evangelio asume y supera el Decálogo de la Antigua Alianza. Afirma que Jesús no vino a abolir la ley sino a cumplirla y llevarla a su perfección. El ideal moral del Decálogo se confirma y purifica en el Nuevo Testamento, resumiéndose en el precepto del amor. El Evangelio inaugura una nueva situación religiosa a través del don del Espíritu Santo.