El rey Carlos V murió en 1558 y pidió en su testamento ser enterrado en un nuevo emplazamiento, lo que dio lugar a la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial ordenado por Felipe II. El proyecto, desarrollado entre 1563 y 1584, fue encargado inicialmente a Juan Bautista de Toledo y luego se unieron otros arquitectos como Juan de Herrera. El enorme complejo de 33.327 m2 alberga un Panteón Real, una Basílica, una Biblioteca Real, un Palacio Real y un Monasterio o