1. La información «tiene que ver con la vigencia de una sociedad de uso intensivo del
conocimiento y no del trabajo. La clave es el conocimiento no la producción material.
La sociedad de la información es una sociedad del conocimiento. Se ocupa de la
sustancia del conocimiento discursivo. El conocimiento discursivo es analítico. Se basa
en la abstracción, la selección,
la simplificación, la reducción de la complejidad. En la sociedad de la información la
capacitación es discursiva: lo habitual es que un tercio de la fuerza de trabajo tenga
estudios universitarios o terciarios completos. Esto significa un incremento de lo que
Max Weber llamaba la racionalidad.
Esa capacidad en el conocimiento discursivo, un conocimiento muy codificado,
contrasta con la formación en los oficios de la sociedad industrial
» (p. 239). Por otra parte, Lasch presenta la desinformación como una consecuencia
imprevista del conocimiento o de la información del primer tipo: «Tiene que ver con la
sobrecarga de información. Este segundo tipo (seudoinformación) gana en ubicuidad y
se sale de control. Hoy la informacionalización
conduce a una sobrecarga de comunicaciones». Lasch cita para caracterizar este tipo de
información los siguientes: «escritos de inmediato,
sin reflexión, para ese mismo día, bajo la presión de la hora de cierre; inútiles mañana;
valiosos sólo durante 24 horas y no más. Esta información pierde significado y
significación con mucha rapidez. (…) El valor de la información es efímero. Es
inmediato. No tiene pasado ni futuro: ningún lugar para la reflexión y el argumento
razonado. A diferencia del discurso o el análisis discursivo no subsume los particulares
en universales. Es, en cambio, una masa de particulares sin universal». (p. 245).Y sigue
adjetivando
esta información-seudo como «collage de particulares», «una facticidad
violentamente imperativa».
El carácter inmediato de la intuición
ha aparecido habitualmente contrapuesto al conocimiento discursivo. La palabra
'discursivo' indica una serie de actos para captar la realidad del objeto. Discurso.
discurrir, conocimiento discursivo es, pues, un conocimiento que llega al término
apetecido mediante una serie de aproximaciones sucesivas, es decir, de un modo
indirecto
El método discursivo tiene que ver con la palabra "discurrir" y con la palabra
"discurso". Discurrir y discurso dan la idea no de un único acto enderezado
hacia el objeto, sino de una serie de actos, de una serie de esfuerzos sucesivos
para captar la esencia o realidad del objeto.
Discurso, discurrir, conocimiento discursivo es, pues, un conocimiento que llaga
al termino apetecido mediante una serie de esfuerzos sucesivos que consisten en
ir fijando, por aproximación sucesiva, una tesis que luego son contradichas,
discutidas por uno mismo, mejoradas, sustituidas por otras nuevas tesis o
afirmaciones, y así hasta llegar a abrazar por completo la realidad del objeto y
por consiguiente obtener, de esta manera el concepto.
El método discursivo es, pues, esencialmente un método indirecto. En vez de ir
el intelecto recto al objeto, se pasea, por decirlo así, alrededor del objeto, lo
considera y contempla en múltiples puntos de vista; lo va abrazando cada vez
2. mas de cerca, hasta que por fin consigue forjar un concepto que se aplica
perfectamente a él. el método discursivo es indirecto
DIANOIA. El término griego dia/-
noia significa, en general, "pensamiento",
"intelecto", "espíritu", etc. (y
también "un pensamiento", "una noción",
"una creencia", etc.). Desde
Platón ha sido común en la filosofía
griega usar dianoia para significar el
pensamiento discursivo, el pensar que
procede por razonamiento, a diferencia
de nohsij , noesis (v. ), entendida
como pensamiento intuitivo, es decir,
como captación intelectual inmediata
de una realidad (inteligible). En Rep.,
510 D, Platón se refiere al razonamiento
sobre las figuras visibles (de
la geometría) ; este razonamiento, dice
(ibid., 511 D), es un conocimiento
discursivo, διάνοια , y no un conocimiento
intuitivo o inteligencia, νόησις
Este conocimiento discursivo o dianoia
es algo intermedio entre la opinión,
δόξα, y la inteligencia, διάνοια .
En Platón la dianoia es, pues, inferior
a la noesis. En Aristóteles dianoia
es usado asimismo para designar el
pensamiento discursivo; todo lo que
es objeto de pensamiento discursivo,
to dianohto/n, e intuitivo, νοητόν ,
dice, es afirmado o negado por el
pensa-
DIA
miento (Met., Γ 7, 1012 a 2-3). Sin
embargo, Aristóteles usa a veces dianoia
en un sentido más amplio; así,
por ejemplo, al decir que todo pensamiento,
διάνοια , es práctico o "poético"
o teórico (ibid., E, 1, 1025 b 25).
Ello no significa que Aristóteles no
reconozca, al modo platónico, una
cierta superioridad de la noesis frente
a la dianoia. Así, en Met., Λ 9, 1074
b 36, Aristóteles distingue entre el
pensamiento, νόησις , como objeto de
sí mismo, "el pensamiento del pensamiento",
νόησις νοήσεως , propio de la
Inteligencia suprema o el Primer Motor
3. (v.), y otros modos de conocimiento,
tales como la ciencia, la sensación,
la opinión y el razonamiento
o pensamiento discursivo, διάνοια que
tienen por objeto algo distinto de ellos
mismos.
Otros autores han usado dianoia
como significando "razón" (Epicuro;
Cfr. D. Laerc., X, 144) o "pensamiento
racional" (Crisipo y otros estoicos).
Para Plotino la dianoia es una
función intelectual contrapuesta a la
sensación, a)i/sqhsij (Enn., I, 1, viii;
Cfr. también, I, 1, ix). Pero Plotino
distingue entre el pensamiento como
dianoia (y como epinoia, epinoia ), el
pensamiento como noesis, νόησις, y el
pensamiento de sí mismo. La dianoia
aisla lo que está unido (Enn., IV, iii,
9), la noesis, aunque supone multiplicidad
y es un pensar de segundo
rango (ibid., V, vi, 5), está siempre
ligada al ser (ibid., VII, vii, 40). El
pensamiento de sí mismo pertenece,
en cambio, propiamente a la inteligencia
(ibid., V, iii, 5) y es "pensamiento
en sentido propio" (ibid., V,
vi, 1 y 2).
Lo normal es considerar el
proceso discursivo como un pensar
que se apoya últimamente en un
pensar intuitivo. Éste proporciona el
contenido de la verdad; aquél, la
forma. Casi ninguno de los grandes
filósofos del pasado ha admitido la
posibilidad de un conocimiento
enteramente discursivo; en cambio,
se ha estimado posible lo que algunos
escolásticos (Santo Tomás) llamaban
cognitio sine diseur-su, y algunos
modernos (Descartes) simplex mentis
inspectio. La tendencia a subrayar la
importancia de uno u otro aspecto del
conocimiento ha determinado en gran
medida las correspondientes filosofías.
Así, puede decirse grosso modo que
hay insistencia en el conocimiento
simplici in-tuitu en Platón, Plotino,
Descartes y Spinoza, mientras que hay
insistencia en el conocimiento
4. discursivo en Aris-tóteles y Santo Tomás. El clásico
debate entre platónicos y aristotélicos
puede examinarse desde este punto
de vista.
En el sentido anterior, el discursus
alude al hecho del curso (cursus) de
un término a otro ( o de una proposición
a la otra) en el proceso de un
razonamiento (VÉASE), de tal suerte
que el discurso se detiene cuando se
pasa a una proposición considerada
como "evidente por sí misma" (o,
mejor, "evidente para nosotros"). En
la escolástica es frecuente entender
tal razonamiento como paso de la
causa a lo causado: cursus causae in
causatum.