Este documento ofrece consejos para padres cuyos hijos pequeños no quieren comer. Recomienda no obligarlos a comer, ya que cada niño tiene necesidades calóricas diferentes. Además, aconseja no asumir que no comen nada y que problemas de salud o celos pueden causar rechazo temporal a la comida. Finalmente, sugiere que los padres no deben sentirse culpables o enfadarse si sus hijos no comen, y que lo más importante es darles amor incondicional.