El documento habla sobre las aversiones alimentarias en los niños y estrategias para enfrentarlas. Explica que las aversiones se caracterizan por dificultades sensoriales y son comunes en la niñez temprana. Recomienda no presionar ni castigar a los niños para que prueben nuevos alimentos, sino exponerlos periódicamente a ellos. También destaca la importancia de crear un ambiente saludable donde los niños puedan regular su hambre y saciedad.
Según la Asociación Americana para la Discapacidad Intelectual (AAMR):
El funcionamiento intelectual general significativamente inferior a la media
Originado durante el periodo del desarrollo (0-18 años)
Asociado a un déficit en la conducta adaptativa
Según la Asociación Americana para la Discapacidad Intelectual (AAMR):
El funcionamiento intelectual general significativamente inferior a la media
Originado durante el periodo del desarrollo (0-18 años)
Asociado a un déficit en la conducta adaptativa
2. Aversiones Alimentarias
Una aversión
alimentaria se
caracteriza por una
dificultad sensorial y es
un desorden
alimentario común
durante la niñez
temprana.
El niño presenta
ansiedad, una
intolerancia a la
estimulación oral y
desafía a los padres
cuando le quieren dar
de comer un alimento
nuevo.
Las aversiones
alimentarias pueden
afectar directamente a
la familia del niño y
típicamente ocasionan
que comer en familia
se convierta en un
evento estresante.
3. ¿Cómo enfrentar las aversiones a los alimentos?
1. Una de las cosas más
importantes que se debe
recordar es que si el niño
no quiere probar una nueva
comida, no debe convertir
la situación en un campo de
batalla.
2. Jamás trate de
sobornarlo, negociar,
amenazarlo ni castigarlo
para que pruebe algo
nuevo.
3. En lugar de ello,
simplemente continúe
exponiéndolo a nuevos
alimentos periódicamente
4. 4. De ese modo, el niño
tendrá la oportunidad de
probar una nueva comida
cuando lo desee.
5. Lo más probable es que
con el tiempo probará y
aceptará una amplia
gama de alimentos, lo
cual hará de la hora de la
comida una experiencia
más sencilla tanto para
hijos como para padres.
5. La Academia
Americana de
Pediatría (AAP), que
insta a los adultos a
cargo de niños o
adolescentes que
permitan a éstos
decidir qué y cuánto
comen de entre lo
que se les ofrece.
En su opinión, y en la
de la Organización
Mundial de la Salud,
incluso con los bebés
se debe respetar su
innata capacidad de
autorregular la
cantidad de comida
que necesitan
Por su parte, el
Instituto de Medicina
de Estados Unidos
(Comité para las
Políticas de
Prevención de la
Obesidad en Niños)
emite la siguiente
recomendación de
salud pública:
“Se debe crear un
ambiente de
alimentación
saludable en el que
se dé respuesta a las
señales de hambre y
saciedad de los
niños”.[
La Academia Americana de
Pediatría (AAP) , Organización
Mundial de la Salud
6. “La presión para comer no es efectiva en la promoción de la ingesta de alimentos
y, de hecho puede traducirse en una aversión dietética. Las consecuencias de
estas prácticas experimentadas en la infancia perduran en la adolescencia y la
edad adulta. En apoyo de esta idea, los datos retrospectivos han hallado que
adolescentes y adultos jóvenes informaron de aversiones alimentarias, y
negativas a comer los alimentos que habían sido presionados para comer cuando
eran niños. Los datos revelan que presionar para ingerir alimentos no es una
estrategia eficaz en la promoción de una dieta saludable y puede ser
contraproducente y traducirse en una aversión duradera”.
Por último, y no menos importante, la presión para comer incrementa el riesgo
de padecer trastornos del comportamiento alimentario (como anorexia y
bulimia, dos patologías muy difíciles de tratar.
En 2011 en The Open Obesity Journal, en su artículo “Elementos que
contribuyen a la obesidad pediátrica en la adolescencia: más que un
simple desequilibrio energético”:
7. La aversión alimenticia ha sido clasificada dentro de cuatro grupos
de alimentos que son rechazados por las siguientes causas
específicas:
• Miedo
• Inapropiado
• Asqueroso/vomitivo
• Desagradable.
8. Estrategias de ayuda para reducir la aversión alimenticia
• Permite que tu hijo manipule y esté en contacto con alimentos de diferentes texturas
tanto y cuanto sea posible.
• Intentar sentaros a la mesa como una familia y comer las comidas juntas tanto como sea
posible.
• La hora de la comida se convertirá en algo que se anhela y que produce momentos de
disfrute .
• Haz de las comidas momentos divertidos, no estresantes.
• No obligues a tu hijo con demasiada cantidad o porción de comida en las horas que os
sentáis a comer, una cucharada de mesa por tipo de alimento, es más que suficiente
para comenzar.
• No ofrezcas más de tres tipos de alimentos diferentes en la misma comida.
• Si a tu hijo le dan arcadas al comer ciertos alimentos, deja que pase un intervalo de
varias semanas antes de ofrecérselo de nuevo.
• La cadena de alimentos debe tener similitudes en forma, color y textura para que
puedan serlo de éxito.
• Explica que esto no es aburrido y que hay muchos alimentos a elegir, y que comer la
misma comida a diario, no le proporciona la dieta variada que le es esencial para un
desarrollo sano y saludable.
9. Continuar la lactancia materna hasta los 2 años de
edad.
Probar de manera repetida con nuevos alimentos,
texturas y sabores.
Servir los alimentos en trozos pequeños que se
puedan tomar con las manos para facilitar la
exploración y la aceptación de los alimentos que se
ofrece por primera vez.
Comer en compañía del resto de la familia.
Evitar durante los tiempos de comida la distracciones
como la televisión, la música, el ruido excesivo,
discusiones.
Recomendaciones Nutricionales en
los niños prescolares
Para preescolares de 1 a 3 años se
recomienda:
10. Ofrecer alimentos de todos los grupos para promover
una dieta variada y completa.
No forzar al consumo de alimentos no aceptados.
En cada tiempo de comida los padres y cuidadores
deben modelar conductas alimentarias saludables.
Identificar las preferencias y rechazos por alimentos
específico.
Evitar las situaciones de chantajes o premios con los
alimentos rechazados, ya que estas son conductas
nocivas en la formación de hábitos alimentarios.
Para preescolares de 3 a 5
años se recomienda:
12. Según Judith Brown (2008) afirma. “El consumo
adecuado de hierro es necesario para prevenir su
deficiencia y la anemia consecuente en lactantes
mayores y preescolares” (pág.283).
13. Bibliografía :
Basulto, J. (2014). Guía nutricional para niños sanos de entre 2 y 11 años. a Journal of the
Academy of Nutrition and Dietetics., 1-5.
Gonzales, C. (2012). Mi niño no me come. Pediatria, 5.
Mena, B. (2011). Elementos que contribuyen a la obesidad pediátrica en la adolescencia.
The Open Obesity Journal, 8.