Este documento presenta algunas herramientas básicas para la gestión de riesgos en comunidades andinas venezolanas. Propone que los Centros de Ciencia en las escuelas, así como otras organizaciones estudiantiles y comunitarias, pueden desempeñar un papel importante en la sensibilización sobre la prevención de desastres y en la promoción de la participación ciudadana. También resalta la importancia de tomar en cuenta factores culturales como la improvisación y el arraigo comunitario para motivar la acción preventiva de manera
Similar a Construcción de la Participación y Prevención por un Ambiente Sano: Una propuesta para los Centros de Ciencias y otras Organizaciones Estudiantiles.
Similar a Construcción de la Participación y Prevención por un Ambiente Sano: Una propuesta para los Centros de Ciencias y otras Organizaciones Estudiantiles. (20)
Construcción de la Participación y Prevención por un Ambiente Sano: Una propuesta para los Centros de Ciencias y otras Organizaciones Estudiantiles.
1.
2. Asociación Civil “Núcleo de Geografía Viva”
Prolongación Av. Bolívar,
Res. Barcelona PB - Ph1 - La Parroquia
Telf - (0274) - 271.40.06 / 0412 - 788.33.69
Mérida - Venesuela
Autores: Pablo Kaplún-Soraya Medina.
Asesor principal: Jesús Delgado.
Revisión de estilo y textos: Tatiana Terán
Se agradecen los aportes de Julio Alexander Parra.
Portada: Ilustración de Adriana Sánchez
Escuela Estadal “Puerto Nuevo” 5to Grádo
Diagramación: Fernando J. Márquez M.
“Creatica Estudio Gráfico”
Mérida Junio de 2011
Hecho el deposito de ley
Deposito Legal: If07420113703544
ISBN: 980 - 07 - 25148
Se agradece las distintas colaboraciones de Escuela de Geografía de la
Universidad de los Andes, Fundapris, Embajada de Uruguay
Se autoriza su reproducción total o parcial, siempre y cuando se cite la fuente y se haga con fines no lucrativos.
Agradecemos que se envié un ejemplar de la reproducción a la dirección postal de Geografía Viva
3. Indice
Presentación. ..……..................................................................................................................pag 4
I.-Centros de Ciencias y otras organizaciones como
espacios de protagonismo estudiantil. ......................................................................................pag 5
II.- La improvisación y otros patrones culturales como
rasgos positivos y negativos. ....................................................................................................pag 6
III.- Afectividad y arraigo: de la improvisación a la prevención. .................................................pag 7
IV.- El autodiagnóstico y el monitoreo: docentes, vecinos, estudiantes y
sentido común pueden evaluar, prevenir y minimizar muchos peligros. ...................................pag 8
1.- Nuestra zona andina, toda ella, es área vulnerable
ante sismos, crecidas y deslaves. .............................................................................................pag 8
2.- Hay tradiciones constructivas populares que resultan
altamente vulnerables. ............................................................................................................pag 8
3.- Los Consejos Comunales, las Comunidades Educativas
y otras organizaciones comunitarias deben ejercer efectivamente
los poderes que le otorga la legislación actual de contraloría social. .......................................pag 10
4.- Las escuelas (al igual que las casas) deben ser manejadas
internamente guiándose por el sentido común, ya que las cosas que se
colocan colgadas de paredes y techos deben estar muy seguras. ............................................pag 11
5.- Hay medidas que permiten monitorear el estado de
las estructuras: grietas (sobre todo transversales), fracturas
de las base de las paredes. ...................................................................................................pag 11
6.- Limpieza de cauces. ..............................................................................................pag 12
7.- Muchas veces los taludes y vertientes inestables
pueden ser relativamente estabilizados con vegetación adecuada. .........................................pag 12
8.- Croquis de riesgos. ................................................................................................pag 13
9.- Señalizaciones. .....................................................................................................pag 14
V.- Los planes de gestión integral de riesgos. .........................................................................pag 15
VI.- Algunas medidas muy básicas para el “antes”, el “durante” y el “después”. .....................pag 16
VII.- La organización comunitaria y escolar, el elemento
más importante y ¿el más difícil?. ..........................................................................................pag 17
VIII.- ¿Cómo motivar la participación?. ..................................................................................pag 18
Glosario. ................................................................................................................................pag 19
Proyecto CONSTRU-PAS 3
4. Presentación
Se ha escrito mucho sobre la gestión de riesgos en los últimos años,
especialmente porque la población parece estar permanentemente amenazada ante los
desastres socionaturales en cualquier parte del mundo. A nivel periodístico esta
situación se asocia todo el tiempo al cambio climático, tema hoy día muy de moda y,
más allá de que los gobiernos del mundo no logran ponerse de acuerdo sobre las
consecuencias que esto genera y la forma en que se debe enfrentar, la gente se siente
vulnerable y quiere contar con herramientas para reducirlos.
En este sentido Geografía Viva, intenta aportar herramientas concretas de prevención
de riesgos en comunidades de los Andes Altos venezolanos.. Nuestra experiencia trata
del acompañamiento a comunidades pequeñas, donde a través de la organización
estudiantil conocida como “centros de ciencia” (cuyo nombre completo es “Centros de
Ciencia Tecnología y Educación Ambiental”, CCTEA) conformada en las escuelas de
estas comunidades, logramos enlazarnos con otros factores de la comunidad (padres y
representantes, organizaciones comunitarias, etc.), promoviendo la participación y
apropiación de un plan de gestión de riesgos. Consideramos además que para motivar
a esta participación es necesario tomar en cuenta factores afectivos, también hemos
visualizado que los niños/as y adolecentes se ganan para estas causas cuando
logramos su participación en radio como estrategia fundamental. En fin, con estos
puntos de partida ponemos este material en sus manos, convencidos que puede
resultar de utilidad y sabemos que el tenerlo impreso es una ventaja porque hay
comunidades que no cuentan con fácil acceso a internet.
Les presentamos esta guía como intento de poner a la orden de ustedes aquello que esta
experiencia, luego de tres años de trabajo con apoyo de diversas organizaciones que
fueron haciéndolo posible paso a paso, y hoy en una alianza entre: estudiantes de
servicio comunitario de la Escuela de Geografía de la Universidad de los Andes, la
Coordinación del Programa CCTEA de la Zona Educativa, Geografía Viva y el apoyo
financiero del PNUD-FMAM, logra un mínimo de sistematicidad para hacerlo llegar a
ustedes.
¹Geografía Viva es una asociación civil sin fines de lucro dedicada a la educación ambiental
comunitaria y promoción de la afectividad (información www.geograficaviva-venezuela.blogspot.com y
www.construpas.geografiaviva.org )
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5. I. -Centros de Ciencias y otras organizaciones como
espacios de protagonismo estudiantil
Los Centros de Ciencia son organizaciones estudiantiles consideradas, desde su
fundación (década de 1940), como espacios donde los estudiantes participan por vocación o
interés propio y no por una nota o premiación. Durante años fueron considerados espacios
extra-académicos y sólo hoy, con la noción del diseño curricular abierto que promueve la
educación bolivariana, se han incorporado como parte del currículo. De este modo siempre
han sido instancias embrionarias de lo que hoy día es parte del propio paradigma educativo
contemporáneo: la educación sólo es efectiva si promueve la participación protagónica del
estudiantado.
El nombre completo de estos centros es “Centros de Ciencia, Tecnología y Educación
Ambiental” (CCTEA), su mismo nombre indica que promueven una visión integradora y
además, si revisamos los documentos oficiales del Ministerio del Poder Popular para la
Educación (MPPE) sobre este Programa, encontraremos que promueven el quehacer
científico con pertinencia comunitaria, el diálogo de saberes popular-académico, la
tecnología popular como prioridad y la Educación Ambiental, en función de las
problemáticas locales reales. Una organización de este tipo es, por naturaleza, un espacio
propio para la integración escuela-comunidad a través de los Proyectos Educativos
Integrales Comunitarios (PEIC) y, por ende, para la promoción de planes de gestión integral
de riesgos asociados al cambio climático.
El paradigma participativo obviamente no es patrimonio exclusivo de los CCTEA. La
Convención Internacional de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes establece en
sus artículos 12, 24 y 29 que la participación es un derecho y una herramienta fundamental
para lograr una Educación de calidad y acorde con el grave deterioro ambiental que vivimos
hoy día; igualmente lo establece la Ley Orgánica de Protección al Niño, Niña y Adolescente
(LOPNNA). Es decir, cualquier organización estudiantil que desee desarrollar estrategias de
prevención resultan útiles, no solo porque en materia de gestión de riesgos ningún esfuerzo
puede ser descartado sino también por el hecho de que, es a través de la organización
autónoma, que los estudiantes pueden asumir una actitud activa y consciente frente a éstos.
Este tipo de protagonismo se incluye en lo que Geografía Viva y otras organizaciones
llamamos el ejercicio de la ciudadanía ambiental. Y es obvio que es impensable que esta
ciudadanía no puede ser ejercida por los niños, niñas y adolescentes solos, sino que
deben hacerlo inmersos en contextos de participación comunitaria más amplia.
Ser ciudadano supone la capacidad de influir en la toma de decisiones y los niños/as y
adolescentes no sólo pueden influir por el hecho que se les reconozca como
ciudadanos, también suelen ser una entrada simpática o, en algunos casos,
“impositiva” hacia sus mayores; por ejemplo, se ha tenido éxito en lograr que se
respete en comunidades el horario de sacada de los residuos a la acera cuando pasa el
servicio de aseo a través de la vigilancia que niños y niñas montan sobre sus padres,
madres y/o representantes.
Proyecto CONSTRU-PAS 5
6. II.- La improvisación y otros patrones culturales
como rasgos positivos y negativos.
Todos sabemos que Eudomar Santos es más que un personaje de una conocida
telenovela de comienzo de la década de los años 90. Su filosofía de “así como venga, vamos
viendo”, es el reflejo de un arquetipo del ser venezolano y latinoamericano. Nuestros pueblos,
en general, son muy poco previsivos. Esta característica tiene obvias consecuencias
negativas para la noción contemporánea de gestión de riesgos, pero así como juega en
contra, no puede negarse que la capacidad de improvisar nos hace pueblos más adaptables
frente a circunstancias difíciles y ello es una base importante para el desarrollo de la
resiliencia o capacidad para sobreponerse a eventos adversos. Así como sobre el terremoto
de Haití de enero de 2010 es visto por todos como una tragedia de proporciones gigantescas
como consecuencia de la miseria de un pueblo y la nula existencia de planes de gestión de
riesgos, también es cierto que no fueron pocos los que sobrellevaron –y todavía hoy
sobrellevan- aquella tragedia como algo que es factible de superar. El saber improvisar en
general, está asociado a la capacidad de saber tener sentido del humor, aun en las
circunstancias más difíciles, y esto es también un rasgo favorable de los latinos.
La capacidad de improvisar no es el único rasgo a tomar en cuenta para caracterizar a estos
pueblos y su actitud frente a los desastres, también lo es el externalizar las
responsabilidades. Solemos dejar en manos de Dios o del Gobierno nuestra cuota de
compromiso para prevenir. Si un desastre nos golpea es común que lo consideremos “castigo
de Dios” por algo malo que hayamos hecho, o si vivimos en sitios de riesgos le echamos la
culpa al Gobierno (independientemente de cuál sea su color) y de lo que pase con nuestras
viviendas, o esperamos que sea éste el que nos consiga la casa en las condiciones y sitios
adecuados…. “¡No juegue!, si aquí es peligroso entonces que venga Chávez y me ponga mi
casita donde debe ser….”
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7. III.- Afectividad y arraigo: de la
improvisación a la prevención
Hay una frase de campañas educativas de los 80 muy conocida: “cuidar es querer”;
aunque eventualmente puedan cuidarse cosas con las que no nos identificamos, es obvio
que ello es un factor positivo fundamental pues como seres humanos nos caracteriza la
necesidad de vincularnos afectivamente y sentirnos pertenecientes a un grupo y a un
espacio o lugar. En esta tríada: grupo, espacio y afectividad, transcurre la vida. El primer
grupo del que formamos parte es la familia, es allí donde se comienza a formar los principios,
valores, sentimientos, pensamientos, las bases de toda persona; las cuales tienen un
componente afectivo actuando en un espacio inmediato que es la casa.
Si tuviéramos un zoom enfocando la mirada hacia estos tres vértices: grupo, espacio y
afectividad, y luego hiciéramos el ejercicio de ir ampliando el foco, vemos como esta casa,
donde empieza a transcurrir la vida, está en una comunidad, está en un barrio, luego un
sector, una región, un país, un continente, un planeta… Es decir, formamos parte de un
sistema que comienza por cada individuo.
Es a esta persona donde debemos llegar en un proceso de sensibilización, hacer que cada
unidad se sienta parte de un todo integrado. Algunas veces se hace necesario fortalecer los
primeros hilos afectivos, como es la relación familiar, pues quien tiene roto este primer
vínculo, es como si tuviera rota la vida, afectando a su propio ser y su relación con el entorno.
Por tanto, a estas personas se le hace más difícil cuidar, querer y respetar el espacio
inmediato, pues la valoración de sí misma es baja, sus vínculos están desestructurados y,
sin intensión (casi de ojos vendados), atentan contra su vida, al no prever el peligro que
puede estar corriendo.
De allí la urgencia de formar a los niños, niñas, adolescentes y familias, fortalecer un proceso
de conocimiento y reconocimiento de sí mismo y su entorno, para que desde muy corta edad
puedan, identificarse afectivamente con su ser, como parte de una familia y comunidad, así
como del ambiente. De esta forma fomentar el respeto, para preservar, prevenir y minimizar
el riesgo que corren sus vidas, en caso de desastres ambientales.
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8. IV.- El autodiagnóstico y el monitoreo: docentes,
vecinos, estudiantes y sentido común pueden evaluar,
prevenir y minimizar muchos peligros.
Hace algún tiempo que se viene comprobando que no necesariamente hay que ser
graduado en alguna carrera técnica relacionada con la gestión de riesgos para hacer
diagnósticos asertivos sobre una problemática de este tipo. El sentido común es realmente
uno de los puntos de partida más conveniente.
Con lo dicho no estamos invitando a que la gente asuma por su cuenta decisiones sin un
previo entrenamiento, pero sí a que no se haga un mito de los graduados. Por ejemplo, en
2010 una experta muy reconocida sugirió un sitio de refugio en una comunidad, contando
con cartografía y aerofotos especializadas, pero los lugareños lo cuestionaron por estar
debajo de un área de derrumbes…., la experta no era “pirata”, sencillamente no basta con
tener documentos y conocimientos sobre un área para poder determinar cosas de manera
infalible, hay movimientos que no se detectan en fotografías aéreas.
En esta guía no pretendemos dar herramientas para ello, pues en los últimos años se ha
escrito material nacional de gran calidad que permiten llenar esa necesidad. Por ejemplo,
podemos citar la página web www.eduriesgo.org; o la guía escrita por este mismo equipo y
publicada por CENAMB-UCV disponible en varias versiones en internet: “¿Cómo reducir
los riesgos socio-naturales en barrios urbanos con participación de la comunidad?”,
escrito incluso antes de la tragedia de Vargas de 1999. Basta colocar el título en el buscador
“Google” para obtener ese material.
Hay algunos aspectos fundamentales mencionados por el experto Jesús Delgado en su visita
a Mérida, que llaman la atención y podrían ser tomados en cuenta en cualquier diagnóstico
que se haga:
1.- Nuestra zona andina, toda ella, es área vulnerable ante sismos, crecidas y
deslaves. Los sismos no son una consecuencia del cambio climático, sino de la presencia de
fallas geológicas; en el caso de Los Andes venezolanos la más conocida es la llamada Falla de
Boconó, que prácticamente atraviesa todo el tramo central de esta cordillera pasando por los
estados Mérida, Táchira y Trujillo; sin embargo, al estarse registrando en los últimos años
un fuerte aumento de la pluviosidad (lluvias); de producirse un sismo encontrará áreas
terrestres saturadas de agua, con alteraciones del suelo y las capas superiores muy
propensas a desprenderse en gigantescos derrumbes u otros tipos de movimientos de masa,
con lo cual su potencial poder destructivo puede ser sensiblemente mayor. Claro que hay
áreas que tienen mayor grado de vulnerabilidad que otras; pero es importante entender que
si vivimos en áreas de montañas de formación reciente– y los Andes lo son- no habrá lugar
que podremos considerar absolutamente seguro.
2.- Hay tradiciones constructivas populares que resultan altamente
vulnerables. Es tradición de los Andes el construir paredes “autoportantes” (no apoyadas en
columnas), es una tradición que se desprende del uso de la tapia, y en base a ello, se suele
construir actualmente con lo que llamamos “bloque trabado”; pero los bloques modernos
son pesados y para nada tienen la solidez de las tapias. Estas estructuras tienden a caerse
con suma facilidad. Hay opciones para las humildes familias que han construido de esta
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9. manera para mejorar la seguridad de las mismas sin tirarlas abajo; con estructuras
tubulares que se coloquen por dentro de la construcción (lo que los arquitectos llaman
“endoestructuras”), puede ocuparse una casa con considerable riesgo menor a que ceda ante
la crecida de un río o se presente un sismo. También hay formas de colocar esas mismas
estructuras por fuera (“exoestructuras”), pero estas suelen ser más difíciles y costosas de
hacer. Otras estructuras precarias también pueden ser reforzadas o, incluso, puede
cambiarse la distribución de cómo duerme la gente que vive en la casa, pero esto supone
opciones que es mejor detallar en los manuales que antes citamos.
Para diagnosticar el estado de una construcción se han creado planillas como la
que sigue, elaborada por Jesús Delgado en 2010
Proyecto CONSTRU-PAS 9
10. 3.- Los Consejos Comunales, las Comunidades Educativas y otras organizaciones
comunitarias deben ejercer efectivamente los poderes que le otorga la legislación
actual de contraloría social. Sin ser ingenieros, en cualquier caserío hay quienes sepan de
construcción y ahí es fundamental el citado sentido común: cualquier viga debe estar
soportada en columnas, y lamentablemente, es sabido de contratistas que obvian este
principio por embolsillarse un dinero que no les corresponde.
Las escuelas no pueden ser unidades que rompan con el paisaje andino, sus techos no
pueden ser construidos con materiales como asbesto o lata², si nuestra tradición mejorada
es le machihembrado y teja, debemos exigir que ella se respete. Los salones deben ser
ventilados con ventanas de jambas que son menos vulnerables a los sismos. Debemos
revisar si las proporciones de materiales en las mezclas son las adecuadas (por ejemplo, al
utilizarse cemento o arena).Las instalaciones como tanques deben tener buenas columnas
de soporte y estar alejadas de las aulas. Y finalmente citemos un factor que quizás es el
más importante de todos: las escuelas no pueden ser construidos en taludes de relleno
ni a menos de 80 metros de ríos y quebradas, de acuerdo con la actual Legislación
venezolana sobre la materia.
En este sentido, las comunidades deben ser muy exigentes y estar vigilantes: es muy común
que nuestros planteles sean establecidos en terrenos donados por un terrateniente que, tal
vez, dé ese pedazo de tierra que considera menos útil para él pero, en el tiempo, puede
transformarse en un problema para sus propios hijos o familiares estudiantes y para toda la
comunidad y docentes.
²En las viviendas particulares los techos livianos pueden ser los necesarios si las casas no cuentan con
buenas fundaciones y estructuras. Inclusive, si vivimos en taludes inestables lo recomendables es usar techos
livianos, pero estos deben estar bien amarrados. El asbesto nunca es recomendable porque es cancerígeno.
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11. 4.- Las escuelas (al igual que las casas) deben ser manejadas internamente
guiándose por el sentido común, ya que las cosas que se colocan colgadas de paredes y
techos deben estar muy seguras. Si, por ejemplo, vamos a colocar tubos fluorescentes,
estos deben estar bien amarrados y con rejillas en su parte inferior que eviten caer sobre las
cabezas de los niños/as. Las paredes no pueden tener objetos pesados que puedan
constituir un peligro para los usuarios, ya que se pueden caer si el área es afectada por un
derrumbe o sismo. Del mismo modo, tanto viviendas como escuelas, no conviene que tengan
más de dos plantas o niveles; las estructuras montadas en las cercanías de taludes deben ser
livianas. Y lo que acabamos de decir son simples ejemplos, siguiendo este razonamiento se
podrían citar muchos más.
5.- Hay medidas que permiten monitorear el estado de las estructuras: grietas
(sobre todo transversales), fracturas de las base de las paredes, son indicativos de que la
estructura se está deteriorando y que es necesario tomar correctivos ¡urgentes!. Los taludes
que se teme que puedan deslizarse o derrumbarse, también pueden ser monitoreados
colocando, como mínimo, tres (3) trozos de cabillas de tres (03) metros de largo colocados en
línea recta, enterradas un (1) metro de profundidad. A esta medida de monitoreo artesanal la
llamamos “testigos”; si se esto se implementa y las cabillas pierden alineación, nos están
indicando que el talud está cediendo de manera peligrosa. Debe cuidarse que no se ubiquen
en áreas donde el ganado u otros factores vayan a moverlas. Las cabillas es conveniente que
sean forradas con tubos PVC pintados de blanco para que sean más fácilmente
distinguibles, se les debe monitorear de manera semanal en tiempos de lluvia.
También se han instalado sistemas artesanales de alerta temprana, estos resultan muy
económicos y avisan cuando el río crece con potencial destructivo. Este sistema está
conformado por un convertidor de 110 v a 12v, que se conecta a un relé, de los utilizados en
los automóviles y, por último, a una alarma, también de carro; este conjunto está unido a un
cable que atraviesa el río o quebrada que se desee monitorear; dicho cable suele colocarse a
una altura de 90cm medidos del punto promedio de su caudal que los vecinos deberán
estimar. Al venir el río con
fuerza de crecida, se lleva el
cable y activa la alarma
instalada. Si la comunidad
está organizada, los vecinos
ubicados aguas arriba avisan
a los que viven aguas abajo
(sea por toque de silbatos o, si
no los hay, mensajes de texto),
así éstos pueden desalojar
sus viviendas a tiempo,
evitándose pérdidas
humanas.
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12. Hay que saber dónde deben ser colocados exactamente tanto los “testigos” que citamos
antes, como éste tipo de sistema y es por ello que debe contarse con apoyo profesional. En
Mérida, este apoyo lo podemos conseguir en la Escuela de Geografía de la Universidad de los
Andes.
6.- Limpieza de cauces: Un problema grave a nivel nacional es que pareciera que la
población no es consciente de lo importante que es mantener limpios los cauces de
quebradas y ríos; se les echa basura, se les utiliza como desagüe de cloacas directamente y
no se les realiza normalmente la limpieza periódica de acumulaciones naturales de piedras y
troncos caídos, generándose las llamadas popularmente “tapizas”, que son el origen de
muchos deslaves y crecidas; si se logra revertir todo esto, lo más seguro es que este tipo de
problema se reduciría en gran medida.
En los Andes este es un problema especialmente grave pues las alturas más
elevadas suelen contar con lagunas de antiguos o actuales glaciares y aguas de deshielo
de nevadas, los cual hace que las crecidas puedan ser más violentas y destructivas.
7.- Muchas veces los taludes y vertientes inestables pueden ser relativamente
estabilizados con vegetación adecuada. Tal es el caso, por ejemplo, del uso de la gramínea
vetiver, que desarrolla raíces de hasta ocho (8) metros de profundidad y, al sembrarse varias
juntas, logran desarrollar redes reticulares subterráneas que afianzan considerablemente
los terrenos donde se ha comprobado que pueden producirse derrumbes o deslizamientos y
las hojas y el tallo tienen utilidad para hacer tejidos (cestas) y diferentes artesanías,
perfumes y medicinas. El vetiver se viene adaptando muy bien en los Andes venezolanos y
en la Cordillera de la Costa. En años recientes, se dice que su uso es altamente preferible al
que hasta hace poco se hacía con pinos y eucaliptos que, si bien absorben agua y tienen
raíces profundas, suelen acidificar los suelos. Hay de todas formas especies autóctonas
andinas que también tienen buenas raíces y absorben agua en áreas donde no es
conveniente sembrar vetiver; por ejemplo, el “coloradito” (entre otras) que crece en los altos
páramos donde el vetiver no puede darse.
Igualmente en bordes de ríos y quebradas, donde el desborde de las mismas es un problema,
la siembra de bambú y variantes andinas, como la “guadua” u otras “bambuzas”, tienen una
importancia fundamental porque logran que las crecidas tengan un impacto
considerablemente menor.
Otras medidas que permiten reducir el problema de los derrumbes y deslizamientos son:
· •Cultivar en las vertientes respetando las curvas de nivel,
· •Hacer muros de terraceo (ésta es otra tradición indígena a reivindicar),
•Tomar medidas de conservación de suelos como: el barbecho, la rotación y asociación
de cultivos (que además permiten el control natural de plagas en lugar de usar productos
agrotóxicos); también el uso de abonos orgánicos hechos con restos de la basura doméstica u
otros desechos vegetales, o el humus de lombriz son más convenientes al uso de productos
como el “gallinazo”.
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13. 8.- Croquis de riesgos. Una manera de colocar en papel el diagnóstico físico de la
comunidad es a través del croquis de riesgo, que sirve para localizar amenazas, vías de
evacuación, puntos de concentración, entre otras cosas; éstos son especialmente útiles
cuando se hacen participativamente, ya que la comunidad logra reflexionar con
detenimiento sobre su propia cotidianidad y pueden tener una visión general de lo que les
rodea, ese conocimiento detallado que tienen de su entorno que los técnicos a veces no
logran detectar. Estos croquis pueden ser mejorados técnicamente hasta llegar a ser
convertidos en “mapas de riesgos”.
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14. 9.- Señalizaciones: La colocación de carteles, tanto en el interior de los planteles
educativos como en la comunidad, que ubiquen puntos posibles de concentración y señalen
las rutas de evacuación, es otra posible medida preventiva a tomar.
Estas señalizaciones, acompañadas de vallas donde se coloquen los “mapas o croquis de
riesgo” con los puntos de concentración y rutas de evacuación, resultan muy útiles a las
comunidades acompañadas por Geografía Viva, y además de dar la información mencionada
anteriormente, hacen referencia a los nombres de sectores de la comunidad y su origen,
dando así un valor agregado, ya que estas comunidades no cuentan con señalizaciones y
esto actúa como factor de identidad local.
Todas estas medidas recomendadas son con la idea de procurar al máximo posible que
las personas no tengan que abandonar los sitios donde viven. De eso somos partidarios
en Geografía Viva, creemos que la gente vive en sitios de riesgo no porque quiso
hacerlo así, sino porque no tuvo oportunidad de elegir otro lugar; pero claro, hay casos
en que no queda otra alternativa que buscar un nuevo sitio para vivir.
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15. V.- Los planes de gestión integral de riesgo.
Todas las medidas que hemos venido mencionando a lo largo de la guía, son parte del
Plan de Gestión Integral de Riesgos de una comunidad, insistimos que éste se realice de
manera participativa, que los protagonistas (habitantes de la comunidad) se apropien de él,
lo construyan juntos, y se logre ese diálogo de saberes con los profesionales del área.
En Venezuela en enero de 2009 se aprobó una Ley en este sentido, la misma obliga a
Municipios, Parroquias y Consejos Comunales a contar con Comités Locales de Gestión de
Riesgos, los cuales deben contar con los referidos planes. Esto es vital, ya que para las
autoridades de Protección Civil y demás entes competentes, por bien dotadas que estén (y
lamentablemente no lo están), es imposible que den abasto en situaciones extremas, como
fue en Vargas (1999) o Santa Cruz de Mora (2005).
Si una comunidad hace su plan, considerando cada una de las amenazas naturales a las que
está expuesta, y estudia las posibles respuestas para cada una, lo más seguro es que logre
prever medidas que realmente aminoren las posibles consecuencias.
Jesús Delgado, en la guía ¿Cómo Reducir….”, que citamos antes, señala que las amenazas
socionaturales más comunes, en áreas urbanas de Venezuela, son:
-Sísmicas
-Geológicas
-Hidrometeorológicas
-Epidemiológicas
Estas mismas las podemos encontrar también en áreas rurales, pero además se les agrega,
como problema frecuente, los incendios forestales y el uso abusivo de agroquímicos, estos
últimos son de origen tecnológico³; en la citada Ley de Gestión Integral de Riesgos
Socionaturales y Tecnológicos de 2009, se menciona que los planes deben contemplar todos
estos tipos de amenazas. Es difícil colocar en un listado reducido todas las amenazas
conocidas, pero los planes deben intentar abarcar todas aquellas posibles que una
comunidad considere que existen.
Se deben considerar en estos Planes de Gestión qué hacer en materia de prevención y
mitigación (reducción) de riesgos (lo que se conoce como el qué hacer “antes”, “durante” y
“después” de los eventos adversos). Así como también se debe señalar acciones de acuerdo a
los plazos para actuar, puesto que hay medidas preventivas que se pueden tomar a corto
plazo, como lo son la mayoría de las que hemos mencionado en la guía, otras a largo plazo, y
si es necesario construir un muro o mudar una escuela, éstas serán medidas a tomar a
mediano plazo.
³También son amenazas tecnológicas, entre otras, las que provienen de instalaciones eléctricas y de gas
las cuales se consiguen igualmente en áreas urbanas.
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16. VI.- Algunas medidas muy básicas para el
“antes”, el “durante” y el “después”
Obviamente no son iguales las previsiones que hay que tomar en caso de terremotos,
derrumbes o crecidas, por citar algunas de los eventos adversos más frecuentes. Pero en
todos los casos se recomienda que en cada vivienda o aula de clase, se tomen en cuenta cosas
como éstas
“Antes”
·Todos los miembros del grupo o familia deben conocer bien las medidas previstas.
·Enseñar que la calma es un elemento fundamental en el momento del evento.
·Contar con linternas, pilas, reserva de agua y comida no perecedera y un botiquín de
primeros auxilios, y que se tengan nociones mínimas para brindarlos.
“Durante”
·Guarecerse en los sitios más inmediatos, en posiciones o lugares donde sea posible
proteger la cabeza, y mantener la calma, pensando que no se puede ayudar a los otros si uno
se expone más de lo conveniente.
“Después”
(entendiendo este “después” como lo inmediato posterior, aunque los Planes de
Gestión incluyen medidas previstas incluso para la posible reconstrucción)
·Dirigirse a los sitios previstos como más seguros para concentración. Tener cuidado
que no siempre estos sitios son los mismos para crecidas que en caso de sismos.
·Hacer todo en calma y orden para ir manejando la situación de acuerdo con lo que
indiquen las autoridades competentes o los vecinos que han sido previamente designados
para tal fin.
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17. VII.- La organización comunitaria y escolar,
el elemento más importante y ¿el más difícil?
Como ya acotamos, La Ley de Gestión Integral de Riesgos, prevé la existencia de
comités municipales y locales; sin embargo, hasta ahora son pocos los que, a nivel nacional,
se han constituido pues el tema de la organización de la gente no es algo sencillo. Por ello,
hay autores que sugieren que en vista que hay vecinos(as) en las comunidades que son
sensibles a estos problemas y que le gusta o importa abordarlos, las propias organizaciones
locales preexistentes podrían identificarlos para que se hagan cargo de estas
responsabilidades; esto es lo que Jesús Delgado llama la “autorganización”.
Algo similar viene sucediendo en escuelas y comunidades educativas. El Ministerio de
Educación hace años dictó una Resolución que obliga a todos las instituciones educativas a
contar con “Comités de Seguridad Escolar”; en la práctica, son muy pocos los que funcionan
a nivel nacional. Sin embargo, hay docentes, representantes y estudiantes sensibilizados y
dispuestos a movilizarse en este sentido. En Mérida, por ejemplo, fueron tan solo tres (3)
docentes de la Zona Educativa quienes estaban dispuestos a impulsar la formación de
personas a este respecto y ellos encontraron que son los Centros de Ciencia, las
organizaciones más dispuestas a colaborar. ¿Qué es preferible entonces? ¿Insistir en hacer
funcionar estructuras que han fracasado o poner en manos de quienes han demostrado
motivación, las funciones que son vitales para que las pérdidas humanas y materiales se
minimicen ante la posible ocurrencia de este tipo de fenómenos?
En otros estados las estructuras exitosas han sido otras; por ejemplo en Vargas se ha
ensayado con éxito los Centros de Convivencia, la idea es potenciar lo que existe en cada
lugar….Puede ser un Consejo Estudiantil con sus voceros….
Escuela San Rafael de Tabay
Rubén Maldonado
Proyecto CONSTRU-PAS 17
18. VIII.- ¿Cómo motivar la participación?
Esta no es una tarea fácil, si de motivar a niños/as y adolescentes se trata, el
factor lúdico por sobre la charla teórica es muy importante. El otorgar
responsabilidades concretas a cada quien también. Geografía Viva ha optado como
herramienta fundamental para informar el uso de la radio producida con niños/as y
adolescentes, con toda su frescura como un recurso fundamental, para ello realizamos
un programa semanal (“Un rato en PAS³) y micros “Un ratico en PAS” que se pueden
pasar por muy diversas emisoras.
Por otra parte, la experiencia dice que los simulacros son algo que los niños/as
recuerdan fácilmente como un aprendizaje significativo pues es un acto de gran
dinámica. Pero una cosa es recordarlo por haberlo practicado una vez y otra asimilarlo
como una conducta de respuestas rápidas, que es lo deseable; para ello debe
practicarse al menos dos veces al año en cada centro educativo.
³“PAS”: Participamos por un Ambiente Sano
Proyecto CONSTRU-PAS 18
19. Glosario
Algunos de estos términos han sido objeto de polémicas entre los especialistas;
sin embargo, a fin que los lectores tengan una idea aproximada de cada uno de ellos, se
transcribe el siguiente glosario, elaborado básicamente por estudiantes de Servicio
Comunitario del Proyecto CONSTRU-PAS.
Amenaza
Es un peligro latente que representa la posible manifestación dentro de un periodo de
tiempo y en un territorio particular de un fenómeno de origen natural, socio-natural o
antrópogenico, que puede producir efectos adversos en las personas, la producción, la
infraestructura, los bienes y servicios y el ambiente.
Desastre
Situación o proceso social que se desencadena como resultado de la manifestación de
un fenómeno de origen natural, tecnológico o provocado por el hombre que, al encontrar
condiciones propicias de vulnerabilidad en una población, causa alteraciones intensas,
graves y extendidas en las condiciones normales de funcionamiento de la comunidad;
requiriendo de una respuesta inmediata de las autoridades y de la población para atender
los afectados y restablecer umbrales aceptables de bienestar y oportunidades de vida.
Evaluación de la amenaza
Es el proceso mediante el cual se determina la posibilidad de que un fenómeno se
manifieste, con un determinado grado de severidad, durante un periodo de tiempo definido y
en un área determinada.
Gestión de riesgos
Proceso social complejo que conduce al planeamiento y aplicación de políticas,
estrategias, instrumentos y medidas orientadas a impedir, reducir, prever y controlar los
efectos adversos de fenómenos peligrosos sobre la población, los bienes y servicios y el
ambiente.
Plan de gestión de riesgo
Conjunto coherente y ordenado de estrategias, programas y proyectos, que se formula
para orientar las actividades de reducción de riesgos, los preparativos para la atención de
emergencias y la recuperación en caso de desastre.
Riesgo
Es la probabilidad que se presente un nivel de consecuencias económicas, sociales o
ambientales en un sitio particular y durante un periodo de tiempo definido. De este concepto
se suele decir que resulta de una relación matemática:
Riesgo= Amenaza x Vulnerabilidad.
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20. Esta relación no es en realidad cuantificable como lo plantea la fórmula, pero es cierto
que, de hacer interrelaciones entre amenaza y vulnerabilidad se llega a los resultados por
los cuales se estima luego si una comunidad es “alto riesgo” o “moderado” u otras
catalogaciones por el estilo
Sistema de gestión de riesgo
Organización abierta, dinámica y funcional de instituciones y su conjunto de
orientaciones, normas, recursos, programas y actividades de carácter técnico-científico, de
planificación, de preparación para emergencias y de participación de la comunidad cuyo
objetivo es la incorporación de la gestión de riesgos en la cultura y en el desarrollo económico
y social de las comunidades.
Vulnerabilidad
Corresponde a la predisposición o susceptibilidad física, económica, política o social
que tiene una comunidad de ser afectada o sufrir efectos adversos en caso de que un
fenómeno peligroso de origen natural o causado por el hombre se manifieste.
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