La protección contra incendios tiene como objetivos salvar vidas humanas, minimizar pérdidas económicas y permitir la rápida reanudación de actividades. Se divide en prevención (estudio de riesgos), protección estructural (facilitar evacuación) y extinción (detección de incendios, alerta, señalización y extinción mediante agentes). La mejor manera de protegerse es adoptar medidas preventivas y asegurar que todas las personas conozcan los conceptos básicos sobre fuego, prevención y combate.