Este documento contiene tres artículos relacionados con la obra de Gabriel García Márquez. El primer artículo analiza la novela corta "El coronel no tiene quien le escriba" de García Márquez, destacando su estructura perfecta y la forma en que articula lo individual y lo social. El segundo artículo es una entrevista a la escritora Georgina Loser. El tercer artículo analiza la obra de William Faulkner y su descomposición del tiempo.
La mirada renacida: Con la soga al cuello, de Flavia Company NavauEva Gutiérrez Pardina
En este artículo comento el libro de relatos "Con la soga al cuello", de Flavia Company, especialmente el sentido del relato "El río de la vida", como metáfora del momento creativo en que se encuentra la autora.
La mirada renacida: Con la soga al cuello, de Flavia Company NavauEva Gutiérrez Pardina
En este artículo comento el libro de relatos "Con la soga al cuello", de Flavia Company, especialmente el sentido del relato "El río de la vida", como metáfora del momento creativo en que se encuentra la autora.
Revista las piletas n.º 64 artículo Ramón Asquerino Fernández sobre la novela...Norberto Ruiz Lima
Artículo literario y crítica detallada del catedrático y profesor Ramón Asquerino Fernández sobre la novela "Las Mareas No suelen equivocarse" del escritor Norberto Ruiz Lima, aparecida en la Revista literaria y cultural Las Piletas, editada por la Asociación Cultural Luis de Eguilaz, amigos del libro y las bibliotecas.
“El inmortal” es uno de los cuentos de género fantástico que Borges incluyó en “El Aleph”, colección ésta de cuentos que, a excepción de “Emma Zunz” y la “Historia del guerrero y la cautiva”, gira en torno a este género de la literatura al que Borges, con su acostumbrada ironía, hubo de incluir la Teología como una rama de esta literatura, la fantástica.
Revista las piletas n.º 64 artículo Ramón Asquerino Fernández sobre la novela...Norberto Ruiz Lima
Artículo literario y crítica detallada del catedrático y profesor Ramón Asquerino Fernández sobre la novela "Las Mareas No suelen equivocarse" del escritor Norberto Ruiz Lima, aparecida en la Revista literaria y cultural Las Piletas, editada por la Asociación Cultural Luis de Eguilaz, amigos del libro y las bibliotecas.
“El inmortal” es uno de los cuentos de género fantástico que Borges incluyó en “El Aleph”, colección ésta de cuentos que, a excepción de “Emma Zunz” y la “Historia del guerrero y la cautiva”, gira en torno a este género de la literatura al que Borges, con su acostumbrada ironía, hubo de incluir la Teología como una rama de esta literatura, la fantástica.
Cuadernillo confeccionado, maquetado con exquisito gusto por Cristina Sarrió Arnau , en el que podréis encontrar opiniones y reseñas sobre FROST (ESCARCHA), libro editado y publicado, en versión digital y gratuita, por Abismos del Suroeste .del autor Luis Miguel San Martín.
En él aparecen:
Los editores, Santiago Mendez , Tocho Morgaño Silente y Quiterio Maldadas ; mis queridísimas amigas, Gloria Villegas , MJ Cortés y Lydia Mollá Llácer ; Mercedes García Granizo , directora de la Biblioteca de Alovera (Guadalajara); Jose Antonio Hervas , de la Revista Cultural MIS REPOELAS; y los/as poetas Carmen Rojas Larrazabal Poeta , Francisco Cejudo , Rosa Maria Marcillas Piquer , Bárbara del Río , Antonio Manilla , Tomas Ferrando Agullo , Jorge Pérez Cebrián , Faustino Lobato Delgado , Nieves García García , Luis Cremades , José Gilabert, José Félix Arana Rivero , Antonio García Teijeiro , Isabel Rezmo , Javier Lorenzo Candel , Manuel Eduardo Jimenez Mendoza , Jose Iniesta , Javier Puig López y Angela De Mela .
También hemos incluido una traducción al polaco del poema ABISMO DE SOFÁ a cargo de Ada Trzeciakowska y su recitación a cargo de Joana Suau.
Ponencia en I SEMINARIO SOBRE LA APLICABILIDAD DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA. 3 de junio de 2024. Facultad de Estudios Sociales y Trabajo, Universidad de Málaga.
Durante el período citado se sucedieron tres presidencias radicales a cargo de Hipólito Yrigoyen (1916-1922),
Marcelo T. de Alvear (1922-1928) y la segunda presidencia de Yrigoyen, a partir de 1928 la cual fue
interrumpida por el golpe de estado de 1930. Entre 1916 y 1922, el primer gobierno radical enfrentó el
desafío que significaba gobernar respetando las reglas del juego democrático e impulsando, al mismo
tiempo, las medidas que aseguraran la concreción de los intereses de los diferentes grupos sociales que
habían apoyado al radicalismo.
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLMJuan Martín Martín
Examen de Selectividad de la EvAU de Geografía de junio de 2023 en Castilla La Mancha. UCLM . (Convocatoria ordinaria)
Más información en el Blog de Geografía de Juan Martín Martín
http://blogdegeografiadejuan.blogspot.com/
Este documento presenta un examen de geografía para el Acceso a la universidad (EVAU). Consta de cuatro secciones. La primera sección ofrece tres ejercicios prácticos sobre paisajes, mapas o hábitats. La segunda sección contiene preguntas teóricas sobre unidades de relieve, transporte o demografía. La tercera sección pide definir conceptos geográficos. La cuarta sección implica identificar elementos geográficos en un mapa. El examen evalúa conocimientos fundamentales de geografía.
1. Río Cuarto . Río Tercero . San Francisco . Villa María
EL PROCEDIMIENTO
PLÁSTICO
POR MIGUEL CARLOS ZUPÁN
PÁG. 8
ENTREVISTA
A GEORGINA
LOSER
POR BACHI SALAS
PÁG. 4 Y 5
Miércoles 10 de junio de 2020 . Año 20 Nº 907
El escritor y periodista Carlos Schilling realiza una inteligente y lúcida aproximación a una de las piezas cruciales de
la obra de Gabriel García Márquez, en quien reconoce como narrador la virtud de “articular las dimensiones socia-
les e individuales de los dramas históricos”.
PÁG. 2 y 3
EL CORONEL NOTIENE
QUIEN LE ESCRIBA
FAULKNERY LA
DESCOMPOSICIÓN
DELTIEMPO
POR SERGIO G. COLAUTTI
PÁG. 7
HISTORIA ENTRE TODOS
AGUSTÍN
TOSCO:
EL HOMBRE
QUE FUE PUEBLO
POR F. AGUIRRE IBARRA
PÁG. 6
2. El Corredor Mediterráneo / Página 2
ELCORONEL
NOTIENEQUIEN
LEESCRIBA*
Por Carlos Schilling
Leí por primera vez El coronel no tiene
quien le escriba cuando estaba en quin-
to año del colegio secundario, en julio o
agosto de 1983. Puedo precisarlo no gra-
cias a mi memoria sino porque conservo
el ejemplar del libro, que formaba parte de
la primera entrega de la colección de Pre-
mios Nobel, lanzada ese año por Edicio-
nes Orbis. Los dos primeros tomos fueron
Santuario, de William Faulkner, y El coro-
nel no tiene quien le escriba, de García
Márquez.
El escritor colombiano acababa de ganar el
Nobel, el año anterior, y era la figura más
conocida del boom latinoamericano, pero
yo no había leído nada de él, y la verdad es
que no sentía curiosidad por ese mundo de
maravillas tropicales del que se hablaba en
todas partes. Si bien estaba en quinto año
del colegio nacional de Sunchales, venía
de cuatro años en un liceo militar y la pa-
labra “Coronel” en un título no me sonaba
especialmente atractiva.
De todas maneras, recuerdo que la historia
del coronel que alimenta al gallo de riña
de su hijo muerto y espera una pensión es-
tatal que nunca llega me pareció atrapante
en aquel momento. Recuerdo también la
tensión dramática del diálogo final entre el
coronel y su esposa y la famosa respuesta a
la insistente pregunta de ella acerca de qué
comerían hasta el día de la pelea del gallo.
No bien lo leí, supe que no lo olvidaría.
Era un cierre perfecto, con una palabra fi-
nal que resonaba como un golpe.
Cualquiera que haya leído El coronel no
tiene quien le escriba recuerda esa pala-
bra final. Lo he comprobado en la medida
de mis posibilidades que no son por cierto
las de una encuestadora. Pero no importa
la validez estadística de mi opinión: creo
que si hay algo objetivo en la literatura, se
vuelve tangible en estos casos de flagrante
perfección. Se trata de una perfección que
no nace de un modelo exterior sino que se
conforma desde adentro, del mismo modo
en que crece y se desarrolla y encuentra su
forma viva una planta. Es decir una perfec-
ción orgánica.
Si bien intuí esa perfección en aquel mo-
mento, no sé por qué no desató en mí esa
ola de admiración que nos lleva a leer todo
lo que podemos encontrar de un autor. Tal
vez había más realidad latinoamericana de
la que yo podía y puedo soportar en cual-
quier relato y eso me produjo una instinti-
va retracción.
Unos años después, me rendí al esplendor
de Cien años de soledad, aunque ya blo-
queado por la distancia despectiva que ha-
bían generado en mí los epígonos locales
del realismo mágico. Desde entonces, he
leído de forma intermitente a García Már-
quez, El amor en los tiempos del cólera,
Doce cuentos peregrinos, empecé y aban-
doné El general en su laberinto, y Memo-
rias de mis putas tristes.
Medio en serio, medio en broma, me
gustar decir que la calidad de la prosa
de García Márquez es inversamente pro-
porcional a la calidad de sus ideas, en el
sentido de que salvo por los inclusión de
algunos elementos maravillosos (bastante
pocos), el escritor colombiano no pone en
cuestión la realidad, no la interroga en sus
elementos constitutivos sino que se limita a
contarla y a mistificarla. Pero, justamente,
contar y mistificar son actos antropológi-
cos fundamentales de los seres humanos,
tanto los que nos congregan en una comu-
nidad como los que nos individualizan en
una primera persona del singular.
Una de las máximas virtudes de García
Márquez como narrador es articular las
dimensiones sociales e individuales de los
dramas históricos –algo que resulta inme-
diatamente visible en El coronel no tiene
quien le escriba-, pero su interés no reside
ni en la sociología, ni en la psicología ni
en la historia, sino en la literatura, es decir,
en el mito, y por eso el mundo que surge
de sus páginas, pese a la abundancia de
movimientos, de generaciones, de aconte-
cimientos, siempre está como proyectado
en un limbo de atemporalidad.
Es verdad que en sus relatos y novelas sue-
len aparecer fechas y cifras precisas, pero
esa precisión de almanaque no hace más
que reforzar la concepción de una histo-
ria concebida como una eterna repetición.
Lo que es fue y será, podría ser su lema.
Algo que, por supuesto, no impide que sus
personajes, especialmente los masculinos,
suelan estar atravesados por las esperan-
zas, las utopías y las ambiciones más obs-
tinadas.
Esa clase de personaje es el coronel de El
coronel no tiene quien le escriba. Pero an-
tes de seguir refiriéndome a él y a sus peri-
pecias quisiera detenerme un instante en el
título de esta novela corta. Tiene la métrica
de un verso endecasílabo: El-co-ro-nel-
no-tie-ne-quien-lees-cri-ba. Pero además
contiene una rima interna asonante que
refuerza el ritmo de la oración: El coronel/
no tiene quien… No digo que García Már-
quez haya armado el título a partir de ese
esquema métrico. Digo que ese esquema
métrico está en la base de la contundencia
y del poder pregnante del título, es una de
las razones de por qué nos queda sonando
como un eco en la memoria.
La experiencia de la materialidad del len-
guaje -de que el lenguaje no es sólo una
serie de signos sonoros articulados que
portan significados, sino algo físico, orgá-
nico, que a la vez que transmite se resis-
te al sentido- es una experiencia poética.
Una palabra que vibra como “vibración”,
una palabra que se desliza como “desliz”,
una palabra que bosteza como “bostezo”
nos hacen revivir la ilusión de que existe
una correspondencia inmediata entre las
cosas y las palabras.
García Márquez era un fetichista del len-
guaje, alguien para quien las palabras tie-
nen vida por sí mismas y a la vez reciben
una segunda vida en el flujo de la frase.
Cientos de veces declaró cuánto le costa-
ba escribir una novela y no nos equivoca-
ríamos en colocarlo como uno de los más
fieles seguidores de Flaubert en la religión
de la palabra justa. Tal vez no tanto en El
coronel no tiene quien le escriba, donde
opta por oraciones más breves y lacónicas,
muchas veces meramente informativas,
pero en Cien años de soledad sus frases
casi se pueden degustar, oler, acariciar o
apreciar en todas sus coloraciones.
De todos modos, ya en el segundo párrafo
de El coronel, nos encontramos con un pa-
saje donde se concentra lo que ahora reco-
nocemos como la quintaesencia del estilo
de García Márquez: “Mientras esperaba a
que hirviera la infusión, sentado junto a la
hornilla de barro cocido en una actitud de
confiada e inocente expectativa, el coronel
experimentó la sensación de que nacían
hongos y lirios venenosos en sus tripas.
Era octubre. Una mañana difícil de sortear,
aun para un hombre como él, que había
sobrevivido a tantas mañanas como ésa.
Durante cincuenta y seis años –desde que
terminó la última guerra civil- el coronel
no había hecho nada distinto de esperar.
Octubre era una de las pocas cosas que
llegaban”.
Es probable que en un taller literario coor-
3. El Corredor Mediterráneo / Página 3
dinado por Borges la expresión “experi-
mentó una sensación” hubiera sido ta-
chada y reemplazada por un más simple
y eficaz “sintió”. También resulta un tanto
dudoso describir un cólico como un na-
cimiento de hongos y lirios en las tripas,
ya que esa colorida imagen está lejos de
transmitir un dolor intestinal, y el adjetivo
“venenosos” no alcanza para hacer todo el
trabajo.
Sin embargo, lo que la hace funcionar es la
perfecta adecuación del ritmo interno de la
escena con el ritmo de la frase. Se trata de
la fusión de un momento específico que se
desarrolla con lentitud rutinaria (el coronel
que espera que hierva el agua) con accio-
nes de gran escala que se repiten año tras
año (la espera y la llegada de octubre). El
vínculo entre ambas dimensiones tempo-
rales son precisamente esos dolores que el
coronel siente en su panza: síntomas inter-
nos y externos a la vez. En ese contexto,
la expresión “experimentó una sensación”,
compuesta de diez sílabas, resulta mucho
más pertinente que las dos sílabas de “sin-
tió”, mientras que los hongos y los lirios
venenosos son los emblemas de la cone-
xión entre el cuerpo del coronel y las va-
riaciones climáticas. Esa conexión también
aparecerá con el asma de la esposa, que
en la novela parece cumplir la función de
principio de realidad, pero que en un nivel
más profundo, también está resignada a lo
que les depare el destino, algo que se per-
cibe en su intensa relación con la muerte.
De hecho, en la primera conversación con
su marido, en el dormitorio donde ella está
postrada porque sufre una crisis de asma,
podemos introducirnos en su mente y en-
terarnos de lo que piensa. “La mujer pensó
en el muerto”, leemos y un párrafo des-
pués “Cuando terminó el café todavía esta-
ba pensando en el muerto”.Y llega a decir
algo que el coronel no escucha: “Debe ser
horrible estar enterrado en octubre”. Pien-
sa en el muerto porque sonaron las campa-
nas que llaman al entierro de alguien que,
después nos enteraremos, es un músico de
la banda del pueblo.
Ese muerto (que es el primero que muere
por causas naturales después de muchos
años) evoca a otro muerto, Agustín, el hijo
de la pareja protagónica, que es una figura
fundamental en su ausencia, ya que el ga-
llo de riña le pertenecía a él. Los muertos
tiene la misma edad, con una diferencia
de un mes. El músico muerto nació el 7
de abril de 1922, eso significa que Agustín,
el hijo del coronel, nació el 7 de marzo,
fecha que es un guiño de parte de García
Márquez, ya que él nació un 6 de marzo,
aunque de 1927.
Una vez que se ha instalado el tema de la
muerte, este va invadiendo toda la atmós-
fera de la novela con un clima de corrup-
ción y putrefacción, visible en el momento
en que el coronel va a buscar el paraguas
y lo encuentra destruido por las polillas.
En el párrafo siguiente queda marcado el
contraste entre la actitud ingenua o infantil
del coronel ante lo ruina que lo rodea y la
resignada desesperación de su mujer.
La aclaración de que la muerte del músico
es la primera muerte de causa natural en
muchos años no deja de ser una elegante
alusión a la violencia social y política en la
que estaba sumergida Colombia desde la
Guerra de los Mil Días, que es aquella en la
que participó sin pena ni gloria el coronel
cuando era joven. En otros tramos del rela-
to aparecen varias alusiones a la realidad
política colombiana, siempre en una zona
difusa entre la verdadera historia y el mito,
a los cuales, repito, en García Márquez,
no podríamos caracterizar como opuestos.
Las más obvias de esas alusiones son las
referencias a la censura en los diarios, que
hablan del conflicto de Suez y poco y nada
de lo que sucede en el propio país. De allí
que las noticias importantes circulen de
modo clandestino en el pueblo.
Tal vez no haya que desdeñar en este punto
algunos datos biográficos. García Márquez
escribió El coronel no tiene quien le escriba
en París, donde había viajado, a mediados
de los años 1950, como corresponsal del
periódico El espectador. Pero ese periódico
fue cerrado por el dictador Gustavo Rojas
Pinilla, Por lo que se queda sin su fuente
de ingresos. En vez de buscar algún trabajo
alternativo, se dedica a escribir como loco
mientras crece su deuda con la dueña de la
pensión, y él espera que desde Colombia
le llegué algún cheque salvador.
La situación se parece a la que vive el co-
ronel recluido en su casa de Macondo. Si
bien García Márquez nunca desdeñó el
trabajo periodístico, esa inesperada inte-
rrupción de su actividad en París ayudó a
que consolidara su vocación de escritor de
ficciones. Una calamidad se transformó en
una oportunidad. Desde esa perspectiva
tal vez la esperanza de recibir una pensión
como veterano de guerra o de ganar varios
cientos de pesos con el gallo de riña no sea
tan absurda como parece en una primera
lectura.
La terquedad con que el coronel asume
la segunda posibilidad, que implica entre
otras cosas vender todo lo que tienen y pa-
sar hambre para alimentar a un gallo, pue-
de verse como la asunción de una nueva
juventud, algo que está insinuado en los
niños que todos los días van a espiar al
gallo. “Somos huérfanos de nuestro hijo”,
dice la mujer en el primer capítulo, pero a
esa frase hay que contraponerle otra que
figura en el último capítulo, cuando el co-
ronel va a buscar a la gallera el gallo que
prometió venderle a su compadre Sabas y
que ha sido secuestrado por los amigos de
Agustín. El coronel le quita el gallo de las
manos a Germán y sólo puede murmurar
“Buenos días”, “porque lo estremeció la
caliente y profunda palpitación del animal.
Pensó que nunca había tenido una cosa
tan viva entre las manos”. Es decir que el
legado que recibió del hijo muerto es un
testamento no económico sino ético y vi-
tal. Ético, en el sentido de ethos, porque
todo el pueblo se siente dueño del animal,
y vital porque justifica su vida en un mo-
mento en que nada parece tener sentido. El
coronel no puede renunciar, pues implica-
ría abandonar la esperanza, y abandonar
la esperanza (recordemos a Dante) signifi-
ca entrar en el infierno.
El hecho de que tendamos a pensar que
ese viejo ridículo alberga esperanzas vanas
es un punto a favor de la tensa ambigüedad
con que García Márquez cuenta esta histo-
ria. Su gran secreto como narrador siempre
fue el modo en que ofrece la información,
cómo los datos significativos se filtran a tra-
vés de los datos insignificantes, así la histo-
ria parece desarrollarse de la manera más
natural posible. Aun cuando hay varios
cabos sueltos, alusiones inútiles y escenas
que sólo parece tener la función de retar-
dar el desenlace, todo se transfigura en el
maravilloso capítulo final, en el que se da
el lujo de que la palabra “mierda” suene
como la más sublime del idioma.
*Esta nota es una síntesis de la conferencia que Carlos
Schilling dio sobre “El coronel no tiene quien le escri-
ba”, en el ciclo literario 10X10, organizado por el Área
de Literatura y Pensamiento de la Agencia Córdoba
Cultura, delegación Río Cuarto, el 22 de octubre de
2015, en el Centro Cultural Leonardo Favio.
En este maravilloso cuento de Gabriel García Márquez, Carlos Schilling se-
ñala el lenguaje poético como factor esencial que fundamenta su valor. “La
experiencia de la materialidad del lenguaje -de que el lenguaje no es sólo
una serie de signos sonoros articulados que portan significados, sino algo
físico, orgánico, que a la vez que transmite se resiste al sentido- es una ex-
periencia poética.
4. El Corredor Mediterráneo / Página 4
Los humanos hemos sido desaso-
segados en colectivo. Sacados de
nuestras rutinas, expectativas y
mundos personales. Ni siquiera es
necesaria explicar la elipsis, porque
todos sabemos de qué se trata, y
cómo afecta todos los órdenes so-
ciales, entre ellos a la educación.
En el mes de los Jardines de Infan-
tes y las maestras jardineras, dialo-
gamos con la profesora. de Nivel
Inicial Georgina Loser. Docente con
más de diez años de experiencia
con niños en distintos jardines de
infantes y que actualmente se des-
empeña como Coordinadora de Los
Jardines Maternales que dependen
de la Subsecretaría de Educación
y Culto de la Municipalidad de Río
Cuarto.
- Los contextos son imprescindibles
para cualquier diálogo y hoy más
que nunca el contexto determina
cualquier tema que pudiéramos
abordar. En esta situación de pan-
demia, cuál es tu impresión, tu mi-
rada sobre la educación.
- Yo creo que esta pandemia llegó
para cambiar la manera de vivir
de todos, desde los más pequeños
hasta el adulto mayor, en todos los
ámbitos de la vida, entre ellos el
ámbito educativo. Quedarse en
casa es una “condición” nueva y
para los niños, el jardín era el lugar
donde podían relacionarse con sus
pares, compartir juegos, canciones,
actividades y demás. A partir de este
cambio radical en nuestras vidas el
sistema educativo también tuvo que
“adaptarse a esta condición nueva”
y comenzar a enseñar, transmitir
afecto y contención a través de una
pantalla, cosa que no es nada fácil
sobre todo en el Nivel Inicial.
- Mayo es el mes de los jardines
de infantes y las maestras jardine-
ras, en memoria de Rosario Vera
Peñaloza y aunque la educación
en todos los niveles ha atravesado
innumerables cambios, siendo per-
manentemente motivo de revisión,
análisis y debate, sin embargo, la
revolución de Rosarito con sus
principales postulados : juego, ex-
ploración, narración, sigue vigen-
te…
- Si, totalmente sigue en pie; Ro-
sario Vera Peñaloza fue fundadora
de numerosos jardines de infantes
en todo el país, además actualizó
los programas de estudios para la
carrera de maestra jardinera, que
no existía en Argentina y así dejó
su gran huella en la educación. Sus
postulados fueron los pilares funda-
mentales para una buena formación
docente y una enseñanza que deja-
ra un aprendizaje significativo para
la primera infancia.
- Sobre esos cimientos llegaron im-
portantes conquistas del Nivel Ini-
cial que se dieron a lo largo del
tiempo, entre ellas su función pe-
dagógica…
- Algunas palabras claves que mar-
can esas conquistas podrían ser
Infancias, lucha, reconocimiento,
proceso, transformación, derechos,
identidad.Mientras que permanece
como marca de origen el aborda-
je de la primera infancia desde el
espacio público. Por supuesto que
hay muchos acontecimientos que
no fueron los adecuados y que de-
bieron ser modificados o excluidos,
pero debemos recordar que mu-
chas fueron las personas que lucha-
ron por los ideales de la educación
en la primera infancia y es nuestro
deber como educadoras continuar
ese compromiso también en su
honor.
- Con lo nuevo llegó también la
profesionalización del rol …
- Como docentes trabajamos cons-
tantemente por revalorizar nuestro
título de “Profesora de Educación
Inicial”, tomando como punto de
partida que la educación inicial es
el primer trayecto del Sistema Edu-
cativo Nacional, además de ser re-
conocida como fundamental en el
desarrollo de las potencialidades de
unniño.Creoquelosmitossostienen
y fundan ciertas creencias y prácti-
cas docentes que se transforman en
temas habituales en el Nivel Inicial.
Me parece que en la medida en
que logremos desmitificar algunos
supuestos dentro del sistema edu-
cativo nos resultará posible apuntar
a la construcción de otro enfoque y
otra práctica de enseñanza- apren-
dizaje sobre todo en estos tiempos
que estamos transitando, donde el
cambio de la manera de transmitir
la enseñanza es sumamente nece-
sario. Hay muchas cosas que de a
poco fueron cambiando dentro de
ENTREVISTA A
GEORGINA LOSER
Por Bachi Salas
5. El Corredor Mediterráneo / Página 5
este nivel educativo, como el rom-
per con la infantilización y con los
estereotipos del docente de Nivel
Inicial.
- Cómo se expresa en los lugares
donde te desempeñas el postulado
del respeto de niños y niñas como
sujetos de derechos y grandes crea-
dores y recreadores.
- En la actualidad aún se continúa
luchando para que los niños y niñas
dejen de ser considerados como
objeto de protección y se los reco-
nozca como sujetos de Derechos.
Desde el Nivel Inicial se hace un
fuerte hincapié en el abordaje de
los Derechos del Niño y trabajamos
esos derechos a través del diálogo,
hechos cotidianos, cuentos, videos
y distintas expresiones del arte utili-
zando diversos autores, para que los
niños a través de vivencias puedan
comenzar a reconocerse como su-
jetos de derecho. A este trabajo le
sumamos el que desarrollamos con
las familias, brindándoles informa-
ción mediante talleres y charlas,
entre otras acciones.
- ¿El superar el concepto “asisten-
cial “del nivel y lograr su función
educativa resultó un proceso difí-
cil?
- Es un concepto que aún persiste
en la actualidad, ya que el jardín
maternal cuya franja etaria abarca
a niños de 45 días a 3 años, tiene
como objetivo principal ayudar al
desarrollo integral del niño en to-
dos sus aspectos y además cumple
dos funciones; una de ellas es pe-
dagógica, se trabajan contenidos y
objetivos extraídos del diseño cu-
rricular de la provincia de Córdoba
y de Buenos Aires y la otra función
es asistencial , al niño que asiste a
este tipo de jardín se le brinda el
desayuno, almuerzo y merienda, es
decir se tienen en cuenta aspectos
básicos como la seguridad, higiene
y alimentación.
- A medida que crecemos podemos
aceptar las distancias que nos im-
pone la realidad en este momen-
to. Menos juego, menos abrazos,
menos miradas, lamentablemente
forjados por una cultura que nos
va creando caparazones. ¿Es más
difícil acompañar en el nivel inicial
desde la virtualidad?
- Si, es mucho más difícil porque en
el Nivel Inicial lo afectivo juega un
papel muy importante, el vínculo
que se genera entre docente y niño
es a través del contacto, de un abra-
zo, una caminata de la mano por el
patio del jardín, una charla sobre
el juguete preferido donde no exis-
tía la distancia social, unos brazos
donde conteníamos esa pequeña
angustia que a veces aparecía cuan-
do la familia se retiraba del jardín y
mucho más. Con la llegada de esta
pandemia tuvimos que adaptarnos
y “reconfigurarnos” en la forma de
transmitir afecto y contención a los
niños y también tomar la respon-
sabilidad de orientar a las familias
sobre cómo acompañar en este pro-
ceso.
- En estos tiempos de incertidum-
bre, donde el miedo es una palabra
que nos alcanza a todos, ¿cómo les
contamos a los chicos esta histo-
ria? ¿Qué hacemos con los eternos
desterrados de nuestro imaginario,
el miedo, la muerte, la vulnerabili-
dad?
- No podemos hacer como si nada
estuviera pasando; es necesario
explicarles lo que está sucediendo
con un vocabulario sencillo, que
puedan comprender y no para
asustarlos sino para enseñarles a
cuidarse. Debemos tener en cuenta
que los más pequeños aún no han
alcanzado la madurez necesaria
para entender los aspectos sociales,
biológicos y ni hablar económicos
relacionados con esta pandemia,
por lo que es sumamente nece-
sario escucharlos, permitirles que
expresen sus miedos, sus dudas y
explicarles lo mismo las veces que
sea necesario, utilizando diferentes
estrategias, abrevando de nuestras
fuentes, como la de RosaritoVera, a
través del juego, la exploración, la
narración.
Dice el pensador Franceso Tonucci
que “jugar para un niño es la posibi-
lidad de recortar un trocito de mun-
do y manipularlo, sabiendo que
donde no puede llegar lo puede in-
ventar”. Por eso, es también a través
del juego libre donde se expresan y
conjuran los miedos. Y allí estamos
junto a niños y niñas, dejando ser
y salir los miedos, nosotros, los que
en este mes celebramos el día de
maestras y maestros jardineros.
6. El Corredor Mediterráneo / Página 6
AGUSTÍN
TOSCO:
EL HOMBRE
QUE FUE PUEBLO
Por Facundo Aguirre Ibarra
Agustín “el gringo”Tosco, emblemático di-
rigente sindical de Córdoba, cumpliría 90
años este 22 de mayo. Su militancia inclau-
dicable por la justicia social, la soberanía
popular y la liberación nacional llevaron a
que viviera entre nosotros poco más de la
mitad de aquellos años, pues murió a los
45. Clandestino e insobornable, exhaló su
último aliento en 1975. Irreverente y re-
volucionario sigue vivo en cada lucha del
pueblo por soltarse de sus cadenas.
Hablar de Tosco interpela. ¡El gringo de
Moldes que partió la historia! El del mítico
Cordobazo. El “lucifuercista” que hizo lo
que había que hacer, en el momento pre-
ciso, sacudiendo hasta los cimientos de un
régimen corrupto y entreguista que plan-
teaba eternizarse en el poder.
Y acá surge la primera aclaración: ni es
soloTosco, ni la historia del ´69 se escribió
por él. Miles de mujeres y hombres lucha-
ron y dejaron más que su vida para torcer
el rumbo de un destino patético, escrito por
banqueros y multinacionales.
Cientos de militantes fueron protagonistas
del “Cordobazo”, por lo que también es
preciso recuperar siempre, a ElpidioTorres,
a Atilio López y a René Salamanca, por
mencionar algunos de los imprescindibles,
sabiendo que no contemplar el panorama
completo (y complejo) suele traducirse en
errores evitables en cualquier tipo lucha.
Hecha esta aclaración, seguimos con el
Gringo... Agustín José. De familia piamon-
tesa, nació en Coronel Moldes en 1930,
formándose en la cultura del trabajo, la lec-
tura, la disciplina y el respeto.
Tras concluir los estudios secundarios se
muda a la ciudad de Córdoba y con 19
años ingresa a trabajar a Servicios Públi-
cos de Electricidad de Córdoba (S.P.E.C.),la
cual había sido estatizada en 1946 y que
tomaría su nombre definitivo de Empresa
Provincial de Energía de Córdoba (E.P.E.C.)
tras la fusión con la Dirección Provincial de
Energíaen1953.ElSindicatodeLuzyFuer-
za había nacido en 1944 con el nombre de
Unión Sindical de Empleados y Obreros
de las Compañías Productoras de Energía
y dos años más tarde cambió su nombre
al actual. En sus primeros seis años como
trabajador de la empresa, ocupó dentro
del Sindicato distintos espacios y asumió
responsabilidades como sub-delegado de
su sección, delegado luego, secretario del
cuerpo de delegados y secretario gremial
(de su sindicato y luego de la Federación).
En 1956 fue elegido Secretario General
de Luz y Fuerza – Córdoba y desde 1967
acompañó aAtilio López en la conducción
de la CGT Córdoba. Pese a haber formado
parte de las “62 organizaciones” (organiza-
ción sindical peronista formada en el “Con-
greso Normalizador de la CGT de 1957”)
en su fundación, adscribe luego, desde su
sindicato, a la fracción “independiente” del
movimiento cordobés, convirtiéndose en
uno de sus principales exponentes. Desde
allí realizará una abierta crítica al gobierno
de Arturo Frondizi y mantendrá una rela-
ción distante con la CGT nacional, enca-
bezada por José Alonso y AugustoTimoteo
Vandor.
Padre de dos hijos, Héctor y Malvina, y
casado con Nélida Bonyuán, desarrolla
su militancia sindical y política durante los
años sesenta en constante articulación con
distintos sectores de la sociedad, no sólo
dentro de la provincia, sino también en
el plano nacional. Buscó siempre atraer a
las clases medias y a la pequeña burguesía
(pequeños comerciantes, propietarios, es-
tudiantes, religiosos, campesinos, produc-
tores, entre otros) por medio de un discurso
amplio y abarcador que mantendrá duran-
te toda su militancia política.
La práctica independiente de la regional
de la CGT cordobesa; la temprana y fun-
damentada oposición de Luz y Fuerza –
Córdoba- a la dictadura encabezada por
Onganía, como así también el rechazo a
los dirigentes sindicales que dialogan y ne-
gocian con los dictadores de turno -vía la
conformación de la “CGT de los Argenti-
nos-, provocaron un revuelo de importante
magnitud en el contexto sindical argentino.
El “Gringo” era descubierto por el mun-
do político convulsionado de Argentina
como un dirigente sindical distinto: po-
seedor de gran legitimidad y referencia en
su provincia y articulador de una serie de
organizaciones populares y democráticas
que lo visualizaban como un referente en
la teoría y en la práctica. Bajo las consig-
nas de “Justicia Social, Soberanía Popular
y Liberación Nacional” atrajo dirigentes de
todos los colores políticos y opositores al
régimen. Pregonando la anti-burocracia, la
democracia real de las bases y el “anti-par-
ticipacionismo”, logró empujar a la CGT
de los Argentinos y a la regional cordobesa
a su máximo nivel de organización y lucha
en los días 29 y 30 de mayo de 1969, en
la jornada histórica conocida como “Cor-
dobazo.”
CIELITO, CIELO QUE SÍ. CIELO DEL ´69
Repasemos el contexto mundial: golpe en
Brasil ´64, asesinato de CamiloTorres ´66 y
del Che ´67, Mayo Francés ´68, Primavera
de Praga ´68, Tlatelolco ´68, Conferencia
Episcopal de Medellín 68.
Repasemos la lucha nacional: La Falda
´58, Paro conjunto en Córdoba ´61, Huerta
Grande ´62, Plan de lucha del ´63, Santia-
go Pampillón ´66, Hilda Molina ´67, Paro
general de marzo del ´67, la CGT de los
Argentinos ´68.Y luego el ´69.´
El ciclo “Rosariazo-Cordobazo-Rosariazo”
interpretó la crisis orgánica del capitalismo
catalizando la situación revolucionaria.
Se construyeron las condiciones para la
insurrección, que tomó primero la forma
de huelga general, para luego convertirse
en lucha directa de masas callejera. Fue
lucha de clases y, como tal, un hecho so-
cial. Pero, como dice el ruso Plénajov: “son
los hombres quienes tienen una importan-
cia fundamental en la historia, ya que son
quienes formulan las tareas propias del mo-
vimiento y las resuelven de acuerdo a las
circunstancias históricas”.
Agustín José Tosco fue uno de estos hom-
bres fundamentales en la historia de Córdo-
ba y del Pueblo Argentino. “Justicia Social,
Soberanía Popular y Liberación Nacional”,
, hablar deTosco interpela, y por eso lo des-
precian las clases dominantes. Porque ha-
blar de Tosco implica hablar de la serie de
hechos, procesos y luchas que lo hicieron
ser “él”. Implica reconocer en hechos que
hoy acontecen similitudes con el pasado,
ejemplos de lo-que-se-podría-hacer. Impli-
ca hablar de los que nos sigue oprimiendo.
Porque hablar de estas luchas siempre nos
devuelve tareas, las cuales, hoy, también,
todavía, les molestan a los “dueños de to-
das las otras cosas”. Implica hablar de Li-
beración Nacional. Implica volver a decir
“Revolución.” Implica sabernos conscien-
tes de que hoy, como siempre, y como lo
expresó el Programa del 1° de Mayo de la
CGT de losArgentinos: “sólo el Pueblo sal-
vará al Pueblo”.
*Historia entre todos es un proyecto de la
Red de Ciudades Educadoras patrocinado
por el Concejo Deliberante de Río Cuarto
y numerosas entidades y organizaciones
culturales municipales, provinciales y na-
cionales.
HISTORIA ENTRE TODOS
7. El Corredor Mediterráneo / Página 7
FAULKNER
Y LA
DESCOMPOSICIÓN
DELTIEMPO
“Todos hemos tenido esa experien-
cia de leer y releer un texto porque
encontrábamos en ese texto una es-
pecie de totalidad, de intensidad de
aquello que quisiéramos descubrir
en el mundo, que no alcanzamos
a formular exactamente y que esa
lectura nos ponía en evidencia. Esta
es mi primera experiencia de lectura
de Faulkner”
Juan José Saer
Hacia 1929, William Faulkner es-
cribió la más afanosa aproximación
al inasible problema del tiempo.
En el rústico sur de su país inventó
una familia, los Compson. Y desde
ellos, una historia que se presume
desgarrada e inolvidable, pero que
nunca se expone al lector. Tampo-
co hay narrador cabal: quien narra
desconoce, por eso narra. Lo que
sucede es el lenguaje: cuatro perso-
najes relatan no lo que acaece sino
el instante del acaecer, la experien-
cia muda de la palabra que enuncia
el suceso que se pretende contar
desde una argamasa en la que los
discursos se cruzan y superponen
en la imposible obsesión de decir el
presente de la narración:
“Ya os dije que Madre estaba lloran-
do, dijo Quentin. Versh me cogió
en brazos y abrió la puerta trasera
del porche. Salimos y Versh cerró
y la puerta se puso negra. Yo olía a
Versh y lo sentía. Ahora quedaros
callados. Todavía no vamos a subir.
El señor Jason dijo que subierais en-
seguida. Dijo que me obedecierais.
Yo no te voy a obedecer a ti. Dijo
que a mí.Verdad, Quentin…” (1)
En el tempestuoso mar donde so-
brevive la furia del relato, alguna
voz se abre para dejar salir un soni-
do que parece comprender el senti-
do del tiempo y del destino:
“Un hombre es la suma de todas
sus desdichas, y cuando parece que
la desdicha se cansa, entonces el
tiempo es la desdicha”. (2)
Hay una manera de abordar la na-
rrativa de Faulkner que no se co-
rresponde con los modos habitua-
les de leer: la lectura simultánea,
que parece suscitar un texto como
El sonido y la furia, invita a la in-
audita operación de atender a todas
las voces fracturadas de todos los
personajes, que a su vez dicen a los
personajes sin voz. Esa alucinación
lectora, esa desmesurada empresa
que pone la fragilidad del hombre
frente a un lenguaje inescrutable es
el verdadero propósito de Padre re-
galándole un reloj a Quentin:
“”Te lo entrego no para que recuer-
des el tiempo, sino para que de vez
en cuando lo olvides durante un
instante y no agotes tus fuerzas in-
tentando someterlo. Porque nunca
se gana una batalla, dijo. Ni siquie-
ra se libra”. (3)
La derrota como supremo destino
es la lección de Faulkner. En el cen-
tro de esa derrota late, imperturba-
ble, la descomposición del tiempo.
Los muchos y diversos rostros del
tiempo, desnudados por el filoso
acero de su novela. La obsesión
del lenguaje faulkneriano, disrupti-
vo y audaz para escapar de todas
las tradiciones narrativas que pre-
sidieron el orden y la racionalidad,
es la epopeya formidable que da
cuenta de ese fracaso. La literatura
de Faulkner vino a decir el tiempo
como vacío inevitable inventando
un lenguaje que develara esa hu-
mana intensidad.
1. Faulkner William, El sonido y la furia,
1929.
2. Faulkner William, El sonido y la furia,
1929.
3. Faulkner William, El sonido y la furia,
1929.
Por Sergio G. Colautti
LECTURAS
8. El Corredor Mediterráneo / Página 8
EL PROCEDIMIENTO
PLÁSTICO
Por Miguel Carlos Zupán
Perseverando en el recurso plástico elegido, la acuarela,
y asociando imágenes, temas, logros y fracasos uno lle-
ga a resumir o a evaluar que por sobre todos los hechos
que predispusieron o apoyaron ese medio de expresión;
llámese críticas, reconocimientos, recursos, asociaciones
temáticas, etc., se impone el goce y el desafío expresivo
que ofrece esta técnica brindando logros y también fra-
casos que se presentan como verdaderos motivadores de
la acción.
Acción que por sí exige un respeto al manejo y una ubi-
cación ante las posibles tentaciones que acompañan a
los accidentes y efectos por cuanto se corre el riesgo de
usar como medios de expresión la reacción del agua, el
papel, los colores y el pincel. Terminando por creer que
ese lenguaje accidental forma parte de la personalidad
expresiva y no de agentes que se incorporan o dejan de
hacerlo cuando se les ocurre. No por ello hay que dejar
de admirar los agentes de la naturaleza que sin tener con-
vocados se incorporan como humedad, mezcla espontá-
nea, secado lento o absorción del papel de la mancha o
el deslizamiento de la gota por la inclinación del tablero.
Los resultados son atractivos pero casuales y la unidad
buscada en el lenguaje personal ha de fallar muchas ve-
ces.
Opino que es allí cuando el ego creativo recibe limita-
ciones y escasos recursos lógicos. Como lo buscado es
la espontaneidad y el dominio de la acción a realizar no
es aconsejable arrepentirse, borrar o corregir los resulta-
dos, sino que es conveniente rehacer en un plano limpio,
donde el papel espera la intervención del autor con do-
minio de la acción.
El dibujo previo puede ayudar y sostener la composición,
pero lo ideal es superar la línea con la carga del pincel
sacrificando, si es necesario, la idea inicial de la forma
buscada. Un recurso ideal al cual me adherí desde hace
años es enfocar el trabajo teniendo presente la figura y el
fondo cuando la mancha cromática cae sobre la compo-
sición realizable, sin recurso lineal alguno. Hubo autores
que a la línea o dibujo no lo usaron inicialmente o por lo
menos, sin mayor destaque recurriendo a la línea neutra
de un pincel para efectivizar detalles de texturas, rejas,
grietas, piedras, follaje, etc., una vez pintada gran parte
del tema.
Dentro de los recursos lineales ofrecidos por el dibujo, re-
sultante del lápiz, tinta o cromático de la misma acuarela
se ha recurrido a siluetas, contornos o a la participación
de sustancias que una vez secas se retiran para ofrecer
el blanco del papel como recurso compositivo, pero lo
ideal y de calidad expresiva es dejar el blanco del papel.
La Columna