Guilford propuso que la creatividad implica pensamiento divergente, el cual considera múltiples alternativas en respuesta a un estímulo en lugar de una sola respuesta lógica. Identificó tres rasgos del pensamiento creativo: fluidez en generar respuestas, flexibilidad para abordar situaciones imprevistas, y originalidad para establecer asociaciones menos evidentes. Su trabajo desmitificó la creatividad posicionándola como una aptitud común y desarrollable en todos los humanos.