El documento describe las cualidades de un buen orador, incluyendo cualidades físicas como el aseo personal y la salud, cualidades intelectuales como la memoria y la imaginación, y cualidades morales como la honradez y la sinceridad. Un buen orador debe gozar de buena salud física y psíquica, dominar la temática sobre la que habla, y tener cualidades morales como la puntualidad y la congruencia.