Good Stuff Happens in 1:1 Meetings: Why you need them and how to do them well
CUENTO DE LA SELVA LOCA Y SUS VIVENCIAS.docx
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2. Como todos los domingos, Mono se despertó muy temprano, alistó su
bolsa para recoger los trajes de los animales y llevarlos a lavar a la
laguna. Pasó por cada casa y recogió los trajes. Cada traje era muy
particular y Mono sabía cómo lavar cada uno de ellos. El traje de
León tenía una gran melena, el traje de Avestruz tenía muchas
plumas y el de Serpiente era un traje muy largo. A Mono le tomó
toda la mañana frotar los trajes hasta que quedaron limpios; luego,
los tendió en un cordel para que secaran al sol. Mientras los trajes
secaban, Mono acostumbraba tomar un descanso, pues debía
entregar los trajes antes de que se oculte el sol. Sin embargo, esta
vez, rendido por el cansancio, se quedó dormido y al despertar,
sobresaltado, vio que pronto oscurecería. Entonces, aún soñoliento,
se apresuró a recoger, planchar y salir a entregar los trajes
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14. Saltando de árbol en árbol, llegó primero a la casa de Serpiente, que en ese
momento se encontraba cocinando, Mono entregó rápidamente el traje
doblado, y después de despedirse, salió con prisa. Momentos después,
cuando Serpiente se puso el traje, vio con sorpresa que este tenía plumas y
no era lo suficientemente largo. Entonces, gritó fuerte: “¡MONOOOO,
ESTE NO ES MI TRAJEEE!”, pero, Mono no escuchó, él ya estaba lejos,
yendo a casa de Avestruz.
Mono encontró a Avestruz recogiendo las frutas para la comida de la
semana, le entregó su traje y le comentó que debía irse rápido para
continuar con las entregas, antes de que el sol se oculte. Entonces,
Avestruz se despidió y, al llegar a casa, cuando se puso el traje, no sentía
sus cálidas plumas. De pronto, al tocarse la cabeza, sintió que tenía mucho
pelo. Entonces, empezó a gritar: “¡MONOOOO, ESTE NO ES MI
TRAJEEE!”, pero, Mono no escuchó, él ya estaba lejos, yendo a casa de
León.
15. Mono, al llegar a la casa de León, lo encontró casi listo para salir a vigilar los
alrededores. Entonces, rápidamente le entregó su traje y León le agradeció por la
entrega, porque sin su melena no podía hacer su recorrido. Mono le comentó que
había terminado con su tarea del domingo, antes de que el sol se oculte, y que iba a
continuar durmiendo. Rápidamente, se despidió y se fue saltando. Cuando León
intentó ponerse el traje, sentía que le apretaba mucho y que no era cómodo,
además, cuando comenzó a buscar su gran melena, no la encontró. Muy fuerte
comenzó a rugir y gritar: “¡MONOOOO, ESTE NO ES MI TRAJEEE!”, pero, Mono
no escucho, él ya estaba lejos, yendo a su casa.
Los tres animales, muy molestos, fueron en busca de Mono para pedirle una
explicación. Cuando se encontraron en el camino, León, Avestruz y Serpiente, y al
verse por primera vez con los trajes equivocados, comenzaron a reír. Entre
carcajadas, llegaron a casa de Mono para solucionar el problema. Los animales
gritaron juntos: “¡MONO!, ¡MIRA NUESTROS TRAJES!”. Mono bajó del árbol
donde se encontraba descansando, al verlos comenzó a reír y les dijo: “Amigos, se
ven muy graciosos”. Todos juntos se miraron nuevamente y continuaron riéndose
por la gran confusión.