La cultura americana del espectáculo se caracteriza por vivir de manera ostentosa y extravagante, enfatizando la imagen y el consumo por encima de otros valores. Las personas en esta cultura viven despreocupadamente de acuerdo a sus propias normas individualistas y excéntricas, y definen su propia normalidad. Buscan proyectar estatus y poder a través de hacer deslumbrantes las cosas.