Este documento discute la relación entre la cultura y la psicología individual. Argumenta que la cultura históricamente formada actúa como un requisito previo y condición para la actividad psíquica individual, mediando entre la conciencia individual y la realidad objetiva. También advierte que cada vez que desaparece una cultura, se pierde algo potencialmente valioso, por lo que debemos tener cuidado con proyectos como la homogenización cultural.