6. Vivimos una vida triple:
vegetativa, animal e intelectiva
o espiritual
Las cosas que hacemos tienden más
allá, como nosotros mismos.
Alcanzamos siempre grados
superiores sin alcanzar el
supremo.
7. Triple mansión de esta
vida: el útero materno, la
Tierra y el Cielo.
La primera y segunda son
preparación para la
tercera.
La tercera lleva la
perfección y goce de las
otras.
8. Capítulo III. Esta vida es tan sólo preparación para
la vida eterna
La vida terrenal no es , sino el prólogo de otra vida verdadera y sempiterna.
9. Al igual que el vientre materno prepara al neonato para la vida terrenal, la vida
terrenal nos prepara para la vida eterna.
11. Capítulo V. La naturaleza ha puesto
en nosotros la semilla de los
elementos antedichos (Erudición,
Virtud y Religión)
12. Erudición.- Todo ser humano
nace con la curiosidad por su
entorno, aún con su “limitada”
capacidad cognitiva.
El hombre puede ser comparado
con la cera, es moldeable de se
su más tierna infancia.
13. Virtud.- El hombre busca estar en
armonía consigo mismo y con sus
semejantes.
Se le compara con un engrane, que
en conjunto con los otros, forma
una maquinaria perfecta.
14. Religión.- El propósito de la
religión no es seguir una serie
de ritos, sino vivir con los
estándares de Dios.
El hombre sólo puede ser
“santo” o “perfecto”, cuando
busca estas tres cosas.