La disfunción sexual masculina incluye problemas con el deseo sexual, la erección, la eyaculación y el orgasmo. Las disfunciones eréctiles y los trastornos eyaculatorios son los más comunes, y pueden deberse a factores físicos, emocionales o de estilo de vida. El diagnóstico implica una historia clínica y exploración física para determinar la causa subyacente y el tratamiento adecuado.