Un ecosistema está formado por elementos vivos y no vivos que interactúan entre sí. Los seres vivos que habitan un ecosistema se llaman biocenosis y dependen los unos de los otros para alimentarse y sobrevivir, mientras que los elementos no vivos como el suelo, agua y aire también influyen en ellos. Las ciudades pueden considerarse ecosistemas urbanos donde coexisten humanos, animales e insectos, aunque su funcionamiento se basa en intercambios de recursos a larga distancia que pueden desestabilizar otros ecosistemas