San Juan presenta a Jesucristo como el Logos, una palabra familiar para sus lectores griegos que significaba razón o palabra y que estaba asociada con la creación y la revelación divina. Juan describe cómo el Logos, aunque divino, no es idéntico a Dios, sino que es Jesucristo, quien vino al mundo para traer vida, luz, amor y salvación a la humanidad.