La educación va más allá de la instrucción porque sitúa la relación entre el instructor y el instruido en el contexto ético. Mientras la instrucción es un proceso cerrado que deja intacto al instructor, la educación crea un conflicto cognitivo y ético entre las personas involucradas y reconoce que tanto el instructor como el instruido aprenden el uno del otro. La relación en la educación es asimétrica pero busca la igualdad, mientras que la instrucción genera desigualdad.