El decibel (dB) se originó como una unidad para medir las pérdidas en las señales telefónicas a través de los cables. Originalmente se llamaba unidad de transmisión (TU) y luego se adoptó el bel (B) en honor a Alexander Graham Bell. El bel se define como 10 veces el logaritmo de la relación entre la potencia medida y una potencia de referencia, y 10 beles equivalen a 1 decibel. El decibel es útil para medir grandes variaciones en magnitudes como la potencia debido a su escala logarítmica.