2. El duelo: es un proceso psicológico tras el
que nos enfrentamos tras las situaciones de
perdidas, algo que todos atravesaremos tarde
o temprano a lo largo de nuestro periplo de
vida.
La pérdida de cualquier objeto de apego provoca un
duelo, si bien la intensidad y las características de
éste pueden variar en gran medida en función del
grado de vinculación emocional con el objeto, de la
propia naturaleza de la pérdida y de la forma de ser y
la historia previa de cada persona.
3. Aunque el duelo se
asocia inmediatamente
a la muerte, las
pérdidas pueden ser
muy diversas: rupturas
de pareja, cambios de
domicilio, cambios de
estatus profesional,
procesos de
enfermedad o de
merma funcional, entre
otros.
6. La Negación: es el choque, el abatimiento, el pánico
total, el rechazo total a aceptar, de admitir la realidad.
Uno hace todo lo posible por regresar las cosas a su
estado anterior, hacer como si nada hubiera pasado.
Se piensa que la negación es un Sistema de Defensa
para reducir la ansiedad cuando nos sentimos
amenazados.
7. Cuando una vez asumes que luchar contra la realidad
no lleva a la superación y consecución de lo que no se
puede cambiar, se decide salir de debajo del escudo,
cayendo en la tristeza, es decir, en una profunda
depresión.
8. Una vez abandonamos la negación, aparece la cólera.
Uno se comienza a reprochar o incluso le reprocha a
los demás la pérdida que acabamos de sufrir. Es por
ello, que debemos hacer gala de la prudencia ante los
problemas que enfrentamos.
La rabia que sentimos puede llevarnos a hacer un
daño de mayor magnitud al que ya ha sido causado,
de tal forma que agravamos la situación en lugar de
salir adelante.
9. Una vez calmado, uno intenta a toda costa evitar la
pérdida tratando de usar técnicas que lo ayuden
conseguir o por lo menos; intentar paliar la mayor
parte de dicha pérdida.
En esta etapa, puede desarrollarse por un lado una
respuesta positiva; cuando se logra mediar entre las
pérdidas de dos personas para ganar a largo plazo.
Sin embargo por otro lado, existe una respuesta
negativa; a veces resulta absurdo, debido a que uno
sacrifica más con tal de no sufrir la pérdida.
10. Esta etapa representa la culminación del proceso.
Se logra la paz con la realidad. Teniendo una visión
respetuosa, aunque no debe considerarse como
alegre, ya que, al contrario los sentimientos están
extintos. Como si el dolor hubiera desaparecido o
como si la lucha hubiera terminado, y se diera paso a
la liberación.
Libres, para quedarse o irse, de seguir adelante, de
tomar las decisiones oportunas. Aquí, se acepta la
pérdida grande o no tan grande para adaptarse.