2. El rol del facilitador/a virtual es complejo
definirlo en pocas palabras, pero en
lo que sí hay consenso es en el
hecho contundente de que en este
caso, el aprendizaje no se va a
producir llenando de contenidos las
mentes “vacías” de los y las
estudiantes, sino facilitando y
suscitando la construcción colectiva
del conocimiento.
El rol de facilitador/a de aprendizajes
implica obviamente la necesidad de
manejar el componente tecnológico
de la virtualidad, ya que es
fundamental que el docente domine
y entienda el funcionamiento de
plataforma.
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3. Se observa que la aplicación de las
nuevas tecnologías de la información
y comunicación en el proceso de
enseñanza aprendizaje ofrecen la
posibilidad de un trabajo cooperativo
y potencia a que los estudiantes sean
los gestores de su propia formación y
desarrollo, dejando al docente la
responsabilidad de guiar el proceso
de aprendizaje y la libertad en cuanto
al qué, cómo y cuándo enseñar.
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