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Laissez faire!
El Manifiesto
Austrolibertario
Dedicado a mi bella esposa
Carolina,
a mis amados hjios,
Isabela Carolina del Escorial,
Pablo Felipe de Hispania,
Femando Pelayo de los Cabt:ileros,
Carlota Gadea de los Angeles,
Alejandro León de San Miguel
Y a la humanidad,
con la esperanza de que esta pequeña obra ayude a edificar
una civilización de ciudadanos responsables y libres.
Con agradecimiento,
a todas aquellas personas que me enseñaron
Y me ayudaron a llegar a la filosefla austrolibertaria.
9
ÍNDICE
PRÓLOGO, por Brecht Arnaert................................................... 11
PREFACIO..................................................................................... 17
PARTE I
LA TEORÍA, EL PENSAMIENTO,
LOS PRINCIPIOS............................. 23
1. Austrolibertarismo en una frase ........................................ 25
2. Un ideario basado en la ética............................................. 26
3. Cómo vine a ser austrolibertario....................................... 29
4. El bien común, la clave de toda organización social......... 31
5. Origen: la Escuela Austriaca de Economía....................... 33
6. Origen: la doctrina política libertaria ................................ 36
7. Derecho natural y derecho positivo .................................. 38
8. Derechos fundamentales.................................................... 40
9. Derechos adquiridos .......................................................... 43
10. Principio de no agresión .................................................... 47
11. Principio de libre asociación .............................................. 51
12. Principio de libertad de expresión..................................... 55
13. Principio de propiedad privada ......................................... 60
14. El principio del libre comercio........................................... 67
15. El precio justo desde la teoría subjetiva del valor............. 70
POL VICTORIA
10
PARTE II
LA PRÁCTICA, LA APLICACIÓN
CONCRETA DE LA TEORÍA................... 85
1. La justicia austrolibertaria contra la justicia social............ 87
2. El engaño del contrato social y la minarquía para el bien
común................................................................................. 107
3. El Estado austrolibertario, su organización y sus
competencias ...................................................................... 112
4. Austrolibertarismo: único marco jurídico para el siglo
XXI....................................................................................... 120
5. Ingeniería social progresista y respuesta austrolibertaria... 124
6. La «República de Vive y Deja Vivir» ................................ 129
7. La mayor dificultad: tolerar la tolerancia.......................... 162
PARTE III
LOS GRANDES DILEMAS
DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL............... 169
1. Primer dilema: austrolibertarismo versus socialismo ....... 171
2. Segundo dilema: austrolibertarismo versus liberalismo ... 177
3. Tercer dilema: austrolibertarismo versus anarquismo...... 184
4. Cuarto dilema: austrolibertarismo versus minarquismo... 192
5. Quinto dilema: austrolibertarismo versus libertarismo.... 194
6. Sexto dilema: austrolibertarismo versus capitalismo........ 199
PARTE IV
CONCLUSIONES............................. 217
1. Austrolibertarismo, ¿suficiente por sí solo?,
¿ideal de civilización?......................................................... 219
2. Epílogo, por Jesús Huerta de Soto..................................... 229
11
PRÓLOGO
La libertad, en nuestros tiempos posmodernos, conceptual-
mente ha involucionado en uno de los términos más incom-
prendidos del «mercado intelectual». Para algunos, es poder
hacer lo que a uno le venga en gana. Para otros, es la libertad
de elegir. Este manifiesto deja zanjado el asunto: la libertad,
en su sentido político, no trata sobre liberarse de trabajar,
ni es una fórmula para recibir cosas fáciles ni gratis, ni trata
sobre suprimir los deberes hacia nuestros semejantes. La li-
bertad, en el contexto político, significa una y solo una cosa:
la liberación de la opresión.
Escribir sobre la libertad, sin embargo, no es tarea fácil. El
problema intelectual con el que se enfrenta cualquier escritor
de la libertad es uno muy específico: debido a la confusión
conceptual que caracteriza a los tiempos que corren, ni si-
quiera el concepto de opresión es totalmente comprendido.
Peor aún, la misma idea de que hoy día la libertad todavía
necesita ser defendida resulta extraña para las personas que
no son conscientes de que viven sus vidas continuamente
bajo opresión política y, por tanto, también bajo opresión eco-
nómica.
En Occidente, cuando pensamos en la opresión frecuente-
mente solemos, por ejemplo, pensar en una dictadura militar
muy lejana: hombres de aspecto rígido y mirada severa, ves-
tidos con uniformes color caqui, sosteniendo en sus manos
ametralladoras. Esta, sin embargo, es solamente la forma más
visible y explícita de opresión. La bota que está siempre aplas-
POL VICTORIA
12
tando un rostro humano —la horrorosa imagen que George
Orwell presentó en su novela distópica 1984— no es el método
más eficiente para oprimir a las grandes masas de gente. Existen
otras maneras más sutiles de hacerlo.
Si de verdad quieres un sistema eficiente de opresión, tie-
nes que adoptar un enfoque completamente distinto: no por
vía de un despliegue frontal del poder, sino disfrazando su
cara visible, prefiriendo disimularlo, fingiendo como si el po-
der no estuviera siendo ejercido en toda su fuerza y coacción.
La esencia de nuestra actual y sofisticada opresión, entonces,
es nuestra incapacidad para «tocar» el poder, inclusive para
señalarlo o conocer de dónde proviene. ¿Acaso está el poder
en el Gobierno y el Parlamento? ¿O en los grandes medios
de comunicación? ¿O quizás en los sindicatos? ¿Acaso en la
policía o en el ejército? ¿O en los cuerpos de funcionarios y
burócratas?¿Está el poder en el sistema educativo?¿O reside
en los bancos centrales? ¿O quizás en las empresas privadas
y grandes corporaciones detrás del telón del poder político?
Pareciera que el poder reside en todas partes y, por tanto,
a la vez en ninguna parte.
La razón por la que hemos llegado a este estado de cosas
es tan simple como controvertida: los amos de la estructura
del poder han logrado conquistar nuestras mentes. Por vía de
cambiar progresivamente el significado de las palabras, han
conseguido engañarnos para que nos creamos que el poder
reside en cualquier otro lugar, pero nunca en nosotros mismos.
Es nuestro lenguaje lo que primero han pervertido, para luego
pervertirnos el intelecto. Efectivamente, se nos ha robado la
mismísima idea de soberanía personal, y no por la vía de la
agresión abierta, sino por la vía de la estafa encubierta.
En este contexto, leer el manifiesto de Pol Victoria supone
un soplo de aire fresco. Sin mucha parafernalia, él presenta
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
13
su versión de una filosofía que es casi tan antigua como el
hombre mismo. Después de explicar unos sencillos axiomas,
pinta un cuadro de cómo podría ser hoy día una sociedad
libre. Él mismo admite que esta imagen no es perfecta, pero
difícilmente se puede culpar de ello al señor Victoria. Hasta
donde yo sé, esta obra es aún la más clara exposición del pen-
samiento libertario en habla hispana.
Leer a Victoria le inspira a uno el deseo de liberarse de la
opresión política, de vivir una vida honesta, diligente y apa-
sionada, una vida propia y sin coacciones externas, no en un
aislamiento como átomo suelto apartado de los demás, sino
en comunión con quienes comparten ese mismo deseo. Es
esta humana aspiración básica la que guía y acompaña toda
la disquisición teórica del autor, pero mientras algunos pue-
den ver esto como un defecto, yo en cambio lo veo como una
gran virtud y fortaleza en su forma de escribir: en lenguaje
claro y sencillo, elabora muchas de las especulaciones intelec-
tuales que cualquier persona con «mentalidad de libertad» debe
haber tenido.
No obstante, el trabajo aún no está terminado. Esto es solo
un manifiesto introductorio, y Victoria es lo suficientemente
humilde para admitirlo. Invita activamente al lector a pensar
con mayor profundidad y, en la medida en que yo mismo
he podido hacerlo, la pregunta principal que me surge de la
lectura de su obra es cómo podríamos formular el bien co-
mún en términos que vayan más allá de la sugerencia inicial
del autor, a saber, proteger «la búsqueda de la felicidad» de
cada cual. Para mí, en concreto, esa idea es de alguna manera
problemática.
No existe forma específica de definir qué es la felicidad.
Lo que hace feliz a una persona puede frustrar a otra, y lo que
parece ser una completa tortura para una tercera puede ser
POL VICTORIA
14
una delicia para una cuarta. Simplemente no hay manera de
llegar a una comprensión objetiva de la felicidad. Si bien algu-
nos pueden ver esto como el núcleo mismo de una sociedad
libertaria —la completa libertad de interpretación—, yo no creo
que esto fuera lo que el autor tenía en mente cuando eligió
escribir un manifiesto «austro» libertario.
El prefijo «austro», para mí, hace referencia a una meta más
alta de la mera búsqueda de la felicidad. Es una reminiscencia
de una época en la que la cultura de Viena era considerada
la cúspide de la civilización europea, y quien estudie sus raí-
ces españolas descubrirá que esta concepción de la cultura se
basa enteramente en una noción trascendental y aristocrática
del hombre. Una noción, por cierto, que ha sido amenazada
precisamente por el desviado libertarismo y por el credo bur-
gués de que la búsqueda de la propia felicidad sería el máximo
objetivo del hombre en la vida.
Asimismo, debo expresar mi profundo deseo de ver este
trabajo intelectual como apenas el comienzo de un debate mu-
cho más profundo. Defender los principios de una sociedad
libre es una condición necesaria para lograr una sociedad flo-
reciente, pero no es una condición suficiente. Una vez que
estos principios estén claros, y cuando las personas comiencen
a comprender lo innecesario que es tanto conflicto y sufrimien-
to causado por no adherirse a dichos axiomas, el siguiente
paso es debatir qué haremos con esta libertad.
¿Estamos aquí simplemente para disfrutar de la vida y
perseguir lo que nos hace felices? ¿O, como el resultado más
magnífico de la Naturaleza, tenemos una tarea divina que re-
cae sobre nuestros hombros? Estas son discusiones que rara
vez se escuchan. Pero una cosa tengo por segura: solo pode-
mos avanzar hacia esos debates si primero llegamos a un
acuerdo en cómo erradicar la coacción estatal. Y cuando se
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
15
trata de eso, puedo testificar que el libro que se despliega ante
usted es uno de los productos mejor elaborados del «mercado
intelectual».
BRECHT ARNAERT
17
PREFACIO
El presente discurso que el lector sostiene en sus manos no
pretende ser un gran tratado de filosofía, ni una magnífica
obra académica, ni mucho menos una tesis doctoral. Es más
un breve manual que un extenso libro, más una exposición
que un tratado, más un manifiesto que una gran creación in-
telectual.
Algunos intelectuales y académicos juzgarán este escrito por
liviano, falto de rigor y carente de demostraciones científicas.
Será criticado por ambas clases de intelectuales: de un lado
por los enemigos socialistas, que acusarán a este manifiesto
de simplicidad y de no demostrar suficientemente que las li-
bertades políticas y económicas son más éticas y superiores a
la ingeniería social del Estado; de otro lado por los amigos
austrolibertarios o de órbitas vecinas (anarquistas, libertarios,
minarquistas, liberales-clásicos), que acusarán a este manifiesto
de estar poco fundamentado e insuficientemente argumentado,
en comparación con los brillantes libros que ellos han leído
y/o escrito.
Y tendrán toda la razón en criticar este manifiesto. Ojalá
haya muchos eruditos criticando esta publicación. Cuanto más
la desprecien, mejor indicador será de que ha cumplido su
propósito.
Cumplirá su propósito porque este libro no está dirigido a
intelectuales, sino escrito para la gente de a pie, para la gente
sencilla de la calle. Su propósito no es el de ser clasificado en
importantes bibliotecas ni servir de guía en prestigiosas uni-
POL VICTORIA
18
versidades. Su objetivo es que pueda ser leído por cualquiera
y entendido por personas no instruidas.
En ello se asemeja a (lo que quizás es) su obra opuesta, El
Manifiesto Comunista, escrito en 1848 con lenguaje comprensivo
para todo el mundo. Si Karl Marx hubiera escrito solamente El
Capital, de 8 volúmenes y miles de páginas, leído por solo unos
cuantos eruditos, casi nadie habría conocido el marxismo y no
habríamos tenido que padecer la lacra del comunismo que des-
trozó la civilización. En cambio, lo brillante fue haber difundido
su manifiesto como una obra no académica y sí divulgativa, sen-
cilla de entender para cualquier obrero que escasamente supiera
leer y escribir. Esa fue la manera con la que durante los siglos
XIX y XX se logró envenenar la cabeza de tantas personas justas,
rectas y de buena intención, haciéndoles creer que la solución a
sus problemáticas era el ideal comunista. Así fueron engañadas
millones de personas, arrastradas a una falsa salvación que creó
muchos peores males de los que pretendía combatir.
El Manifiesto Austrolibertario aspira a ayudar a cambiar el
mundo en el sentido contrario. Desde cierto punto de vista se
podría decir que es una especie de contramanifiesto marxista,
o manifiesto anticomunista, con la particularidad de que se
opone no solamente al socialismo más rancio y extremista,
sino a cualquier otra forma de socialismo o colectivismo, sea
explícito o camuflado. Los austrolibertarios entendemos que
el mundo entero está infectado de las ideas colectivistas en
muchas variantes, y también sabemos que nuestra batalla es
dura porque tenemos a todo el Sistema en contra.
A pesar de nuestra soledad y escasez de medios y recursos,
también nos llena de ilusión observar algunos síntomas de cam-
bio en la sociedad, sobre todo en los últimos años, en los que
individuos y organizaciones han tenido la valentía de resistir
frente a la invasión y arrebatamiento de sus libertades civiles.
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
19
El siglo XXI puede ser la edad del despertar de la humanidad,
donde las personas tomen consciencia de su derecho natural a
ser libres, por lo que se podría generar un potente Movimiento
Austrolibertario que reclamara un freno a la tiranía de los po-
derosos y propiciara un renacer humano de libertad personal
y responsabilidad individual.
Lo anterior únicamente podría ocurrir si el mensaje aus-
trolibertario llega a las masas, si la gente de a pie tiene acceso
a dicho mensaje y puede comprenderlo. Al contrario de las
ideas totalitarias, las ideas de la libertad no suelen bajar desde el
mundo académico hasta las personas no eruditas, aquellas que
carecen de la capacidad o del tiempo de lectura de las grandes
obras del pensamiento. De esta manera vamos dilucidando la
misión de El Manifiesto Austrolibertario.
Su misión es llegar a las masas, a las mujeres y a los varones,
a los niños y a los ancianos, a los jóvenes y a los mayores, a
los empleados y a los empresarios, a los funcionarios y a los
emprendedores, a los militares y a los civiles, a los religiosos y a
los ateos, a los políticos y a los contribuyentes, a los periodistas
y a los espectadores, a los inteligentes y a los no tanto, a los
solteros y a los casados, a los obreros y a las amas de casa, a los
inversores y a los que no llegan a final de mes, a los artistas y
a los científicos, a los sanos y a los enfermos, a los trabajadores
y a los estudiantes, a los ricos y a los pobres, y en general, a
todos los que viven su día a día como bien pueden, intentando
ser felices, y con mayor o con menor conciencia de que todos
nacimostraslasrejas,presosenunajaulaartificial,creadaporun
Sistema que nos arrebató la capacidad de decidir sobre nuestras
vidas y la responsabilidad que ello supone.
Su misión es hacer tomar consciencia de su condición a
aquellos millones de personas que en el fondo ya son austro-
libertarios pero aún no se han dado cuenta.
POL VICTORIA
20
Su misión es despertar las mentes para que la gente llana
visualice que otro mundo es posible y que es el que debemos
edificar: una civilización de ciudadanos responsables y libres.
La mayoría de lectores se quedará en la lectura de El Ma-
nifiesto Austrolibertario sin avanzar a leer nada más, y ello le
será suficiente para tener un mínimo criterio de vida de cara
a su convivencia en sociedad y para tener un mínimo marco
intelectual que le ayude a combatir en la batalla de las ideas.
Este libro no pretende más que eso, cumplir con unos míni-
mos cognitivos. A una minoría de gente, sin embargo, este
escrito le habrá abierto el apetito para luego profundizar y
querer sustentar sólidamente las antiguas y profundas ideas
expuestas de forma resumida en este manifiesto. A estas per-
sonas con mayor tiempo o con mayor capacidad lectora las
animamos a que sigan leyendo, ahora sí, las relevantes obras
del pensamiento que han escrito los intelectuales de los siglos
pasados o incluso del presente.
Además, este autor pretende humildemente que El Manifiesto
Austrolibertario sirva de primera lectura para quienes desean
acercarse por primera vez a las ideas en favor de la libertad.
Servirá de «arma» o «gancho» para que cualquier austroliberta-
rio o simpatizante del austrolibertarismo pueda atraer a algunos
indecisos a nuestra causa. En cualquier debate sobre algún tema
filosófico, ético, jurídico, político o económico, el amigo de la
libertad podrá referirle este libro a su contrincante de buena vo-
luntad, darle físicamente este manifiesto o enviárselo en edición
digital, para ayudarle a obtener otra perspectiva. Difícilmente
se podrá corregir a un socialista convencido (aunque los mila-
gros no se deben descartar), pero sí le abrirá los ojos a tantas
personas que solamente han conocido la narrativa colectivista
y que nunca han escuchado un enfoque libertario. Uno se sor-
prende de la enorme cantidad de austrolibertarios en potencia
21
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
que viven a nuestro alrededor, que aún no lo son porque nadie
les ha transmitido este ideario, pero que en cuanto entran en
contacto con este pensamiento rápidamente se enamoran de
él y se unen a la causa. Este libro servirá para el propósito
de despertar conciencias adormecidas y adoctrinadas por la
poderosa influencia socialista.
A su vez recordemos que nuestra pugna es contra las insti-
tuciones socialistas, pero aún más importante, contra las ideas
socialistas. Es una lucha racional, académica, intelectual, infor-
mativa, para conquistar las mentes antes que las instituciones.
Ciertamente es una ardua batalla, muy difícil de ganar, pero
ahí está el combate. Ganemos primero el terreno de las ideas
y luego ganaremos el terreno de las instituciones. El austroli-
bertarismo es el antídoto contra el veneno socialista en todas
sus facetas, en todos sus disfraces y máscaras, y es el que nos
libera de la opresión estatal y del infantilismo dependiente; es
el que nos hace adultos y ciudadanos responsables y libres.
Sin embargo, debido a la intención de ser breve en sus
páginas, el autor ha dejado muchos principios sin describir
explícitamente. Si no fuera el objetivo exponer tan solo un
resumen de la tesis austrolibertaria y no alargarse en un libro
espeso de leer, se habrían añadido otros muchos capítulos:
«Principio de libre competencia; Principio de libertad educa-
tiva; Principio de libertad de consciencia; Principio de liber-
tad de contratos; Principio de libertad de armas; Principio de
libertad de emisión de dinero; Principio de libertad de movi-
miento; Sobre la patria potestad; La libertad humana, ¿idea
novedosa o principio milenario?; La igualdad como espantoso
antivalor socialista; La fatalidad del salario mínimo; De cómo
el socialismo destruye el tejido social; De cómo el Estado del
Bienestar destruye la comunidad humana; La justicia social
versus la caridad voluntaria; Los problemas migratorios en
POL VICTORIA
22
un mundo no austrolibertario; Las zonas comunes de copro-
piedad privada; Sobre la legalidad de las drogas; Sobre las
organizaciones que dan servicios públicos sin impuestos; God
and Gold, las dos G de la discrepancia; La inmoralidad de
la reserva fraccionaria bancaria; La teoría austriaca del ciclo
económico; La usura y el tipo de interés; La propiedad privada
y la protección del medio ambiente; La ideología de género li-
berticida; La farsa de la igualdad de oportunidades; El mundo
digital y su uso austrolibertario; Purismo del ideario frente a
infiltración del Sistema; De cuándo se alcanza la mayoría de
edad; La solución de las polimicromonarquías; La historicidad
de las zonas de tolerancia; La cuestión del aborto; La cuestión
de la pena de muerte; Sobre la divinidad y la religión; Sobre
la patria o comunidad política; Sobre el matrimonio; Sobre
la familia.» Pero, por desgracia, no había suficiente espacio
para añadir estos capítulos.
Aun así, El Manifiesto Austrolibertario sí reúne los pilares in-
telectuales más importantes que deben sostener el marco ju-
rídico de una nueva sociedad para el siglo XXI. A su vez, hace
un llamamiento a generar un movimiento cívico de personas
comprometidas que, resistiendo a la tiranía, sean capaces de
promover más sociedad natural y menos Estado artificial.
Estimado lector. Bienvenido a conocer la filosofía austro-
libertaria. Bienvenido a librar la batalla de las ideas.
PARTE I
LA TEORÍA,
EL PENSAMIENTO,
LOS PRINCIPIOS
25
1.
AUSTROLIBERTARISMO
EN UNA FRASE
La definición puede ser muy sencilla.
Austrolibertarismo: pensamiento filosófico que une los prin-
cipios de la Escuela Austriaca de Economía con la Doctrina
Política Libertaria y con el Derecho Natural.
La explicación resumida, también.
Ideario que promueve la total libertad humana, tanto en
economía como en política, con la responsabilidad inherente
que dicha libertad conlleva. El austrolibertarismo está a favor
de la libertad personal y la responsabilidad individual, del or-
den social natural y espontáneo, de la sociedad auto-organizada
desde abajo, con procesos de cooperación humana volunta-
ria, y carente de toda ingeniería social, coacción sistemática y
agresión institucionalizada contra el libre ejercicio de la acción
humana y de la función empresarial.
26
2.
UN IDEARIO BASADO EN LA ÉTICA
Muchas veces, los pensadores que han promovido la causa
de la libertad lo han hecho basados en principios utilitaris-
tas, materialistas y consecuencialistas. Es decir, la libertad es
buena porque es útil para conseguir algo concreto, tangible y
medible. La libertad debe ser defendida porque nos produce
bienestar material. La libertad hay que promoverla porque
trae consecuencias beneficiosas. Como estimamos su utilidad
y apreciamos sus consecuencias, seamos amigos de la libertad.
Ahora bien, sin que lo tengan que decir explícitamente, al
formular lo anterior dichos autores también están diciendo lo
siguiente. La libertad no es un valor en sí mismo, sino que es
un instrumento que ha demostrado su eficacia para producir
resultados satisfactorios para el hombre. Ergo, si fuera al revés,
si no nos sintiéramos beneficiados por los resultados que trae
la libertad, tendríamos que descartarla porque no nos es útil ni
trae las consecuencias que buscamos. O dicho de otro modo,
si la tiranía, la dictadura o el totalitarismo trajeran mejores
resultados que la libertad, entonces la libertad pasaría a ser
un anti-valor a combatir.
Bien. A pesar de que dichos amigos de la libertad han con-
tribuidoalibrarlabatallaasufavor,yesoesinnegable,debemos
decir que a la vez la han perjudicado. La defensa de la libertad
se ha visto comprometida por aquellos mismos que la querían
enaltecer, precisamente porque cayeron en el grave error de
emplear la lógica utilitarista o consecuencialista.
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
27
La libertad, entonces, ganó dos tipos de enemigos.
Por un lado, muchas personas que creyeron poder demos-
trar que el Estado podía, en todas las circunstancias o al menos
en algunas de ellas, propiciar mejores resultados económicos
que el libre mercado, y propiciar mejores resultados en el orden
social y la felicidad que la libre acción humana. O personas
que fueron convencidas de esa narrativa. De tal modo, muchos
de quienes estaban acostumbrados a defender la libertad por
razón de su utilidad y consecuencias, se cambiaron de bando
al ser convencidos, fuera por datos reales o por datos falsos,
de que la dirección estatal, o al menos la intervención estatal,
podían ser más eficientes que la libertad. De ahí el surgimiento
de frases populares tipo, «el mercado está bien en general, pero
en aquellos sectores o lugares o circunstancias donde no sea
eficiente, es el Estado el que debe acudir a suplir la ineficiencia
del mercado», o de frases populares tipo, «la gente no sabe lo
que quiere ni lo que le conviene, por eso se necesita que un
buen gobierno tome decisiones racionales en su nombre». Al no
ser sólida la defensa de la libertad, cuando no daba los frutos
esperados se perdía la motivación para seguir defendiéndola
y surgía el intervencionismo. Porque la libertad era solo una
herramienta útil para obtener una consecuencia deseada.
Porotrolado,muchaspersonasconunperfil,digamos,noble
e idealista, también se enemistaron con la libertad al ser conven-
cidas de que sus promotores eran ajenos a la moralidad, que
solo pensaban en sí mismos y jamás en actuar correctamente
según unos principios morales. De ahí el surgimiento de frases
populares tipo, «puede que el libre mercado sea en general más
eficiente y próspero, pero eso no es lo que importa, pues por
encima de la producción de riqueza está el valor de la justicia
social», o frases populares tipo, «de nada sirve aumentar el cre-
cimiento económico si ello conlleva una desigualdad inmoral».
POL VICTORIA
28
Así, la izquierda socialista se autoerigió como la guardiana de
la ética y señaló (y quizás marcó para siempre) a los amigos
de la libertad como cerdos capitalistas y egoístas desalmados.
Al no ser sólida la defensa de la libertad, cuando llegaban los
pregoneros de la supuesta moralidad podían convencer fácil-
mente hacia el socialismo a quienes aspiraban a algo más alto
y noble que la simple eficiencia. Porque la libertad era solo
una herramienta útil para obtener una consecuencia deseada.
Defender la libertad basándose en un error de raíz la hizo re-
troceder y perder terreno en la batalla de las ideas. Si la libertad
es un valor relativo a su utilidad y consecuencias, no es algo que
necesariamente haya que defender y promover siempre, ya sea
porque a veces produce resultados negativos o ya sea porque no
está respaldada por la moral. Siempre que la libertad produzca
insatisfacciones o supuestas injusticias, habrá que eliminarla o
restringirla. En el fondo, los utilitaristas y consecuencialistas le
estaban dando armas a los enemigos de la libertad.
El austrolibertarismo, en ningún modo, comulga con esas
ideas. Su defensa de la libertad es por principio moral, no por
cálculo de beneficios, consecuencias, utilidad, o pragmatismo.
El criterio de eficiencia es irrelevante para un austrolibertario.
Cierto que es amplia la investigación científica que demuestra
que las libertades políticas y económicas conducen a una mayor
felicidad humana y prosperidad económica, pero ese dato es
secundario. Si no fuera así, nada cambiaría en el criterio. Si
ejercer la libertad produjera peores resultados, de todos modos
hay que seguir defendiéndola. A la izquierda socialista hay que
desbancarla de su actual monopolio del discurso de la ética.
El austrolibertarismo cree en principios universales que con-
forman una ética que debe regir el comportamiento humano.
Así, su defensa de la libertad no se hace porque conviene, sino
por su fundamento moral irrenunciable.
29
3.
La historia de mi evolución hacia el austrolibertarismo no
se publica por un afán de dar a conocer los detalles personales
de mi vida, sino simplemente con el objetivo de que muchos se
sientan identificados y animados a dar el paso. Si yo lo di,
cualquiera lo puede dar.
Llegué el austrolibertarismo después de pasar por muchas
filosofías politícas y económicas. Creí en, o al menos coqueteé
con, el izquierdismo, el comunismo, el ecologismo, la
democracia, el derechismo, el conservatismo, la aristogracia, la
monarquía, el nazismo, el fascismo, el falangismo, el carlismo.
Creí en o al menos coqueteé con, el socialismo, el
intervencionismo, el sindicalismo, el keynesianismo, el
liberalismo, el libertarismo.
Todo ello en distintas etapas de mi vida durante más de
veinte años, en un largo camino por encontrar el mejor sistema
político y económico para la humanidad, asunto que siempre
fue de mi vida interés desde niño, y motivación que me llevó a
leer multitud de libros y conocer a diversas personas y
maestros , todos muy inteligentes y a quienes igualmente estoy
muy agradecido.
Finalmente concluí que todas las idelogías aceptan el
principio de agresión de unos seres humanos contra otros, en
mayor o en mejor grado, e intentan filosóficamente
legitimarlo.
Por supuesto unas más que otras, pero todas las ideologías
encuentran justificaciones políticas o económicas para usar la
agresión, y conciben que sus regímenes pueden violar los
CÓMO VINE A SER
AUSTROLIBERTARIO
30
POL VICTORIA
derechos naturales y a veces los derechos adquiridos de los
individuos, y coactivamente moldear la sociedad, algunos de
las ideologías y a su antojo y algunos otras moldearla de
forma moderada y limitada.
El austrolibertarismo es lo contrario a todo esto. No hay
nada qué moldear. La sociedad humana debe surgir de
manera natural y espontánea sin diseño ni interferencia de
nadie en particular.
Y aunque hay idearios no tan distante del
austrolibertarismo, y con los cuales se podrían hacer
alianzas para combatir juntos en algunos terrenos comunes
y contra enemigos comunes, a la vez hay discrepancia con
todos ellos en mayor o en menor medida. Por eso, un
austrolibertario puede entrar en debate contra comunistas,
socialistas, anarco-colectivistas, social-demócratas, demo-
cristianos, demócratas, fascistas, liberales, keynesianos,
conservadores, neo-liberales, neo-keynesianos, neo-
conservadores, crony-capitalistas, progresistas, post-
modernos, derechistas, izquierdistas, identitarios,
globalistas, liberales-clásicos y anarquistas.
Desde que me volví austrolibertario, ahora defiendo la
completa libertad de las personas y de las familias frente a la
coacción violenta del Estado en todos los órdenes. Ningun
modelo político o económico está legitimando para usurpar
los derechos naturales e intrínsecos del ser humano, ni
tampoco los derechos adquiridos legítimamente. Basado en
el principio de no agresión, en el derecho de libre
asociación y en el valor universal de la propiedad privada,
promuevo la progresiva desmantelación del Estado
moderno, la total libertad política y económica, la
desaparición de las legislaciones, controles y regulaciones
autoritarias que minen dicha libertad, la reducción o
desaparición de los impuestos estatales, y el libre flujo
mundial de personas, bienes, servicios y capitales.
31
¿Cuál es la motivación para justificar un principio de
agresión entre los seres humanos? Las ideologías más serias
responden: el bien común. ¿pero cuál es el bien común?
¿Qué criterio es el que define lo que es en realidad el bien
común? Ahí está todo el secreto. Ese es el asunto que hace
toda la diferencia entre dichas ideologías. Esa es la esencia
que forja las características, matices y detalles de cada una
de ellas. Es su propio concepto de bien común lo que
legitima a cada régimen para usar la violencia, coacción e
imposición. Salvaguardar el bien común es su misión, y por
ello se justifica hacer sacrificios por un concepto superior, y
por ello se puede agredir a deter-minados seres humanos si
es por alcanzar el bien común. Se podría emplear un libro
entero para tratar este concepto, pero este no es el fin del
presente escrito. Tan solo baste expresar brevemente cómo
se relaciona con nuestro ideario.
El bien común por supuesto también existe para el aus-
trolibertarismo, que no es una filosofía relativista. Pero es
un concepto muy distinto porque no es un extenso tratado
de cien páginas y mil artículos y detalles. Se trata de un bien
común mínimo que todos los hombres de la Tierra
comparten. La Autoridad política, por tanto, debe proteger
ese bien que es . común a todos los hombres: la vida y la
libertad para buscar
BIEN COMÚN,
LA CLAVE DE TODA
ORGANIZACIÓN SOCIAL
4.
32
POL VICTORIA
su propia felicidad. El uso de la autoridad y de la fuerza se
limita a aquellas contadas ocaciones en las que se requiere
proteger lo único que en el orden natural es común a todos
los seres humanos: la propia vida y la propia libertad de
cada cual, y los derivados legítimos que de ellas emanan.
33
5.
ORIGEN:LA ESCUELA
El austrolibertarismo se fundamenta en la Escuela
Austriaca de Economía, llamada así por tener un origen
austriaco en la Escuela de Viena, pero por supuesto hoy con
pensadores de todas las naciones, idiomas y latitudes. Se diría
que la fundación de esta escuela ocurrió en 1871, con un
célebre libro publicado por Carl Menger, Principios de
Economía Política. De la misma universidad y maestro
salieron famosos discípulos de nacionalidad austriaca como
Bohm-Bawerk, Von Wieser, Van Mises, Von Hayek, que
fueron influyentes e impactaron los siglos XIX y xx, y
muchos otros de todos los rincones del mundo que han
continuado la labor intelectual hasta el presente siglo XXI.
No obstante, las ideas económicas surgidas en Austria no
fueron en su mayoría inventadas allí en el siglo XIX. En
realidad, tienen un origen muy anterior que data de la
Escuela de Salamanca, durante el Siglo de Oro español.
Entre los siglos XVI y XVII, la Escuela de Salamanca produjo
grandes pensadores en teología, filosofía, política, derecho,
econonúa, física, astronomía, etc. Fue la universidad más
importante de su época. Particularmente sobre el tema que
nos atañe, economistas contemporáneos han asegurado que
en la Escuela de Salamanca se produjo la primera fundación
de la ciencia económica como tal. Así, intelectuales como
Francisco de Vitoria, Diego de Covarrubias, Luis de Malina,
Luis de Alcalá, Domingo de Soto, Martín de Azpilcueta.
Tomás de Mercado Juan de Lugo y otros, sentaron las bases
de las primeras teorías económicas modernas.
AUSTRIACA DE ECONOMÍA
POL VICTORIA
Como en ese entonces la corona española y la corona aus-
triaca estuvieron en cabeza del mismo rey Carlos y luego en
la misma familia Habsburgo. la relación ente España y
Austria fue muy estrecha durante siglos. Eso hizo que el
pensamiento económico, que en España se estancaría y
perderia en gran medida, se mantuvo en Austria durante
los siglos XVIII y XIX como una semilla española que
luego darla sus frutos austriacos cuando Menger retomó en
Viena la ciencia económica desde el punto donde se había
quedado en Salamanca.
Las aportaciones que hicieron los monjes-cconomistas espa-
ñoles fueron, entre otras: la consideración de que el
comercio no era inmoral sino legítimo y beneficioso para la
sociedad: la opinión de que la búsqueda de riqueza personal
y la acu-mulación de riqueza no tenía por qué ser contraria
a la ética; la promoción de la libre circulación de bienes,
servicios, capitales, personas e ideas; la propiedad privada
como institución humana lcgítiina para el orden social y el
cuidado de los bienes; la propiedad privada como
estimuladora de la actividad productiva y del bienestar
general; la licitud de apropiarse de los frutos y beneficios
del ejercicio de la propiedad privada; la teoría subjetiva del
valor como avance y superación de la· teoría del valor-
trabajo; la teoría del valor-escacez como precursora de la
teoría cuantitativa del dinero; la formación del precio justo
como efecto de la oferta y la demanda en el libre mercado;
la justificación morral de los tipos de interés, etcétera.
Las aportaciones que hicieron a continuación moral de los
austriacos fueron, entre otras: la teoría subjetiva del valor,
la teoría de la utilidad marginal y la teoría del cálculo
económico - teorías con las cuales se diferenciaron con una
escuela distinta de la
33
35
POL VICTORIA
escuela clásica liberal; el método lógico-deductivo conocido
como la praxeología; la ética de la economía en
contraposición al utilitarismo liberal; la función de utilidad
ordinal y no cardinal la teoría austriaca de los ciclos
económicos; el rechazo de los métodos matemáticos y
estadísticos -por ser no fiables para teorizar sobre la acción
humana y la función empresarial; el rechazo de las
condiciones de racionalidad perfecta -por-que ningún ser
humano es perfectamente racional -el rechazo del análisis
estático comparativo -porque la economía es una realidad
dinámica y no estática; y en general, el rechazo del humo-
económicus -porque el hombre es mucho más que eso.
36
6.
ORIGEN: LA DOCTRINA
El Austrolibertarismo también se fundamenta, en parte, en
la Doctrina Política Libertaria, llamada así desde los años
cuarentas del siglo XX para diferenciarse del pensamiento
liberal clásico. Aunque en el siglo XIX ya se usaba en Estados
Uni-dos el término libertarianism como referente al
individualismo filosófico, es en el siglo xx, y más desde los
años cincuenta que el libertarismo se consolida como una
doctrina política de mínimo gobierno y de radical libre
mercado. En los años setenta se populariza esta filosofía de
libertad individual en lo social y de propiedad privada en lo
económico. Ya en el siglo XXI el movimiento libertario,
particularmente el libertarianism en Estados Unidos pero
también en otros países, es una fuerza social y política
creciente que ya empieza a no ser despreciable en absoluto.
Las bases doctrinales libertarias suelen atribuirse a una
mezcla entre el liberalismo clásico y la filosofía anarquista-
individualista. Pero no son una mezcla, sino más bien una
posición que acoge lo mejor de ambas corrientes. La doctrina·
politica libertaria no es ni de derecha ni de izquierda, sino
independiente de esa función binaria. Diríamos incluso anti-
Sistema, Y sobre todo anti-estatista. Su principio filosofíco
más importante es el principio de no agresión, que
fundamenta todo el resto del planteamiento de libertad
política. Acompañando este concepto está
POLÍTICA LIBERTARIA
37
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
la libertad invididual de la cual emana el derecho a la
propiedad.
Los derechos de propiedad es lo que la organización
política tiene que efender. El principio de libre mercado, el
principio de libre asociación el principio de libre
contratación o de pactos voluntarios, la propiedad privada
y la nula intervención estatal en la vida privada de la gente,
son pilares clave. Una doctrina política que, junto con los
pilares de la Escuela Austriaca de Economía y el Derecho
Natural, configura el austrolibertarismo.
38
DERECHO NATURAL
7.
Y DERECHO POSITIVO
Gran parte de los conflictos humanos serían de facil resolución
si hubiera una comprensión generalizada sobre el derecho
natural, el derecho positivo, y la correcta interrelación entre
ellos.
El derecho natural es la ley que debe regir al ser humano
porque se adecua a su naturaleza y por tanto es justa de modo
universal. Es una ley común a todos los hombres porque es
intrínseca a su esencia y por tanto inmodificable e inmutable.
El derecho positivo es la ley que redactan los hombres para
regir su convivencia y por tanto puede ser justa o injusta. Una
ley que no es común a todos los hombres porque depende de
sus autores y circunstancias, y por tanto suele cambiar,
modificable y adaptarse.
Para mayor claridad, un ejemplo. Es de ley natural que una
persona tiene el deber de respetar la vida del otro y tiene el
derecho a que su vida sea respetada por otros. Así de abstracto.
Es de ley positiva el cómo exactamente se aterriza y cumple ese
deber y ese derecho. Así de abstracto.
Es de ley positiva el cómo exactamente se aterriza y cumple ese
deber y ese derecho. Así de concreto. La ley positiva, mediantes
sus legisladores humanos, podria establecer múltiples formas
de estimular el cumplimiento de esa ley natural y de castigar
odisuadir de su incumplimiento. Podría decretar que el asesino
cumpla diez años de cárcel, o que cumpla cincuenta años de
prisión, o que se pudra en cadena perpetua, o que sea colgado
en la horca o fusilado en el paredón, o que sea latigado una vez
a la semana por los próximos 20 años. O algo muy distinto,
como que la pena se reduzca a hacer 5 minutos de silencio por
39
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
la víctima. Incluso podría legislarse lo contrario, que el
asesino fuera aplaudido en la plaza pública y condecorado
por la valentía de asesinar a un inocente. La ley positiva
puede crear justicia o injusticia porque depende de la
mano humana en su redacción.
Cuando el derecho positivo está en consonancia con el
derecho natural existe el principio de justicia. Cuando está
en discrepancia se produce una injusticia por parte de los
legisladores. Y cuando hay dicha injusticia, los hombres
tienen el derecho y el deber de levantarse contra los
legisladores y exigir que el derecho positivo esté inspirado
por el derecho natural, so pena de sustituir los
legisladores. Otra habría sido la historia del mundo si los
políticos hubieran respetado la ley natural.
Otro concepto jurídico para entendimiento del lector, y
muy olvidado por la cultura post-moderna saturada de
exigencias y carente de compromisos, es el vínculo
inseparable entre deber y derecho. No existen deberes sin
derechos ni derechos sin deberes. Se puede decir que de
cada deber emana un derecho, o que de cada derecho
emana un deber correspondiente -deberes y derechos
están íntimamente e inseparablemente vinculados.
Toda la sana y pacífica convivencia en sociedad, como
veremos en los siguientes capítulos, gira en tomo al
respeto por dos pilares jurídicos: 1. Los dos derechos
fundamentales, vida y libertad, de los cuales emanan
inmediatamente deberes correspondientes, -la obligación
de respetar la vida y libertad del inocente, y 2. Los
múltiples, diversos y desiguales derechos correspondientes
adquiridos de cada ser humano, de los cuales emanan
otros deberes múltiples, diversos y desiguales. Si la ley
positiva, redactada por hombres imperfectos, consigue ba-
sarse en la ley natural, estos dos pilares jurídicos
sostendrán un marco de convivencia de la paz y
prosperidad.
40
8.
DERECHOS
FUNDAMENTALES
: nadie en particulEn abismal diferencia respecto de todo el
discurso mainstream de los «Derechos Humanos», los
«Derechos Fundamentales», los «Derechos Inalienables» y
demás demagogia inventada por la calamitosa Revolución
Francesa, apropiada por la nefasta ideología socialista,
institucionalizada por la manipuladora Organización de
Naciones Unidas, puesta d emoda por la vacía filosofía y
mediocre corriente postmoderna, y también en claro contraste
respecto de la interminable lista de «derechos» falsos de las
constituciones y legislaciones de las naciones occidentales
modernas., el austrolibertarismo reconoce solamente dos
derechos reales, inherentes al hombre (varón y mujer), y que
podríamos llamar sencillamente derechos fundamentales (sin
mayúsculas ni aspavientos), en el sentido de que están
naturalmente presentes en el fundamento constitutivo del
hombre, en sus cimientos antropológicos, esto es, en su esencia
como persona.
Y a no ser que se le quiera dar sentido trascendente a la
Naturaleza o salvo que se crea en un Autor personal y
metafísico de ella (asunto en el que hay libre albedrío para creer
o no). el austrolibertarismo afirma con toda claridad y
rotundidad lo siguiente: nadie en particular le otorga al hombre
esos derechos fundamentales, sino que es así concebido y nace
con ellos. Ninguna autoridad terrenal, ningún poder tempora,
ninguna institución, organización discurso, tratado, escrito, ley,
nación o Estado le otorga al hombre tales derechos, Los tiene
en sí mismo por Derecho Natural y no necesita que nadie se los
reconozca para tenerlos.
Esos dos unicos derechos fundamentales son: la vida y la
libertad.
41
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
El hombrc nace vivo y nace libre, y tiene derecho a con-
servar esos atributos de la naturaleza, y tiene derecho a que
sus semejantes se los respeten, en orden a buscar su propia
felicidad, que es el fin al que tiende todo hombre. Por ello,
tales derechos son condición sine qua non, pues sin vida y
sin libertad no puede buscar dicha felicidad, mientras que
sin todo lo demás sí puede hacerlo. Necesariamente el ser
humano nace vivo y nace libre universalmente, en
cualquier familia, país, cultura, época o circunstancia donde
nazca, y no nace de ninguna otra manera ni con nada
adicional per sé, pues todo lo demás que tenga es un casual
y añadido extra. Su condición de vivo y de libre es lo único
connatural y universal. Esos son los atributos que
necesariamente acompañan su esencia, pues todo lo demás
que pueda tener es accidental (siguiendo las categorías
aristotélicas de esencia y accidentes).
Podria escribirse un libro entero que solamente tratara
acerca de la demostración científica, biológica, psicológica,
jurídica, antropológica, filosófica, y hasta teológica, de que
el hombre en su naturaleza posee solo dos derechos
fundamentales, pero esa no es la tarea de este libro. Quien
quiera profundizar sobre el tema, que vaya a las fuentes del
saber. Este manifiesto se limita a resumir los postulados.
Un austrolibertario no admite ninguna falsificación de
derechos artificiales, creídos por las ingenuas mayorías de
los países supuestamente desarrollados por el simple hecho
de haber sido otorgados mediante un papel escrito,
arbitrariainente por los burócratas al mando y sin ningún
fundamento antropológico.
Aparte de la vida y la libertad, toda la orgía de otros
supuestos derechos hurnanos (a la educación, a la sanidad,
a la vivienda, al deporte, a tener trabajo, a la renta básica, a
la igualdad, etc.)
42
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
son pura verborrea y demagogia para endulazar los oídos de
las masas y ganar votos electorales, engañándolas con
alucinaciones irreales que solo habitan la prolífica
imaginación de sus redactores, ansiosos de inventar cada día
nuevos derechos ficticios.
Eso no quiere decir que alguien en concreto no pueda
tener otros derechos además de la vida y la libertad. Claro
que lo puede tener; ya los relataremos en el próximo
capitulo que versará sobre los «derechos adquiridos». Pero
aquí solo nos ocupamos exclusivamente de los derechos
fundamentales, los que se tienen por el solo hecho de nacer
y de existir y de ser persona.
A continuación una aclaración importante, para que el aus--
trolibertario se distinga aún más de los postulados socialistas
y postmodernos, ya que está tan de moda la palabra
«inalienable». Los derechos fundamentales a la vida y a la
libertad son naturales, cierto, o sea de índole intrínseca al ser
humano, gravados en su naturaleza per sé, pero esto no
significa que sean absolutos ni inalienables, como el cuento
del main stream políticamente correcto nos lo quiere hacer
creer. No lo son. Y por tanto sí son derechos que en caso
extremo se pueden perder cara a la sociedad. Nadie puede
impedir que nazcas con ellos y que los ejerzas, pero alguien -
la Autoridad política- sí puede impedir que los sigas
ejerciendo, y ello únicamente en el caso de que otros hayan
sido enajenados de esos mismos derechos por tu causa y
culpa. Si fueran enables, nadie podría recibir un castigo y el
crimen camparía sus anchas. La pena de muerte y la cárcel
pueden ser los castigos que se le impongan a alguien que
viola el derecho a la vida o el derecho a la libertad de otros
seres humanos. Uno nace con derechos fundamentales, pero
como no son inalienables uno lo puede perder si se hace
indigno de ellos. La Autoridad política, por tanto, tiene
derecho a aplicar la pérdida de la vida o la privación de la
libertad o los transgresores de los derechos fundamentales, y
todo ello para proteger el bien común.
43
9.
DERECHOS ADQUIRIDOS
Nacemos con vida y con libertad, pero no con una
vivienda, que no es un derecho humano ni fundamental,
sino un derecho que se puede adquirir. Si fuera cierto que
tenemos derecho a la vivienda todos habríamos nacido con
ella, como nacimos todos con vida y con libertad. Si fuera
cierta la ficción socialista, los anacoretas que viven solitarios
en el desierto al aire libre estarían en constante violación de
su derecho fundamental a la vivienda, ¿y a quién reclamar
en un desierto solitario? Si fuera cierta la entelequia, todos
los mendigos del mundo podrían poner una denuncia ante
Naciones Unidas y ganarla, y al poco tiempo se les debería
entregar o fabricar una casa a su gusto, so pena de incurrir
en violación de de-rechos humanos en caso de no hacerlo.
Pero lo cierto es que no vemos a ningún funcionario de la
ONU en la cárcel por violar ese derecho humano a la
vivienda. Más aún, si fuera cierta la verborrea socialista,
todos podríamos dejar de pagar alquileres e hipotecas, y
ejercer el derecho a tener vivienda propia, y así, quedamos
a vivir donde estamos, pues en vez de ser sinvergüenzas
simplemente seríamos reclamadores legítimos de nuestros
derechos humanos.
Nacemos con vida y con libertad, pero no con trabajo.
Si fuera cierto que tenemos derecho a un trabajo podríamos
llegar a una empresa y reclamarle que nos dé trabajo inme-
diatamente, so pena de incurrir en violación de estarnos vio-
lando un derecho fundamental. Desde esta óptica socialista,
44
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
es extraño que no veamos los millones de desempleados del
mundo encontrtando un trabajo al instante si se trata de un
derecho inalienable, ni veamos jueces condenando a los
empresarios que rehúsen darle no le den sueldo y trabajo al
primero que cruce por su puerta reclamándolo.
Nacemos con vida y con libertad, pero no con educación.
Si fuera cierto que tenemos derecho a saber leer y escribir,
entonces la gran mayoría de la humanidad en su historia ha
sido violada de su derecho fundamental, puesto que salvo en
la época presente casi todos han sido íletreados. Más aún,
¿cómo época presente casi todos han sido íletreados. Más
aun, ¿cómo le reclama un indígenaNukak Makú de la selva
amazónica a su «Estado» (su líder anciano cacique) que su
derecho fundametal es leer y escribir? ¿Acaso el cacique de la
tribu es un criminal violador de derechos humanos porque el
pobrecillo no ha descubierto la escritura y no se la puede
proveer a sus «ciudadanos»? Y si la ficción socialista fuera
cierta, cualquier graduado de colegio podría exigir su admisión
en la universidad su elección y en los estudios de su elección,
porque tiene derecho a la educación. ¿O acaso quién y cómo
define qué es la educación?.¿cuál sería su límite como derecho
humano?
Nacemos con vida y con libertad, pero no con sanidad. Si fuera
cierto que todos tenemos derechos a la sanidad, entonces
cuando un médico descubra la nueva cura que hasta ahora no
había para una enfermedad, todos los enfermos podrían
exigirle al Estado o a la ONU que ese médico se presente
inmediatamente en su localidad para sanarlos con la nueva
cura, aunque tenga que viajar a mil localidades a la vez, so pena
de incurrir es violarle el derecho humano a la sanidad a
millones de personas. O bien, todos los que padecen una
enfermedad rara podrían en todos los continentees reclamarle
a su Estado
45
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
garantista y benefactor su derecho humano a ser atendido en
la unica clínica del mundo donde se conoce la cura y
tratamiento de esa enfermedad rara, con todos los gastos
pagos de transporte, dietas y hospitalización en ese lejano país.
Y así podríamos continuar con la larga lista de derechos
humanos inventados e irreales, cada uno más ridículo que el
anterior, con que nos han inundado. Serían casi infinitos los
ejemplos para sustentar la inverosimilitud de la falacia
socialista y para demostrar que casi todo lo que ellos llaman
«derechos humanos» tan solo se llaman derechos adquiridos y
no pueden ser provistos a todos de igual modo.
Es decir, por definición, lo que es un derecho puede ser exi-
gido y reclamado, o de lo contrario no es un derecho.
¿Cómo se puede exigir el cumplimiento de todas las
quimeras socialistas en el mundo real? Pongamos los
mismos ejemplos respecto de la vida y la libertad, que sí son
derechos fundamentales reales, y encontraremos que es lo
único que legítimamente puede un hombre reclamar en
cualquier circunstancia, país, cultura o época. La Autoridad
política está obligada a proteger la vida y la libertad del
hombre, tanto para el millonario de Manhattan como para el
indígena de la selva del Amazonas. ¿Por qué? Porque son
los únicos derechos fundamentales universales y
connaturales, mientras los demás son derechos adquiridos,
no universales. Ser un humano implica vida y libertad, pero
no implica ningún añadido necesariamente. Estos son
conceptos que los socialistas y los sometidos a la dictadura
de lo políticamente correcto jamás aceptarán pues viven de
las utopías creadas por ellos mismos, y además porque la
verdad nunca es lo popular, y porque los socialistas son
enemigos de la realidad.
Los derechos adquiridos no solamente carecen de universa-
lidad sino que por ende son desiguales para todos los
humanos. Los derechos adquiridos no son naturales, no son
inherentes al
46
POL VICTORIA
ser humano, sino ganados por merecimiento (usando la
libertad propia) u obtenidos por regalo (usando la libertad
ajena). Por esa razón son distintos y desiguales en cada
varón y mujer de este mundo. Del derecho fundamental a
la libertad se deriva el derecho adquirido de la propiedad
privada, y ello se manifiesta en que podamos libremente
adquirir un bien con el fruto de nuestro trabajo o que
podamos recibir un bien que libremente nos donen o
hereden. En igual sentido, tus derechos fundamentales
fundamentan, valga la redundancia, que si así lo deseas tú
puedas buscar una vivienda, buscar un trabajo, buscar
salud, buscar educación, etc., y que si los consigues adquirir
tú puedas establecer tus logros como jurídicamente
derechos adquiridos.
47
10.
PRINCIPIO DE NO AGRESIÓN
El Principio de No Agresión (PNA), también conocido
como non agression principle (NAP), establece que ningún
ser humano tiene derecho a ejercer agresión de ningún tipo
contra otro ser humano. Eso incluye no solamente la
agresión física sino también todo tipo de coacción o
imposición con la amenaza del uso de la fuerza física.
El PNA es el principio básico que sostiene toda la
Doctrina Política Libertaria. Alrededor de él gira todo lo
demás. Alrededor de él se establece la paz y la convivencia
humana. El hombre debe seguir su inclinación a la búsqueda
de su propia felicidad. Acierte o se equivoque en el intento.
Tenga razón o no es irrelevante. Tome buenas decisiones o
pésimas es su problema. El hombre adulto tiene su camino
hacia la felicidad, y su vida y su libertad son necesarias para
buscarla. Por eso su autonomía, personal, política,
económica, es intocable. Y así como tiene ese derecho a que
nadie le agreda en su camino, de igual modo tiene el deber de
no agredir a nadie. Su vida y su libertad, y por extensión los
derechos adquiridos que emanan de ellas, no deben ser
interferidos por ninguna persona, organización o institución.
Y tampoco el hombre puede interferir en los derechos ajenos.
Es el principio que regenta todo lo demás.
Los enemigos del principio de no agresión acusarán a los
austrolibertarios de promover el caos. ¿Cómo se establece el
orden social si no hay nadie para diseñar la sociedad?, y para
eso se requiere algún tipo de agresión, ¿verdad? Pues de
ninguna
48
POL VICTORIA
na manera. Porque no hay nada qué diseñar ni ordenar
desde arriba. La sociedad se auto-ordena desde abajo, de
manera natural y espontánea. Precisamente por seguir
estrictamente el PNA se puede organizar la sociedad de la
mejor manera posible. Millones de varones y mujeres
interactuando entre sí. cada uno buscando su propia
felicidad, cooperando voluntariamente en un orden social
donde todos se respetan y no se agreden en ningún sentido.
Los enemigos del principio de no agresión acusarán a los
austrolibertarios de promover la anarquía. ¿Cómo se
defiende a los agredidos si por principio no se puede
agredir?, y si no se puede usar la fuerza contra los
criminales, ¿no se contradice el principio a sí mismo,
porque no se salvaguarda la no agresión? De ninguna
manera. Porque el propio principio establece que para que
exista el mismo es necesario protegerlo contra los que lo
violan. Así es como funciona. Para salvaguardar el
principio de no agresión debe haber una Autoridad que se
legitima a sí misma porque usa la agresión (violencia,
coacción, fuerza) en los casos donde el PNA ha sido
violado, y lo hace para preservar el bien común y los
derechos de todos.
En definitiva, en orden a proteger el PNA es legítimo
agredir a un transgresor que parcialmente o totalmente (la
vida y la libertad tienen grados) viola el principio de no
agresión. En realidad lo anterior es solo una manera de
hablar, pero rigurosamente hablando no es así como
ocurre. El que previene un crimen o castiga un crimen en
verdad no está violando nada, pues al contrario lo que está
haciendo es restablecer el PNA.
De tal modo, un criminal es solamente aquel que viola el
PNA, aquel que agrede a otro ser humano en sus derechos
adquiridos o en sus derechos fundamentales. Es el único
delito que se reconoce como tal en una sociedad
austrolibertaria. Todo lo que hoy día se conoce como
crimen o delincuencia
49
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
por las legislaciones vigentes, en tantos supuestos
delitos donde no hay víctima, son definiciones no
reconocidas por el austrolibertarismo. No puede haber
crimen sin víctima, y no hay víctima si no hay una
violación objetiva y medible de los derechos
fundamentales o de los derechos adquiridos de un tercero
que sea persona humana. Esto tiene muchas implicaciones
contra el orden legal establecido que el lector tendrá que
analizar por su cuenta, pues río hay espacio para ello en
este manifiesto.
Lo que El Manifiesto Austrolibertario sí brevemente
tratará, y a riesgo de ser declarado libro ilegal por el
establishment corrupto y abusivo que gobierna las actuales
sociedades modernas, es lo que el PNA implica de cara a
los gobiernos, Estados y supra-Estados.
Siguiendo el principio de no agresión, la existencia del
Estado moderno corresponde solamente a una exitosa
agrupación mafiosa que logró autoerigirse en
todopoderosa y entregar por la fuerza el poder a unos
para oprimir a otros. Así, el Estado tal como lo
conocemos, es el mayor violador del principio de no
agresión de la historia de la humanidad. Basta ver
solamente el siglo XX para contemplar las mayores
atrocidades que el mundo ha conocido, perpetradas por
los Estados modernos, fueran comunistas, fascistas o
demócratas. Y además de violar los derechos
fundamentales con tantos genocidios, exterminios Y
privaciones injustas de libertad, fue y sigue siendo el pro-
tagonista en arrebatar nuestra autonomía y decisiones
libres, nuestra privacidad e intimidad, nuestra propiedad
privada y los frutos de nuestro trabajo, para ganar
también la competición de transgresores de los derechos
adquiridos. El Estado moderno es una organización
criminal anti-PNA que se ha autodeclarado legítima por la
fuerza de las armas y del miedo, pero que filosóficamente
no tiene razón de existir. Es solo una mafia
50
POL VICTORIA
más poderosa que logró imponerse sobre las demás
mafias y las ilegalizó.
Casi todas las ideologías políticas violan el principio de
no-agresión. Pero en el austrolibertarismo, basado en el
PNA, cada ser humano puede construir su vida como
decida libremente, sin ninguna coacción que se lo pueda
impedir, siempre mientras respete la vida, la libertad y los
derechos adquiridos de los demás. Ello legitima toda
libertad política y económica.
51
11.
PRINCIPIO DE LIBRE ASOCIACIÓN
El principio de libre asociación (PLA) establece que los
seres humanos podemos crear sociedades con quienes
queramos y entre quienes queramos. Dicho principio por
supuesto está basado en el derecho fundamental a la libertad.
Y, al revés de la tesis totalitaria del «contrato social», el
austrolibertarismo solo cree en contratos libres y voluntarios
entre los seres humanos. Tales contratos pueden crearse entre
un hombre (mujer o va-rón) adulto y otro hombre adulto, o
entre muchos hombres, de forma explícita, sea verbal, gestual
o escrita. Dichos contratos pueden establecerse sobre
cualquier materia, con cualesquiera condiciones, requisitos y
limitaciones, con cualquier duración en el tiempo sea acotada
o hasta la muerte, y con las penalizaciones y consecuencias de
romper un contrato.
Esto, que parece muy fácil de entender y de aceptar por
todos, en la práctica es ampliamente desentendido y recha-
zado por enormes cantidades de personas. Los enemigos de la
libertad rápidamente le hacen la guerra a este principio.
Digamos que el PLA tiene tres tipos de opositores, que expli-
caremos a continuación.
«iLibre asociación!», muchas veces es una bandera que
enarbolan los clásicos enemigos de la libertad, pero solo como
estrategia para reclamar por sus propias asociaciones, las que
les convienen como medios para llegar a un fin, pero una vez
llegan al poder anulan dicha libre-asociación para todos los
que no sean ellos núsmos. Es lo que ha pasado en incontables
52
POL VICTORIA
casos en la historia y, aunque no exclusivamente, quizás
entre ellos destaquen los izquierdistas comunistas, genios de
la manipulación, que ante monarquías o dictaduras de
derecha reclamaban respeto y libertad para formar
asociaciones, organizaciones, partidos políticos, sindicatos,
grupos de influencia de cualquier tipo, pero una vez
consiguen el poder vía las armas o vía el sugragio
democrático, impiden que todos los que no estén
completamente controlados por los nuevos detentadores del
poder puedan libremente organizarse.
Los colectivistas más moderados, enemigos del
individualismo, acusan el PLA de ser liberal e individualista.
Para ellos el hombre ha de vivir en comunidad y para la
comunidad en lugar de ser cada hombre una isla que solo se
preocupa por sí mismo y ve a los otros como islas lejanas
con las que hay que competir y de las que hay que
aprovecharse. Quizás exista una (de las muchas que hay)
definición de liberalismo que contemple al hombre de ese
modo. Quizás provenga de ese liberalismo filosófico
moderno, afrancesado, hijo de 1789, heredero de la
Revolución que destruye el sentido de las comunidades
naturales y crea individuos completamente aislados y
solitarios que pierden sus raíces, su identidad y su sana
interrelación con el prójimo. Pero esta visión nada tiene que
ver con el austrolibertarismo, que sabe bien que el ser
humano es social por naturaleza y necesita la convivencia,
tiende también a aspiraciones altruistas y no solamente a las
egoístas.
Los que el austrolibertarismo combate son las comunidades
forzadas y especialmente las creadas artificialmene, desde
arriba hacia abajo, aquellas en que sus miembros no pueden
ni elegir entrar ni retirarse, cosa que sucede en el régimen
comunsita, en el fascita, en el demócrata y en muchos otros.
Así, el austrolibertarismo no es exactamente individualista
(al menos no en el mal sentido de la palabra) porque cree en
la
53
POL VICTORIA
Comunidad natural, pero sí defiende el derecho individual
a asociarse libremente.
Los Nuevos «progres», o miembros de la ideología
progresista, tan de moda en el siglo XXI, son otros
enemigos del PLA, que tanto desde el poder de sus lobbies
de presión y mafias soterradas intentan moldear la sociedad
a su antojo, y para ello es estrictamente necesario violar el
PLA. Así, se dedican a crear una paranoia social e histeria
colectiva alrededor de una palabra: «discriminación»,
demonizándola como si dicho concepto no fuera lo más
normal del mundo. El principio de libre asociación implica
necesariamente el derecho a la discriminación. O mejor, es
el mismo derecho dicho de una manera más políticamente
incorrecta. Es la otra cara de la misma moneda, moneda
que no se puede cuestionar sino a costa de violar el derecho
fundamental a la libertad humana. Asociarse libremente
implica discriminar libremente. Sencillamente porque elegir
implica discriminar, por definición. Con esto sí, con esto no,
con este sí, con este no, con esta sí, y con esta no. Quien
elige, discrimina, punto, por mucho que le moleste al sector
«progre». Si discriminar fuera un pecado tan grave como
ellos proclaman en inmadura histeria, no existirían puertas
en ningún sitio; ten en cuenta que la puerta de tu casa es el
primer instrumento de discriminación que usas diariamente
y lo haces sin ningún problema. Sin ningún problema,
quizás solo de momento, pues no podemos perder de vista
que los a actuales marxistas culturales están ligados a los
marxistas clásicos, y ambos se dan la mano en la finalidad
de conseguir quitar la puerta de tu casa, unos para violar tu
derecho o discriminar (o asociarte con quien tú elijas) y
otros para violar tu derecho a la propiedad privada. El
austrolibertarismo defiende tu absoluta libertad de
discriminar a quien quieras, cuando quieras, como quieras
(sin violencia),
54
POL VICTORIA
durante el tiempo que quieras y por el motivo que quieras,
con razón o sin ella.
El principio de libre asociación, por último, permite que los
individuos se asocien entre sí como libremente decidan, y
por tanto propicia que se generen comunidades de forma
espontanea y natural, muchas veces comunidades
fuertemente unidas, pero no por vía de la coacción y la
fuerza, sino por vía de los principios que unen a esas
personas por aquello que comparten (materialmente o
abstractamente, visiblemente o invisiblemente).
55
11.
PRINCIPIO DE LIBERTAD
La libertad de expresión es un principio inviolable y se
sustenta en el derecho fundamental del hombre a la libertad.
La comunicación es un elemento consustancial al ser hu-
mano. No se entiende al hombre sin él. El hombre es comu-
nicador por esencia. Comunicamos todo el tiempo, y no sola-
mente cuando hablamos una lengua reconocida en palabras,
sino con todo el cuerpo, permanentemente: nuestra mirada,
gesticulación facial, movimiento de manos, tono de voz, ritmo
de voz, movimiento corporal, postura corporal. Pero aún más,
cómo vestimos, cómo caminamos, lo que compramos, lo que
vendemos, lo que consumimos y lo que usamos y lo que
desechamos, lo que decidimos, lo que hacemos y lo que no
hacemos, la actitud y ánimo con que actuamos, todo,
absolutamente todo en nuestro ser está comunicando
continuamente, lanzando mensajes que pueden recibir o no
otros receptores, Y que si reciben pueden interpretar, con
acierto o sin él. Es en esa comunicación esencial y connatural
al ser humano como nos relacionamos con el mundo, como
vivimos y existimos, como nos desarrollarnos y evoluciomos,
como se manifiesta nuestro ser y como interactuamos con la
realidad.
La libertad de expresión es necesaria para permitir el
desarrollo del hombre y su interacción con el entorno. No se
pueden ejercer los derechos fundarnentales a la vida y a la
libertad si
DE EXPRESIÓN
56
POL VICTORIA
se impide la expresión libre, la comunicación en cualquiera
de sus canales.
¿Eso quiere decir que no puede haber límites a la libertad
de expresión? Depende de lo que signifique la pregunta.
Pero, ¿acaso no es evidente la conveniencia de que todo
tenga sus límites? Como en todas las críticas a los postulados
del austrolibertarismo, la confusión surge del mismo error
de raíz: mezclar y no distinguir. Una cosa es el nivel moral y
otra cosa es el nivel político. Lo que debe ser sancionado a
nivel moral no tiene por qué ser sancionado a nivel político.
Lo que debe regular la moral no privada es lo que debe
regular la política. Los ideales, las normas y los límites de la
moral no son los de la política.
Son dos esferas distintas que normalmente se deben tratar
de manera distinta, so pena de caer en el totalitarismo.
La vida en sociedad como veremos en uno de los
apéndices de este libro-manifiesto, en el orden natural, debe
ser regulada porlos parámetros del nivel moral: las
costumbres, las tradiciones, la religión, la ética, los valores,
la historia, la cultura en general, todo lo que subyace de
forma subjetiva pero compartida en las mentes de los
individuos que abitan una región del mundo o que
pertenecen a una tribu fisica o virtual, todo lo que
espontáneamente ha surgido y se ha establecido de forma
invisible uniendo a un colectivo de personas con unos
valores comunes. Esos valores invisibles y forjados en el
transcurso del tiempo marcan los parámetros morales que
rigen la convivencia del día a día. E independiemente de que
unos puedan ser mejores que otros, son parámetros
naturales y necesarios.
Otra cosa son los parámetros del nivel político, que para el
austrolibertarismo se reducen a respetar el PNA, que sostiene
a los demás principios, y que todos ellos se pueden resumir
en una frase coloquial: «vive y deja vivir».
57
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
Respondiendo a la pregunta, si no meezclamos y
distinguimos el nivel moral del nivel político, tenemos que
dar dos contestaciones distintas. En el nivel moral habrá
límites de todo tipo, porque es natural y porque es
antropológicamente bueno y necesario que los haya. En el
nivel político, la respuesta es que no hay límites a la
libertad de expresión, no en un mundo austrolibertario.
Esto significa que la propia sociedad impone límites
morales a la libertad de expresión, porque forja un marco
de educación, de cortesía de protocolo, de modales, de
pautas de comportamiento, y esos límites a la libre
expresión son distintos según la moral o la cultura que
subyace en cada lugar. Por eso, generar un eructo en unos
sitios se agradece y en otros lugares de la Tierra se
concibe como grosería. Por eso, el juntar las manos y
agachar la cabeza en unos sitios simboliza un acto de
respeto y educación y en otros lugares se desprecia como
una humillación ridícula. Por eso en unas geografías se
considera indecente descubrir partes del cuerpo y en otros
territorios se alaba el desnudo. Por eso dibujar el rostro de
un profeta es una blasfemia en un sitio, y lo mismo en
otro lugar es parte de la normalidad. Y, sin embargo, hay
tambien patrones comunes a lo largo y ancho del globo:
una sonrisa siempre se valora positivamente, un dedo
pulgar hacia rriba siempre significa algo bueno, una
mentira siempre ofende al engañado. Hay una parte del
lenguaje (de la expresión, de la comunicación) que es
universal en su interpretación y otra gran parte que es
circunstancial. Pero siempre hay demarcaciones y límites,
unos generales y otros locales. Esos límites mejoran la
convivencia humana y son convenientes porque establecen
lo que puedes hacer y lo que no para que haya paz entre
los hombres de un ambiente social determinado.
Para el austrolibertarismo esos límites morales son
suficientes para la libertad de expresión Quien transgreda
esos límites
58
POL VICTORIA
se ve sancionado a nivel moral. Y aquí entra en relación
el principio de libre asociación o el derecho a la
discriminación.
En la sociedad natural quien ejecuta esa sanción, quien
castiga el transgresor; no jurídicamente sino de otras
formas: se le juzga como un maleducado, o greso, o
irrespetuoso, o le sale gratis, pues tiene un coste moral. Esa
persona queda marginada de su entorno humano y
discriminada por haber violado los límites de la libertad de
expresión a nivel moral, cultural, social. No hace falta otro
castigo por parte de la Autoridad política. Además, ¿quién
y cómo establece cuál es el límite juridico? La infinitud de
la casuística impediría definir un límite justo y aceptado por
todos. Los enemigos de la libertad de expresión tienen
interminables problemas entre sí. al no ponerse de acuerdo
en cuáles son sus limites políticos, al darse cuenta de que se
pisan unos a otros y se entrecruzan sus criterios en
conflicto irresoluble.
Es muy importante distinguir siempre, pero en especial
sobre la libertad de expresión, el nivel moral del político.
Sancionar políticamente o jurídicamente a quien ofenda
con su libertad de expresión viola el principio de no
agresión y tiene más perjuicios que beneficios. Viola el
PNA porque se agrede su libertad, su autonomía, sus
desiciones, porque muy equivocadas que sean. Tiene más
prejuicios que beneficios porque sienta las bases para que
cada vez se impongan más límites y más límites hasta llegar
a las mayores injusticias. Sienta precedente para que la
Autoridad política se crea con el derecho a aumentar su
poder y tiranía a costa de sacrificar un componente del
derecho fundamental de la libertad, como lo es de la libre
expresión. El austrolibertarismo defenderá siempre,
independientemente de su bondad o maldad a nivel moral,
el derecho a nivel político de cada individuo de decir o
expresar, por lo que quiera, para
59
POL VICTORIA
lo que quiera, cuando quiera, como quiera, donde quiera,
todo lo que quiera sin límite jurídico alguno, salvo el límite
jurídico de la propiedad privada, donde por supuesto su
duseño es quien establece los límites de la libertad de
expresión dentro de su jurisdicción y expulsa de ella al
transgresor de sus reglas.
60
13.
PRINCIPIO DE PROPIEDAD PRIVADA
La propiedad privada es el principio necesario de la convivencia
social. Sin él, todo es conflicto humano, todo es desorden y
caos. El principio de propiedad privada (PPP) es lo que trajo
orden al mundo desde que el hombre es hombre. El niño recién
nacido ya busca apropiarse de cosas, en particular de su recurso
más preciado, la leche de su madre. El niño todavía irracional
que apenas ha aprendido a caminar, también busca establecer
los objetos que considera propios.
El niño ya racional no solamente tiene claros los límites de la
propiedad privada, propia y ajena, sino que además aprende
espontáneamente, sin que nadie le enseñe, a comerciar con sus
semejantes, a intercambiar unos juguetes por otros. El adulto
tiende a trazar una línea que separa lo ajeno de lo propio y sabe
que, mientras todos respeten esa línea, habrá orden y paz entre
los hombres. La propiedad privada surge, en cualquier lugar de
los cinco contienentes, en cualquiera de las épocas y de las
culturas, como una institución completamente natural y
completamente espontánea, común a todos los hombres de la
Tierra.
Por supuesto no han faltado en la historia quienes han negado
esta verdad evidente. Los enemigos de la realidad siempre han
estado al acecho, incluso hombres muy inteligentes. Hace miles
de años, Platón ya describía sociedades sin propiedad privada
como un anhelo a conseguir. Más recientemente, hace cientos
de años Rousseau inventaba el mito del «buen salvaje»
61
POL VICTORIA
para fantasear que alguna vez existió un hombre
primitivo que era bueno por naturaleza, sano, puro, ultra-
generoso, que no concebía nada como suyo ni era
excluyente de nadie. Este hombre, en permanente estado de
bondad, fue corrompido cuando surgió en su mente la idea
de propiedad privada, se volvió egoísta y avaricioso,
acaparador y excluyente. El primer acto perverso fue
construir a su alrededor una valla que delimitó un terreno y
pronunció la fatídica sentencia, «imío!». En ese instante
entró la maldad al mundo. La fuente de todos los males es,
entonces, la propiedad privada, sin la cual no existiría el
vicio, el egoísmo, la avaricia, la ambición, la corrupción.
Quizás hay que retornar a ser «el buen salvaje» y nuestra
construcción política debe dirigirse a ese fin. Marx también
concebiría más adelante la propiedad privada como un gran
mal a erradicar.
Esta temática es muy extensa de tratar, por lo que aquí
solo esbozaremos un resumen. Los defensores de la
propiedad privada siempre han sido quienes entienden y
asumen que existen leyes en el universo y en la Naturaleza,
leyes que no se pueden violar. Quienes se han posicionado
a lo largo de la historia contra la propiedad privada son
quienes creen que las leyes del universo y de la Naturaleza
se decretan a voluntad del último iluminado que se le
ocurre hacerlo, o creen en una teoría de evolucionismo
permanente donde las esencias cambian y mutan. Por ello,
este autor describe la historia del pensamiento como la
pugna entre los amigos de la realidad Y los enemigos de la
realidad, en todas sus variantes.
Es importante incidir sobre este último punto para
entender más claramente la naturaleza inmodificable de la
propiedad privada. Vámonos a otro campo donde se vea
las cosas más clararmente, como suele suceder entre las
ciencias empíricas y las ciencias sociales, estas últimas
menos claras, Si entramos
62
POL VICTORIA
al terreno de la física, investigaremos y entendemos que en
este mundo existe la ley de la gravedad, y que dicha ley es
indiscutible y permanente. Los enemigos de la realidad
serían quienes pretenden que llegue un día en que dicha ley
deje de existir, y que creen que es mutable y modificable,
Ahora bien, y aquí es fundamental entender el matiz, los
amigos de la realidad no son quienes se oponen a la
construcción de un avión o un cohete que desafíe la ley de la
gravedad, por supuesto que no, sino quienes entienden la
verdad científica
de que se requiere una fuerza opuesta mayor a la fuerza gra-
vitatoria para lograr elevarse, y quienes saben que ese acto
concreto de ninguna manera elimina la existencia y el poder
de la fuerza gravitatoria. La ley de la gravedad siempre exis-
tirá, y siempre tirará hacia abajo, y no hay manera de que
eso pueda cambiar. La acción concreta de un cohete volando
en nada modifica esa ley universal, pues ella sigue allí,
inalterable; tan solo demuestra que la aplicación de fuerzas
opuestas podría llegar a superar esa ley.
Exactamente lo mismo pasa en las ciencias sociales, pero
se requiere de más esfuerzo intelectual para verlo. Los ene-
migos de la realidad pretenden que llegue un día en que el
principio de la propiedad privada deje de existir. Los amigos
de la realidad entienden la verdad científica de que el
hombre no puede dejar de ser hombre, que hay una ley
natural que lo rige, y que siempre existirá un afán licito de
apropiarse de cosas, una tendencia a poseer bienes, una
inclinación a inter-cambiar y comerciar con ellos para
optimizar su satisfacción, Y entienden que mientras se
respeten esas reglas naturales de apropiación legítima (sin
violencia) y de intercambio legítimo (sin violencia) habrá paz
social y convivencia humana. Los amigos de la realidad, así
como no se oponen a que un cohete concreto desafíe la
fuerza gravitatoria, nunca se oponen a que
63
POL VICTORIA
una acción humana concreta desafíe la fuerza de apropiación.
Así, saben que la aplicación de una fuerza opuesta mayor a la
ley universal de la propiedad privada puede producir
resultados como generosidad, desprendimiento de los bienes
materiales, renuncia, regalos, donaciones, caridad, compartir,
etc, Los amigos de la realidad en general, y más aún los
austrolibertarios, entienden que esas acciones humanas con-
cretas de ninguna manera eliminan la existencia y el poder
de la fuerza de apropiación. La ley natural de la propiedad
privada, la inclinación del hombre a poseer bienes, siempre
existirá y no hay manera de que eso pueda cambiar. La acción
concreta de un individuo generoso y libre que desee abrir las
puertas de su jardín privado para que todos los niños de la
región puedan ir a jugar y a oler sus flores gratuitamente, o la
acción concreta de una comunidad de humanos generosos y
libres que deciden convivir sin propiedad privada y poniendo
todos los bienes en común, en nada modifica la existencia
universal de la ley natural de la propiedad privada, como un
cohete volando en nada modifica la existencia universal de la
ley natural de la gravedad, pues ambas leyes siguen allí,
inalterables; esas acciones libres tan solo demuestran que la
aplicación voluntaria de fuerzas opuestas puede superar la
fuerza de esa ley o inclinación natural.
Este argumento pone al lector en situación de aventurarse a
pensar si podría llegar el día en que los humanos viviéramos
sm ser arrastrados por la gravedad. No se confunda el lector,
no es una cuestión de tecnología ni nada qué ver con progreso
de la ciencia. Aunque existiera la capacidad técnica para que
7.000.000 de personas pudieran pasar sus días flotando sin
gravedad, ello es irrelevante. Lo relevante en si dichas
personas quieren o no vivir así. Los ingenieros sociales, que se
creen más listos que los demás y con derecho a imponerles
64
POL VICTORIA
lo que es mejor desde su supuesta sabiduría, se atreverán a
creer que pueden construir ese mundo sin ley de la gravedad.
Primero, no sería un mundo sin ley de la gravedad, sino con
la apariencia ficticia de un mundo sin gravedad. La ley estará
siempre allí, inalterable, y en cuanto falle un motor o un
mecanismo técnico, inmediatamente la ley natural se aplicará
con toda su fuerza y poder sobre los humanos que creyeron
fantasiosamente que la habían eliminado. Segundo, hay que
respetar la voluntad de esa masa descomunal de humanos
que no quieren vivir flotando sino bajo la ley de la naturaleza
y con los pies sobre su tierra gravitacional. Con estos dos
apuntes queremos decir que no es una cuestión de progreso
ni de evolución, sino de realidad inmutable.
De ese mismo modo, los enemigos de la realidad han in-·
tentado a lo largo de la historia violar las leyes del universo y
de la naturaleza. Los peores de ellos, quizás, los comunistas
que creyeron poder violar la propiedad privada. No importa
cuántos experimentos sociales hicieron, cuánto intentaron
violar y modificar la naturaleza humana, no importa los
medios que usaron, pacíficos o violentos, propaganda y
lavados de cerebros o coacción e intimidación, jamás
consiguieron que la gente no se inclinara a querer poseer
bienes. Pero eso no es lo más relevante. Lo relevante es que,
aunque lo consiguieran algún día, aunque los ingenieros
sociales lograran construir un mundo artificial sin propiedad
privada, eventualmente caería. Igual que una humanidad
flotando a tres metros del suelo es artificial Y al menor
descuido sería atraída hacia abajo por la fuerza gravitacional,
una humanidad conviviendo artificialmente sin propiedad
privada al menor descuido sería atraída por la fuerza
propietaria sobre los humanos que creyeron fantasiosamente
que la habían eliminado. Además, lo importante es defender
el derecho de la gran masa de humanos que no
65
POL VICTORIA
quieren vivir en bienes compartidos a la fuerza sino bajo la ley
de la naturaleza y con los pies sobre su propiedad privada.
La ley natural es indiscutible y permanente, y los amigos de la
realidad lo saben.
¿Y qué hay del clásico ideal de que «otro mundo es posible»?
¿Puede existir una humanidad no regida por la ley de la
gravedad? Sí, pero no en este mundo. Tocaría llevarse a
todos los humanos a vivir al espacio sideral, donde son otras
leyes las que rigen. ¿Puede existir una humanidad no regida
por la ley de la propiedad privada?Sí, pero no en este mundo o
no con esta naturaleza presente. Tocaría llevarse a todos los
humanos a vivir al jardín del Edén junto a Adán y Eva, donde
son otras leyes las que rigen. Y ambas cosas parecen poco
probables. Es más realista asumir la gravedad y la propiedad
privada como parte indiscutible de nuestra vida real.
Hay otra razón antropológica para defender la propiedad
privada. No es solamente que pertenece intrínsecamente a
nuestra naturaleza humana y es necesario seguir el PPP
(principio de propiedad privada), sino que además es
conveniente. Conviene para la conservación, la producción y
la convivencia. El ser humano cuida su casa, su jardín, su
animal, su planta, su campo, su negocio, su empresa, si los
considera de su propiedad. Cuando no se sienten propios,
solamente los más virtuosos se preocupan de su conservación
y de forma parcial y relativa. Asimismo, la persona que no
puede apropiarse de los frutos de su esfuerzo está desmotivada
para producir. En cambio, la que tiene certeza de apropiarse de
los frutos de su trabajo está estimulada, por su propio bien y el
de su familia y entorno, a producir más y mejor. Nadie trabaja
mejor para extraños que para sí miamo y para aquellos que
ama. Conviene el PPP por ser el caldo de cultivo para que,
buscando primero la riqueza propia y de los suyos, surja
también la riqueza general para los
66
POL VICTORIA
demás. Negar esto, como hacen los comunistas, es vendarse
los ojos o intentan tapar el sol con un dedo. Además, el PPP
pone las reglas más justas de convivencia humana porque
establece límites objetivos y medibles, sencillos de seguir y
entendibles para todos. Donde termina mi propiedad empieza
la tuya y donde termina la tuya empeza la mía. Para hacer uso
de ellas tú necesitas de mi permiso y yo necesito de tu
permiso. Y como es mutuamente beneficioso compartir y
ayudarse, surge la colaboración, el intercambio y la
cooperación voluntaria. La transgresión de las reglas, en
cambio, lleva al conflicto social.
67
14.
EL PRINCIPIO
DEL LIBRE COMERCIO
El principio del libre comercio (PLC) se basa en el derecho
fundamental a la libertad junto con el principio de propiedad
privada. La combinación de esos dos elementos dan lugar al
PLC.
Toda persona es libre en su acción humana y en su función
empresarial. Toda persona es dueña de la propiedad concreta
que legítimamente le corresponde como un derecho adquirido.
Racionalmente se sigue que, por tanto, toda persona tiene
derecho a comerciar a voluntad con su propiedad. De una
manera, la compra-venta ha de producirse siempre en total
libertad, sobre el bien que se posea o el servicio que se ofrezca,
cuando se quiera, donde quiera, como se quiera, a quien se
quiera, con la moneda que se quiera, por el precio que se
quiera, con las condiciones que libremente arreglen las partes
(sub-principio de libre contratación).
En una sociedad austrolibertaria no existen barreras, ni
fronteras, ni obstáculos al intercambio. El fruto de tu propio
trabajo (o el de tu herencia) lo puedes usar a voluntad para
comprar lo que decidas, si otro te lo quiere vender. La
propiedad sobre un objeto material o sobre un servicio
inmaterial la puedes usar a voluntad para vender lo que
decidas, si otro te la quiere comprar. Esto no es solamente lo
justo, lo ético, lo necesario según el PPP y según los derechos
fundamentales y adquiridos, sino que además es conveniente.
Poca motivación
68
POL VICTORIA
de conservar, cuidar y mantener un bien o servicio se tiene
cuando no se puede vender, heredar, o usar libremente.
Poca motivación de producir un bien o servicio se tiene
cuando no se puede vender, heredar, o usar libremente.
Poca motivación de convivir y crear tejido social se tiene
cuando no se pueden ayudar unos a otros a cubrir las
necesidades mutuas mediante la compraventa libre. La
certeza de que en el mercado puedes transformar tu medio
de intercambio en adquirir un bien o servicio, y de que
puedes transformar tu bien o servicio en un medio de
intercambio, estimula la conservación, la producción de la
convivencia.
¿Existe algún límite al principio de libre comercio según el
austrolibertarismo? Sí, de un tipo: el sub-principio de libre
contratación. Un ejemplo claro es la propiedad
mancomunada, cuando la propiedad no pertenece a un solo
individuo sino a varios o muchos, aunque el uso o la
gestión habitual fuera de uno solo. Si libremente adquiriste
un bien que explicitamente no te permite hacer lo que
quieras con él sino que está sometido a unas condiciones
determinadas, no puedes hacer con él libre comercio. O,
mejor dicho, sí lo haces, puesto que bajo el libre comercio
adquiriste una propiedad que no admite su libre comercio,
y eso en el fondo es también libre comercio.
Esto sucede porque entra en conflicto con el sub-principio
de libre contratación. Puede haber un contrato de compra-
venta donde adquieres una propiedad que especifica sus
condiciones, y estas pueden ser de cualquier tipo. Sucede
mucho con los inmuebles de vivienda. Si adquieres un
apartamento en un edificio con la regla de que no admite la
tenencia de mascotas, tú no puedes luego vendérselo a un
comprador que traiga a su perro. Tienes tus derechos
fndamentales y adquiridos, tienes el PPP y el PLC, y aún
así no puedes comerciar libremente, porque adquiriste unos
compromisos en la libre contratación y
69
POL VICTORIA
la propiedad está sujeta a unas normas
suprapropietarias entre los vecinos. Lo mismo si adquiriste
una casa en un conjunto residencial chino, con la norma de
que no puede ser habitada por alguien que no hable chino
fluido, y no tendrás la libertad de firmar un contrato de
alquiler con un no-chino-parlante, porque violaría otro
contrato fumado anteriormente. Y si tienes el derecho
adquirido de un edificio histórico antiguo, podrías verte
limitado en tu PPP o en tu PLC por el contrato firmado.
70
14.
EL PRECIO JUSTO
DESDE LA TEORÍA SUBJETIVA
El principio del precio justo es uno de los más conrovertidos
y de los menos comprendidos por la población. Innumerables
cantidades de personas están convencidas de que los precios de
mercado muchas veces son injustos y exigen que se haga
justicia. ¿Pero qué significa un precio justo? ¿Quién lo
establece? ¿Qué criterios usar? ¿Quién lo decide si hay
discrepancia? Estimado lector, comprender este tema es de
crucial importancia para su educación economica. Si usted llega
a entender a fondo este capítulo y esta lección sobre el precio
justo, tenga la seguridad de que usted sabrá más Economía que
el 99.99% de la humanidad.
Imagínese un producto manufacturado cualquiera, uno que
usted haya comprado recientemente por un módico precio.
Mire el objeto. Piense en cuanto esfuerzo y trabajo se dedicó
para producir ese bien. Piense cuántas horas de estudio e
investigación mejorarlo y perfeccionarlo. Cuántas pruebas se
hicieron y posteriores comprobaciones. Cuántas horas de
trabajo multiplicadas por cuántos obreros intervinieron en su
producción. Imagine cuántas maquinas se usaron para la
manufactura, y tenga en cuenta quíenes contralaban esas
máquinas o las supervisaban durante la producción, más
cuántas horas se dedicaron a diseñar
DEL VALOR
71
POL VICTORIA
y crear esas máquinas que luego ayudarían a producir el
objeto que ahora es de su propiedad. Súmele a eso la
combinación de elementos usados para fabricar ese
producto, y piense en el trabajo y tiempo necesarios para
extraer esas materias primas de sitios recónditos. Añádale el
esfuerzo de traerlas desde lejanos continentes, imagine los
transportistas empleados desde su extracción hasta los
puertos de donde viene cada elemento, los hombres
cargando en esos puertos los barcos, los capitanes y
marineros que conducían los barcos con los elementos para
luego llegar a nuevos puertos, descargar y de nuevo
transportar hasta la fábrica. Allí más trabajadores
contabilizaban y almacenaban esos materiales, para luego
combinarlos en un proceso inteligente y producir su valioso
objeto. Sin embargo, el producto final todavía no ha llegado
a sus manos, apreciado lector. Tuvo que pasar
determinados procesos de transporte, distribución,
comercialización, con muchos otros hombres (varones y
mujeres) en el camino trabajando para que finalmente el
bien llegue a sus manos. iCuánto trabajo detrás de ese
simple objeto!
Mas sin embargo usted ahora se pregunta, si es que ha
hecho bien la visualización del ejercicio anterior, ¿cómo es
posible que ese objeto me haya costado tan poco dinero? Es
realmente sorprendente. Entonces quizás se autoresponda
algo así como: esa es la maravilla del funcionamiento del
mercado, de la aportación del capital, del avance
tecnológico, de la especialización del trabajo, de la
mecanización del trabajo, de la inteligencia aplicada a la
función empresarial, y en general esa es la maravilla de la
industrialización, de la propiedad privada y del libre
mercado. Y no se equivocaría al auto-responderse así. Pero
esa no es la finalidad del actual ejercicio propuesto.
Sea tan amable de dar un paso más.
Sobre lo que usted debería reflexionar es acerca de la
patraña de que el valor económico de un bien se debe al
trabajo
72
POL VICTORIA
aplicado en él. Nada más lejos de la realidad. . Es una
leyenda extendida en los humanos por la influencia del
socialismo también del liberalismo clasico, pues Adam Smith
y Davio Ricardo sostenían algo no igual pero. similar a la
tesis de Karl Marx sobre la teoría del valor-trabajo.
En cambio, Carl Menger formuló la teoría subjetiva del
valor, aunque esta ya había sido descubierta y explicada
siglos antes, a su manera, por los maestros españoles de la
Escuela de Salamanca, como antecesora de la Escuela
Austriaca de Economía. Un objeto no tiene un valor
intrínseco, económicamente hablando. El valor de un bien
no está determinado, por ninguna propiedad inherente al
bien, ni por la cantidad, de trabajo necesario para producir
ese bien. El valor está determinado únicamente por la
importancia subjetiva que un individuo le da a un bien en
orden a conseguir sus fines deseados, sean cuales sean. La
persona real no se enfrenta a la decisión entre abstracciones
o entre tipos de bienes, sino entre bienes concretos. Nunca
piensa en elegir entre toda el agua del mundo y todos los
diamantes del mundo, a ver cuál de las dos abstracciones
tiene más valor. La persona real se enfrenta a la decisión
concreta entre cantidades definidas de bienes, como por
ejemplo, preferir entre un litro de agua y un diamante de
tres quilates. La elección de la persona real estará determina-
da por juzgar cuál es el bien en una cantidad específica que
satisfará su preferencia subjetiva más alta; o en otras
palabras, le dará más valor y elegirá el bien que más cumpla
con sus fines y mejor satisfaga sus deseos.
Solamente piense lo siguiente. Si usted está paseando por el
campo y pasa por delante de una pequeña finca, propiedad
de una familia cualquiera, y de repente le apetece comerse
una manzana que cuelga de uno de sus árboles, ¿cuánto
pagaria por esa manzana? La ve roja, jugosa, apetecible, se la
imagina
73
EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO
dulce en la boca y a la vez refrescante en medio del sol
abrasador de esa tarde, y se acerca a la valla a preguntarle
a la niña preadolescente que canta por el prado
alegremente, ¿cuánto cuesta esa manzana que allí cuelga?,
¿me la vende? La niña entonces hace un rápido cálculo
económico. Piensa primero en el tiempo y esfuerzo que a
ella le ha costado en que exista esa manzana. No ha sido
mucho, porque la mayor parte la ha hecho el propio árbol
autónomamente, y ella tan solo lo ha regado con agua
aquellos días en que no ha llovido, entonces ha sido poco
esfuerzo y poco tiempo. Luego ella piensa en ese vestido
verde crema tan hermoso que lleva viendo tres meses en la
vitrina de una tienda de la ciudad cercana. Y la aspiración
a algún día poseerlo y lucirlo delante de sus amiguitas le
hace visualizar que la manzana roja en cuestión es una
estupenda oportunidad para ayudarle a ahorrar más para
pronto poder comprar su vestido verde crema preferido.
Por último, ve que usted está sudando en la frente y se
percata de que es usted quien se ha acercado buscando su
manzana, por tanto usted es quien manifiesta necesidad de
ese bien. Interpreta entonces que hay interés en pagar por
él. Y aunque en tan solo cinco segundos se piense todo
esto, y aunque ella no sea realmente consciente de que está
haciendo un análisis igual que el que haría el más
experimentado comerciante, se ha producido un verdadero
cálculo económico.
Supongamos para este ejemplo que la niña le vende la
manzana a usted por un precio Y, que es exactamente dos
veces el precio X que usted pagó por el objeto del ejercicio
anterior. Comprenda estimado lector que esta situación es
tan real como la vida misma. Usted acaba de pagar Y, o
2X, por una manzana que tan solo costó unos cuantos
minutos de trabajo humano aplicado, cuando se regaron
con agua sus raíces en algunos días de sequedad. El trabajo
humano acumulado que
74
POL VICTORIA
se aplicó en producir su objeto manufacturado de precio X
fue descomunalmente superior, y sin embargo a usted le
costó la mitad que la manzana.
De este ejercicio podemos extraer unas lecciones. El precio
de un bien no tiene nada que ver con el valor-trabajo. Algo a
lo que se le haya aplicado mil veces más trabajo puede costar
en precio una milésima parte de otro bien al que se aplico
escasísimo o nulo trabajo. El precio únicamente tiene que ver
con el valor subjetivo que las dos partes, la que vende y la
que compra, le dan al bien en cuestión. Primera lección. Por
eso lo que determinó el precio Y de la manzana, y lo que
determinó el precio X de su objeto manufacturado, no fue el
trabajo aplicado en ambos sino la valoración subjetiva dada.
La segunda lección es que un comprador solamente
pagará por un bien si subjetivamente valora ese producto o
servicio más que el precio que tiene que pagar por él. El
consumidor subjetivamente percibe que lo que ha recibido es
más que lo que ha dado. No hace una transacción dando
más valor que el que recibe, sino recibiendo más valor que el
que da. Y, salvo algunas excepciones, ese beneficio extra de
valor subjetivo que recibe tiende a disminuir con cada
unidad adicional que compre de ese bien. Por eso, en
nuestro ejemplo, usted paga Y por esa manzana solamente
porque la satisfacción que le P:" ducirá comerla ( o al
menos la que calcula que le producira) es un poco o mucho
mayor de lo que usted valora el dinero Y. Solo por eso usted
hace la transacción. Asimismo, le aseguramos que la
segunda manzana, y la tercera, y la cuarta que usted decida
comer, cada vez la valorará menos, y por tanto estará
dispuesto a pagar menos por cada una adicional que desee
adquirir. Si el precio Y n se ajusta y se mantiene intacto,
tiene que llegar un momento en el que usted no esté
dispuessto a pagar Y por una manzana adicional
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El manifiesto austrolibertario: hacia una civilización de ciudadanos libres y responsables

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  • 6.
  • 7. Dedicado a mi bella esposa Carolina, a mis amados hjios, Isabela Carolina del Escorial, Pablo Felipe de Hispania, Femando Pelayo de los Cabt:ileros, Carlota Gadea de los Angeles, Alejandro León de San Miguel Y a la humanidad, con la esperanza de que esta pequeña obra ayude a edificar una civilización de ciudadanos responsables y libres. Con agradecimiento, a todas aquellas personas que me enseñaron Y me ayudaron a llegar a la filosefla austrolibertaria.
  • 8.
  • 9. 9 ÍNDICE PRÓLOGO, por Brecht Arnaert................................................... 11 PREFACIO..................................................................................... 17 PARTE I LA TEORÍA, EL PENSAMIENTO, LOS PRINCIPIOS............................. 23 1. Austrolibertarismo en una frase ........................................ 25 2. Un ideario basado en la ética............................................. 26 3. Cómo vine a ser austrolibertario....................................... 29 4. El bien común, la clave de toda organización social......... 31 5. Origen: la Escuela Austriaca de Economía....................... 33 6. Origen: la doctrina política libertaria ................................ 36 7. Derecho natural y derecho positivo .................................. 38 8. Derechos fundamentales.................................................... 40 9. Derechos adquiridos .......................................................... 43 10. Principio de no agresión .................................................... 47 11. Principio de libre asociación .............................................. 51 12. Principio de libertad de expresión..................................... 55 13. Principio de propiedad privada ......................................... 60 14. El principio del libre comercio........................................... 67 15. El precio justo desde la teoría subjetiva del valor............. 70
  • 10. POL VICTORIA 10 PARTE II LA PRÁCTICA, LA APLICACIÓN CONCRETA DE LA TEORÍA................... 85 1. La justicia austrolibertaria contra la justicia social............ 87 2. El engaño del contrato social y la minarquía para el bien común................................................................................. 107 3. El Estado austrolibertario, su organización y sus competencias ...................................................................... 112 4. Austrolibertarismo: único marco jurídico para el siglo XXI....................................................................................... 120 5. Ingeniería social progresista y respuesta austrolibertaria... 124 6. La «República de Vive y Deja Vivir» ................................ 129 7. La mayor dificultad: tolerar la tolerancia.......................... 162 PARTE III LOS GRANDES DILEMAS DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL............... 169 1. Primer dilema: austrolibertarismo versus socialismo ....... 171 2. Segundo dilema: austrolibertarismo versus liberalismo ... 177 3. Tercer dilema: austrolibertarismo versus anarquismo...... 184 4. Cuarto dilema: austrolibertarismo versus minarquismo... 192 5. Quinto dilema: austrolibertarismo versus libertarismo.... 194 6. Sexto dilema: austrolibertarismo versus capitalismo........ 199 PARTE IV CONCLUSIONES............................. 217 1. Austrolibertarismo, ¿suficiente por sí solo?, ¿ideal de civilización?......................................................... 219 2. Epílogo, por Jesús Huerta de Soto..................................... 229
  • 11. 11 PRÓLOGO La libertad, en nuestros tiempos posmodernos, conceptual- mente ha involucionado en uno de los términos más incom- prendidos del «mercado intelectual». Para algunos, es poder hacer lo que a uno le venga en gana. Para otros, es la libertad de elegir. Este manifiesto deja zanjado el asunto: la libertad, en su sentido político, no trata sobre liberarse de trabajar, ni es una fórmula para recibir cosas fáciles ni gratis, ni trata sobre suprimir los deberes hacia nuestros semejantes. La li- bertad, en el contexto político, significa una y solo una cosa: la liberación de la opresión. Escribir sobre la libertad, sin embargo, no es tarea fácil. El problema intelectual con el que se enfrenta cualquier escritor de la libertad es uno muy específico: debido a la confusión conceptual que caracteriza a los tiempos que corren, ni si- quiera el concepto de opresión es totalmente comprendido. Peor aún, la misma idea de que hoy día la libertad todavía necesita ser defendida resulta extraña para las personas que no son conscientes de que viven sus vidas continuamente bajo opresión política y, por tanto, también bajo opresión eco- nómica. En Occidente, cuando pensamos en la opresión frecuente- mente solemos, por ejemplo, pensar en una dictadura militar muy lejana: hombres de aspecto rígido y mirada severa, ves- tidos con uniformes color caqui, sosteniendo en sus manos ametralladoras. Esta, sin embargo, es solamente la forma más visible y explícita de opresión. La bota que está siempre aplas-
  • 12. POL VICTORIA 12 tando un rostro humano —la horrorosa imagen que George Orwell presentó en su novela distópica 1984— no es el método más eficiente para oprimir a las grandes masas de gente. Existen otras maneras más sutiles de hacerlo. Si de verdad quieres un sistema eficiente de opresión, tie- nes que adoptar un enfoque completamente distinto: no por vía de un despliegue frontal del poder, sino disfrazando su cara visible, prefiriendo disimularlo, fingiendo como si el po- der no estuviera siendo ejercido en toda su fuerza y coacción. La esencia de nuestra actual y sofisticada opresión, entonces, es nuestra incapacidad para «tocar» el poder, inclusive para señalarlo o conocer de dónde proviene. ¿Acaso está el poder en el Gobierno y el Parlamento? ¿O en los grandes medios de comunicación? ¿O quizás en los sindicatos? ¿Acaso en la policía o en el ejército? ¿O en los cuerpos de funcionarios y burócratas?¿Está el poder en el sistema educativo?¿O reside en los bancos centrales? ¿O quizás en las empresas privadas y grandes corporaciones detrás del telón del poder político? Pareciera que el poder reside en todas partes y, por tanto, a la vez en ninguna parte. La razón por la que hemos llegado a este estado de cosas es tan simple como controvertida: los amos de la estructura del poder han logrado conquistar nuestras mentes. Por vía de cambiar progresivamente el significado de las palabras, han conseguido engañarnos para que nos creamos que el poder reside en cualquier otro lugar, pero nunca en nosotros mismos. Es nuestro lenguaje lo que primero han pervertido, para luego pervertirnos el intelecto. Efectivamente, se nos ha robado la mismísima idea de soberanía personal, y no por la vía de la agresión abierta, sino por la vía de la estafa encubierta. En este contexto, leer el manifiesto de Pol Victoria supone un soplo de aire fresco. Sin mucha parafernalia, él presenta
  • 13. EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO 13 su versión de una filosofía que es casi tan antigua como el hombre mismo. Después de explicar unos sencillos axiomas, pinta un cuadro de cómo podría ser hoy día una sociedad libre. Él mismo admite que esta imagen no es perfecta, pero difícilmente se puede culpar de ello al señor Victoria. Hasta donde yo sé, esta obra es aún la más clara exposición del pen- samiento libertario en habla hispana. Leer a Victoria le inspira a uno el deseo de liberarse de la opresión política, de vivir una vida honesta, diligente y apa- sionada, una vida propia y sin coacciones externas, no en un aislamiento como átomo suelto apartado de los demás, sino en comunión con quienes comparten ese mismo deseo. Es esta humana aspiración básica la que guía y acompaña toda la disquisición teórica del autor, pero mientras algunos pue- den ver esto como un defecto, yo en cambio lo veo como una gran virtud y fortaleza en su forma de escribir: en lenguaje claro y sencillo, elabora muchas de las especulaciones intelec- tuales que cualquier persona con «mentalidad de libertad» debe haber tenido. No obstante, el trabajo aún no está terminado. Esto es solo un manifiesto introductorio, y Victoria es lo suficientemente humilde para admitirlo. Invita activamente al lector a pensar con mayor profundidad y, en la medida en que yo mismo he podido hacerlo, la pregunta principal que me surge de la lectura de su obra es cómo podríamos formular el bien co- mún en términos que vayan más allá de la sugerencia inicial del autor, a saber, proteger «la búsqueda de la felicidad» de cada cual. Para mí, en concreto, esa idea es de alguna manera problemática. No existe forma específica de definir qué es la felicidad. Lo que hace feliz a una persona puede frustrar a otra, y lo que parece ser una completa tortura para una tercera puede ser
  • 14. POL VICTORIA 14 una delicia para una cuarta. Simplemente no hay manera de llegar a una comprensión objetiva de la felicidad. Si bien algu- nos pueden ver esto como el núcleo mismo de una sociedad libertaria —la completa libertad de interpretación—, yo no creo que esto fuera lo que el autor tenía en mente cuando eligió escribir un manifiesto «austro» libertario. El prefijo «austro», para mí, hace referencia a una meta más alta de la mera búsqueda de la felicidad. Es una reminiscencia de una época en la que la cultura de Viena era considerada la cúspide de la civilización europea, y quien estudie sus raí- ces españolas descubrirá que esta concepción de la cultura se basa enteramente en una noción trascendental y aristocrática del hombre. Una noción, por cierto, que ha sido amenazada precisamente por el desviado libertarismo y por el credo bur- gués de que la búsqueda de la propia felicidad sería el máximo objetivo del hombre en la vida. Asimismo, debo expresar mi profundo deseo de ver este trabajo intelectual como apenas el comienzo de un debate mu- cho más profundo. Defender los principios de una sociedad libre es una condición necesaria para lograr una sociedad flo- reciente, pero no es una condición suficiente. Una vez que estos principios estén claros, y cuando las personas comiencen a comprender lo innecesario que es tanto conflicto y sufrimien- to causado por no adherirse a dichos axiomas, el siguiente paso es debatir qué haremos con esta libertad. ¿Estamos aquí simplemente para disfrutar de la vida y perseguir lo que nos hace felices? ¿O, como el resultado más magnífico de la Naturaleza, tenemos una tarea divina que re- cae sobre nuestros hombros? Estas son discusiones que rara vez se escuchan. Pero una cosa tengo por segura: solo pode- mos avanzar hacia esos debates si primero llegamos a un acuerdo en cómo erradicar la coacción estatal. Y cuando se
  • 15. EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO 15 trata de eso, puedo testificar que el libro que se despliega ante usted es uno de los productos mejor elaborados del «mercado intelectual». BRECHT ARNAERT
  • 16.
  • 17. 17 PREFACIO El presente discurso que el lector sostiene en sus manos no pretende ser un gran tratado de filosofía, ni una magnífica obra académica, ni mucho menos una tesis doctoral. Es más un breve manual que un extenso libro, más una exposición que un tratado, más un manifiesto que una gran creación in- telectual. Algunos intelectuales y académicos juzgarán este escrito por liviano, falto de rigor y carente de demostraciones científicas. Será criticado por ambas clases de intelectuales: de un lado por los enemigos socialistas, que acusarán a este manifiesto de simplicidad y de no demostrar suficientemente que las li- bertades políticas y económicas son más éticas y superiores a la ingeniería social del Estado; de otro lado por los amigos austrolibertarios o de órbitas vecinas (anarquistas, libertarios, minarquistas, liberales-clásicos), que acusarán a este manifiesto de estar poco fundamentado e insuficientemente argumentado, en comparación con los brillantes libros que ellos han leído y/o escrito. Y tendrán toda la razón en criticar este manifiesto. Ojalá haya muchos eruditos criticando esta publicación. Cuanto más la desprecien, mejor indicador será de que ha cumplido su propósito. Cumplirá su propósito porque este libro no está dirigido a intelectuales, sino escrito para la gente de a pie, para la gente sencilla de la calle. Su propósito no es el de ser clasificado en importantes bibliotecas ni servir de guía en prestigiosas uni-
  • 18. POL VICTORIA 18 versidades. Su objetivo es que pueda ser leído por cualquiera y entendido por personas no instruidas. En ello se asemeja a (lo que quizás es) su obra opuesta, El Manifiesto Comunista, escrito en 1848 con lenguaje comprensivo para todo el mundo. Si Karl Marx hubiera escrito solamente El Capital, de 8 volúmenes y miles de páginas, leído por solo unos cuantos eruditos, casi nadie habría conocido el marxismo y no habríamos tenido que padecer la lacra del comunismo que des- trozó la civilización. En cambio, lo brillante fue haber difundido su manifiesto como una obra no académica y sí divulgativa, sen- cilla de entender para cualquier obrero que escasamente supiera leer y escribir. Esa fue la manera con la que durante los siglos XIX y XX se logró envenenar la cabeza de tantas personas justas, rectas y de buena intención, haciéndoles creer que la solución a sus problemáticas era el ideal comunista. Así fueron engañadas millones de personas, arrastradas a una falsa salvación que creó muchos peores males de los que pretendía combatir. El Manifiesto Austrolibertario aspira a ayudar a cambiar el mundo en el sentido contrario. Desde cierto punto de vista se podría decir que es una especie de contramanifiesto marxista, o manifiesto anticomunista, con la particularidad de que se opone no solamente al socialismo más rancio y extremista, sino a cualquier otra forma de socialismo o colectivismo, sea explícito o camuflado. Los austrolibertarios entendemos que el mundo entero está infectado de las ideas colectivistas en muchas variantes, y también sabemos que nuestra batalla es dura porque tenemos a todo el Sistema en contra. A pesar de nuestra soledad y escasez de medios y recursos, también nos llena de ilusión observar algunos síntomas de cam- bio en la sociedad, sobre todo en los últimos años, en los que individuos y organizaciones han tenido la valentía de resistir frente a la invasión y arrebatamiento de sus libertades civiles.
  • 19. EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO 19 El siglo XXI puede ser la edad del despertar de la humanidad, donde las personas tomen consciencia de su derecho natural a ser libres, por lo que se podría generar un potente Movimiento Austrolibertario que reclamara un freno a la tiranía de los po- derosos y propiciara un renacer humano de libertad personal y responsabilidad individual. Lo anterior únicamente podría ocurrir si el mensaje aus- trolibertario llega a las masas, si la gente de a pie tiene acceso a dicho mensaje y puede comprenderlo. Al contrario de las ideas totalitarias, las ideas de la libertad no suelen bajar desde el mundo académico hasta las personas no eruditas, aquellas que carecen de la capacidad o del tiempo de lectura de las grandes obras del pensamiento. De esta manera vamos dilucidando la misión de El Manifiesto Austrolibertario. Su misión es llegar a las masas, a las mujeres y a los varones, a los niños y a los ancianos, a los jóvenes y a los mayores, a los empleados y a los empresarios, a los funcionarios y a los emprendedores, a los militares y a los civiles, a los religiosos y a los ateos, a los políticos y a los contribuyentes, a los periodistas y a los espectadores, a los inteligentes y a los no tanto, a los solteros y a los casados, a los obreros y a las amas de casa, a los inversores y a los que no llegan a final de mes, a los artistas y a los científicos, a los sanos y a los enfermos, a los trabajadores y a los estudiantes, a los ricos y a los pobres, y en general, a todos los que viven su día a día como bien pueden, intentando ser felices, y con mayor o con menor conciencia de que todos nacimostraslasrejas,presosenunajaulaartificial,creadaporun Sistema que nos arrebató la capacidad de decidir sobre nuestras vidas y la responsabilidad que ello supone. Su misión es hacer tomar consciencia de su condición a aquellos millones de personas que en el fondo ya son austro- libertarios pero aún no se han dado cuenta.
  • 20. POL VICTORIA 20 Su misión es despertar las mentes para que la gente llana visualice que otro mundo es posible y que es el que debemos edificar: una civilización de ciudadanos responsables y libres. La mayoría de lectores se quedará en la lectura de El Ma- nifiesto Austrolibertario sin avanzar a leer nada más, y ello le será suficiente para tener un mínimo criterio de vida de cara a su convivencia en sociedad y para tener un mínimo marco intelectual que le ayude a combatir en la batalla de las ideas. Este libro no pretende más que eso, cumplir con unos míni- mos cognitivos. A una minoría de gente, sin embargo, este escrito le habrá abierto el apetito para luego profundizar y querer sustentar sólidamente las antiguas y profundas ideas expuestas de forma resumida en este manifiesto. A estas per- sonas con mayor tiempo o con mayor capacidad lectora las animamos a que sigan leyendo, ahora sí, las relevantes obras del pensamiento que han escrito los intelectuales de los siglos pasados o incluso del presente. Además, este autor pretende humildemente que El Manifiesto Austrolibertario sirva de primera lectura para quienes desean acercarse por primera vez a las ideas en favor de la libertad. Servirá de «arma» o «gancho» para que cualquier austroliberta- rio o simpatizante del austrolibertarismo pueda atraer a algunos indecisos a nuestra causa. En cualquier debate sobre algún tema filosófico, ético, jurídico, político o económico, el amigo de la libertad podrá referirle este libro a su contrincante de buena vo- luntad, darle físicamente este manifiesto o enviárselo en edición digital, para ayudarle a obtener otra perspectiva. Difícilmente se podrá corregir a un socialista convencido (aunque los mila- gros no se deben descartar), pero sí le abrirá los ojos a tantas personas que solamente han conocido la narrativa colectivista y que nunca han escuchado un enfoque libertario. Uno se sor- prende de la enorme cantidad de austrolibertarios en potencia
  • 21. 21 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO que viven a nuestro alrededor, que aún no lo son porque nadie les ha transmitido este ideario, pero que en cuanto entran en contacto con este pensamiento rápidamente se enamoran de él y se unen a la causa. Este libro servirá para el propósito de despertar conciencias adormecidas y adoctrinadas por la poderosa influencia socialista. A su vez recordemos que nuestra pugna es contra las insti- tuciones socialistas, pero aún más importante, contra las ideas socialistas. Es una lucha racional, académica, intelectual, infor- mativa, para conquistar las mentes antes que las instituciones. Ciertamente es una ardua batalla, muy difícil de ganar, pero ahí está el combate. Ganemos primero el terreno de las ideas y luego ganaremos el terreno de las instituciones. El austroli- bertarismo es el antídoto contra el veneno socialista en todas sus facetas, en todos sus disfraces y máscaras, y es el que nos libera de la opresión estatal y del infantilismo dependiente; es el que nos hace adultos y ciudadanos responsables y libres. Sin embargo, debido a la intención de ser breve en sus páginas, el autor ha dejado muchos principios sin describir explícitamente. Si no fuera el objetivo exponer tan solo un resumen de la tesis austrolibertaria y no alargarse en un libro espeso de leer, se habrían añadido otros muchos capítulos: «Principio de libre competencia; Principio de libertad educa- tiva; Principio de libertad de consciencia; Principio de liber- tad de contratos; Principio de libertad de armas; Principio de libertad de emisión de dinero; Principio de libertad de movi- miento; Sobre la patria potestad; La libertad humana, ¿idea novedosa o principio milenario?; La igualdad como espantoso antivalor socialista; La fatalidad del salario mínimo; De cómo el socialismo destruye el tejido social; De cómo el Estado del Bienestar destruye la comunidad humana; La justicia social versus la caridad voluntaria; Los problemas migratorios en
  • 22. POL VICTORIA 22 un mundo no austrolibertario; Las zonas comunes de copro- piedad privada; Sobre la legalidad de las drogas; Sobre las organizaciones que dan servicios públicos sin impuestos; God and Gold, las dos G de la discrepancia; La inmoralidad de la reserva fraccionaria bancaria; La teoría austriaca del ciclo económico; La usura y el tipo de interés; La propiedad privada y la protección del medio ambiente; La ideología de género li- berticida; La farsa de la igualdad de oportunidades; El mundo digital y su uso austrolibertario; Purismo del ideario frente a infiltración del Sistema; De cuándo se alcanza la mayoría de edad; La solución de las polimicromonarquías; La historicidad de las zonas de tolerancia; La cuestión del aborto; La cuestión de la pena de muerte; Sobre la divinidad y la religión; Sobre la patria o comunidad política; Sobre el matrimonio; Sobre la familia.» Pero, por desgracia, no había suficiente espacio para añadir estos capítulos. Aun así, El Manifiesto Austrolibertario sí reúne los pilares in- telectuales más importantes que deben sostener el marco ju- rídico de una nueva sociedad para el siglo XXI. A su vez, hace un llamamiento a generar un movimiento cívico de personas comprometidas que, resistiendo a la tiranía, sean capaces de promover más sociedad natural y menos Estado artificial. Estimado lector. Bienvenido a conocer la filosofía austro- libertaria. Bienvenido a librar la batalla de las ideas.
  • 23. PARTE I LA TEORÍA, EL PENSAMIENTO, LOS PRINCIPIOS
  • 24.
  • 25. 25 1. AUSTROLIBERTARISMO EN UNA FRASE La definición puede ser muy sencilla. Austrolibertarismo: pensamiento filosófico que une los prin- cipios de la Escuela Austriaca de Economía con la Doctrina Política Libertaria y con el Derecho Natural. La explicación resumida, también. Ideario que promueve la total libertad humana, tanto en economía como en política, con la responsabilidad inherente que dicha libertad conlleva. El austrolibertarismo está a favor de la libertad personal y la responsabilidad individual, del or- den social natural y espontáneo, de la sociedad auto-organizada desde abajo, con procesos de cooperación humana volunta- ria, y carente de toda ingeniería social, coacción sistemática y agresión institucionalizada contra el libre ejercicio de la acción humana y de la función empresarial.
  • 26. 26 2. UN IDEARIO BASADO EN LA ÉTICA Muchas veces, los pensadores que han promovido la causa de la libertad lo han hecho basados en principios utilitaris- tas, materialistas y consecuencialistas. Es decir, la libertad es buena porque es útil para conseguir algo concreto, tangible y medible. La libertad debe ser defendida porque nos produce bienestar material. La libertad hay que promoverla porque trae consecuencias beneficiosas. Como estimamos su utilidad y apreciamos sus consecuencias, seamos amigos de la libertad. Ahora bien, sin que lo tengan que decir explícitamente, al formular lo anterior dichos autores también están diciendo lo siguiente. La libertad no es un valor en sí mismo, sino que es un instrumento que ha demostrado su eficacia para producir resultados satisfactorios para el hombre. Ergo, si fuera al revés, si no nos sintiéramos beneficiados por los resultados que trae la libertad, tendríamos que descartarla porque no nos es útil ni trae las consecuencias que buscamos. O dicho de otro modo, si la tiranía, la dictadura o el totalitarismo trajeran mejores resultados que la libertad, entonces la libertad pasaría a ser un anti-valor a combatir. Bien. A pesar de que dichos amigos de la libertad han con- tribuidoalibrarlabatallaasufavor,yesoesinnegable,debemos decir que a la vez la han perjudicado. La defensa de la libertad se ha visto comprometida por aquellos mismos que la querían enaltecer, precisamente porque cayeron en el grave error de emplear la lógica utilitarista o consecuencialista.
  • 27. EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO 27 La libertad, entonces, ganó dos tipos de enemigos. Por un lado, muchas personas que creyeron poder demos- trar que el Estado podía, en todas las circunstancias o al menos en algunas de ellas, propiciar mejores resultados económicos que el libre mercado, y propiciar mejores resultados en el orden social y la felicidad que la libre acción humana. O personas que fueron convencidas de esa narrativa. De tal modo, muchos de quienes estaban acostumbrados a defender la libertad por razón de su utilidad y consecuencias, se cambiaron de bando al ser convencidos, fuera por datos reales o por datos falsos, de que la dirección estatal, o al menos la intervención estatal, podían ser más eficientes que la libertad. De ahí el surgimiento de frases populares tipo, «el mercado está bien en general, pero en aquellos sectores o lugares o circunstancias donde no sea eficiente, es el Estado el que debe acudir a suplir la ineficiencia del mercado», o de frases populares tipo, «la gente no sabe lo que quiere ni lo que le conviene, por eso se necesita que un buen gobierno tome decisiones racionales en su nombre». Al no ser sólida la defensa de la libertad, cuando no daba los frutos esperados se perdía la motivación para seguir defendiéndola y surgía el intervencionismo. Porque la libertad era solo una herramienta útil para obtener una consecuencia deseada. Porotrolado,muchaspersonasconunperfil,digamos,noble e idealista, también se enemistaron con la libertad al ser conven- cidas de que sus promotores eran ajenos a la moralidad, que solo pensaban en sí mismos y jamás en actuar correctamente según unos principios morales. De ahí el surgimiento de frases populares tipo, «puede que el libre mercado sea en general más eficiente y próspero, pero eso no es lo que importa, pues por encima de la producción de riqueza está el valor de la justicia social», o frases populares tipo, «de nada sirve aumentar el cre- cimiento económico si ello conlleva una desigualdad inmoral».
  • 28. POL VICTORIA 28 Así, la izquierda socialista se autoerigió como la guardiana de la ética y señaló (y quizás marcó para siempre) a los amigos de la libertad como cerdos capitalistas y egoístas desalmados. Al no ser sólida la defensa de la libertad, cuando llegaban los pregoneros de la supuesta moralidad podían convencer fácil- mente hacia el socialismo a quienes aspiraban a algo más alto y noble que la simple eficiencia. Porque la libertad era solo una herramienta útil para obtener una consecuencia deseada. Defender la libertad basándose en un error de raíz la hizo re- troceder y perder terreno en la batalla de las ideas. Si la libertad es un valor relativo a su utilidad y consecuencias, no es algo que necesariamente haya que defender y promover siempre, ya sea porque a veces produce resultados negativos o ya sea porque no está respaldada por la moral. Siempre que la libertad produzca insatisfacciones o supuestas injusticias, habrá que eliminarla o restringirla. En el fondo, los utilitaristas y consecuencialistas le estaban dando armas a los enemigos de la libertad. El austrolibertarismo, en ningún modo, comulga con esas ideas. Su defensa de la libertad es por principio moral, no por cálculo de beneficios, consecuencias, utilidad, o pragmatismo. El criterio de eficiencia es irrelevante para un austrolibertario. Cierto que es amplia la investigación científica que demuestra que las libertades políticas y económicas conducen a una mayor felicidad humana y prosperidad económica, pero ese dato es secundario. Si no fuera así, nada cambiaría en el criterio. Si ejercer la libertad produjera peores resultados, de todos modos hay que seguir defendiéndola. A la izquierda socialista hay que desbancarla de su actual monopolio del discurso de la ética. El austrolibertarismo cree en principios universales que con- forman una ética que debe regir el comportamiento humano. Así, su defensa de la libertad no se hace porque conviene, sino por su fundamento moral irrenunciable.
  • 29. 29 3. La historia de mi evolución hacia el austrolibertarismo no se publica por un afán de dar a conocer los detalles personales de mi vida, sino simplemente con el objetivo de que muchos se sientan identificados y animados a dar el paso. Si yo lo di, cualquiera lo puede dar. Llegué el austrolibertarismo después de pasar por muchas filosofías politícas y económicas. Creí en, o al menos coqueteé con, el izquierdismo, el comunismo, el ecologismo, la democracia, el derechismo, el conservatismo, la aristogracia, la monarquía, el nazismo, el fascismo, el falangismo, el carlismo. Creí en o al menos coqueteé con, el socialismo, el intervencionismo, el sindicalismo, el keynesianismo, el liberalismo, el libertarismo. Todo ello en distintas etapas de mi vida durante más de veinte años, en un largo camino por encontrar el mejor sistema político y económico para la humanidad, asunto que siempre fue de mi vida interés desde niño, y motivación que me llevó a leer multitud de libros y conocer a diversas personas y maestros , todos muy inteligentes y a quienes igualmente estoy muy agradecido. Finalmente concluí que todas las idelogías aceptan el principio de agresión de unos seres humanos contra otros, en mayor o en mejor grado, e intentan filosóficamente legitimarlo. Por supuesto unas más que otras, pero todas las ideologías encuentran justificaciones políticas o económicas para usar la agresión, y conciben que sus regímenes pueden violar los CÓMO VINE A SER AUSTROLIBERTARIO
  • 30. 30 POL VICTORIA derechos naturales y a veces los derechos adquiridos de los individuos, y coactivamente moldear la sociedad, algunos de las ideologías y a su antojo y algunos otras moldearla de forma moderada y limitada. El austrolibertarismo es lo contrario a todo esto. No hay nada qué moldear. La sociedad humana debe surgir de manera natural y espontánea sin diseño ni interferencia de nadie en particular. Y aunque hay idearios no tan distante del austrolibertarismo, y con los cuales se podrían hacer alianzas para combatir juntos en algunos terrenos comunes y contra enemigos comunes, a la vez hay discrepancia con todos ellos en mayor o en menor medida. Por eso, un austrolibertario puede entrar en debate contra comunistas, socialistas, anarco-colectivistas, social-demócratas, demo- cristianos, demócratas, fascistas, liberales, keynesianos, conservadores, neo-liberales, neo-keynesianos, neo- conservadores, crony-capitalistas, progresistas, post- modernos, derechistas, izquierdistas, identitarios, globalistas, liberales-clásicos y anarquistas. Desde que me volví austrolibertario, ahora defiendo la completa libertad de las personas y de las familias frente a la coacción violenta del Estado en todos los órdenes. Ningun modelo político o económico está legitimando para usurpar los derechos naturales e intrínsecos del ser humano, ni tampoco los derechos adquiridos legítimamente. Basado en el principio de no agresión, en el derecho de libre asociación y en el valor universal de la propiedad privada, promuevo la progresiva desmantelación del Estado moderno, la total libertad política y económica, la desaparición de las legislaciones, controles y regulaciones autoritarias que minen dicha libertad, la reducción o desaparición de los impuestos estatales, y el libre flujo mundial de personas, bienes, servicios y capitales.
  • 31. 31 ¿Cuál es la motivación para justificar un principio de agresión entre los seres humanos? Las ideologías más serias responden: el bien común. ¿pero cuál es el bien común? ¿Qué criterio es el que define lo que es en realidad el bien común? Ahí está todo el secreto. Ese es el asunto que hace toda la diferencia entre dichas ideologías. Esa es la esencia que forja las características, matices y detalles de cada una de ellas. Es su propio concepto de bien común lo que legitima a cada régimen para usar la violencia, coacción e imposición. Salvaguardar el bien común es su misión, y por ello se justifica hacer sacrificios por un concepto superior, y por ello se puede agredir a deter-minados seres humanos si es por alcanzar el bien común. Se podría emplear un libro entero para tratar este concepto, pero este no es el fin del presente escrito. Tan solo baste expresar brevemente cómo se relaciona con nuestro ideario. El bien común por supuesto también existe para el aus- trolibertarismo, que no es una filosofía relativista. Pero es un concepto muy distinto porque no es un extenso tratado de cien páginas y mil artículos y detalles. Se trata de un bien común mínimo que todos los hombres de la Tierra comparten. La Autoridad política, por tanto, debe proteger ese bien que es . común a todos los hombres: la vida y la libertad para buscar BIEN COMÚN, LA CLAVE DE TODA ORGANIZACIÓN SOCIAL 4.
  • 32. 32 POL VICTORIA su propia felicidad. El uso de la autoridad y de la fuerza se limita a aquellas contadas ocaciones en las que se requiere proteger lo único que en el orden natural es común a todos los seres humanos: la propia vida y la propia libertad de cada cual, y los derivados legítimos que de ellas emanan.
  • 33. 33 5. ORIGEN:LA ESCUELA El austrolibertarismo se fundamenta en la Escuela Austriaca de Economía, llamada así por tener un origen austriaco en la Escuela de Viena, pero por supuesto hoy con pensadores de todas las naciones, idiomas y latitudes. Se diría que la fundación de esta escuela ocurrió en 1871, con un célebre libro publicado por Carl Menger, Principios de Economía Política. De la misma universidad y maestro salieron famosos discípulos de nacionalidad austriaca como Bohm-Bawerk, Von Wieser, Van Mises, Von Hayek, que fueron influyentes e impactaron los siglos XIX y xx, y muchos otros de todos los rincones del mundo que han continuado la labor intelectual hasta el presente siglo XXI. No obstante, las ideas económicas surgidas en Austria no fueron en su mayoría inventadas allí en el siglo XIX. En realidad, tienen un origen muy anterior que data de la Escuela de Salamanca, durante el Siglo de Oro español. Entre los siglos XVI y XVII, la Escuela de Salamanca produjo grandes pensadores en teología, filosofía, política, derecho, econonúa, física, astronomía, etc. Fue la universidad más importante de su época. Particularmente sobre el tema que nos atañe, economistas contemporáneos han asegurado que en la Escuela de Salamanca se produjo la primera fundación de la ciencia económica como tal. Así, intelectuales como Francisco de Vitoria, Diego de Covarrubias, Luis de Malina, Luis de Alcalá, Domingo de Soto, Martín de Azpilcueta. Tomás de Mercado Juan de Lugo y otros, sentaron las bases de las primeras teorías económicas modernas. AUSTRIACA DE ECONOMÍA
  • 34. POL VICTORIA Como en ese entonces la corona española y la corona aus- triaca estuvieron en cabeza del mismo rey Carlos y luego en la misma familia Habsburgo. la relación ente España y Austria fue muy estrecha durante siglos. Eso hizo que el pensamiento económico, que en España se estancaría y perderia en gran medida, se mantuvo en Austria durante los siglos XVIII y XIX como una semilla española que luego darla sus frutos austriacos cuando Menger retomó en Viena la ciencia económica desde el punto donde se había quedado en Salamanca. Las aportaciones que hicieron los monjes-cconomistas espa- ñoles fueron, entre otras: la consideración de que el comercio no era inmoral sino legítimo y beneficioso para la sociedad: la opinión de que la búsqueda de riqueza personal y la acu-mulación de riqueza no tenía por qué ser contraria a la ética; la promoción de la libre circulación de bienes, servicios, capitales, personas e ideas; la propiedad privada como institución humana lcgítiina para el orden social y el cuidado de los bienes; la propiedad privada como estimuladora de la actividad productiva y del bienestar general; la licitud de apropiarse de los frutos y beneficios del ejercicio de la propiedad privada; la teoría subjetiva del valor como avance y superación de la· teoría del valor- trabajo; la teoría del valor-escacez como precursora de la teoría cuantitativa del dinero; la formación del precio justo como efecto de la oferta y la demanda en el libre mercado; la justificación morral de los tipos de interés, etcétera. Las aportaciones que hicieron a continuación moral de los austriacos fueron, entre otras: la teoría subjetiva del valor, la teoría de la utilidad marginal y la teoría del cálculo económico - teorías con las cuales se diferenciaron con una escuela distinta de la 33
  • 35. 35 POL VICTORIA escuela clásica liberal; el método lógico-deductivo conocido como la praxeología; la ética de la economía en contraposición al utilitarismo liberal; la función de utilidad ordinal y no cardinal la teoría austriaca de los ciclos económicos; el rechazo de los métodos matemáticos y estadísticos -por ser no fiables para teorizar sobre la acción humana y la función empresarial; el rechazo de las condiciones de racionalidad perfecta -por-que ningún ser humano es perfectamente racional -el rechazo del análisis estático comparativo -porque la economía es una realidad dinámica y no estática; y en general, el rechazo del humo- económicus -porque el hombre es mucho más que eso.
  • 36. 36 6. ORIGEN: LA DOCTRINA El Austrolibertarismo también se fundamenta, en parte, en la Doctrina Política Libertaria, llamada así desde los años cuarentas del siglo XX para diferenciarse del pensamiento liberal clásico. Aunque en el siglo XIX ya se usaba en Estados Uni-dos el término libertarianism como referente al individualismo filosófico, es en el siglo xx, y más desde los años cincuenta que el libertarismo se consolida como una doctrina política de mínimo gobierno y de radical libre mercado. En los años setenta se populariza esta filosofía de libertad individual en lo social y de propiedad privada en lo económico. Ya en el siglo XXI el movimiento libertario, particularmente el libertarianism en Estados Unidos pero también en otros países, es una fuerza social y política creciente que ya empieza a no ser despreciable en absoluto. Las bases doctrinales libertarias suelen atribuirse a una mezcla entre el liberalismo clásico y la filosofía anarquista- individualista. Pero no son una mezcla, sino más bien una posición que acoge lo mejor de ambas corrientes. La doctrina· politica libertaria no es ni de derecha ni de izquierda, sino independiente de esa función binaria. Diríamos incluso anti- Sistema, Y sobre todo anti-estatista. Su principio filosofíco más importante es el principio de no agresión, que fundamenta todo el resto del planteamiento de libertad política. Acompañando este concepto está POLÍTICA LIBERTARIA
  • 37. 37 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO la libertad invididual de la cual emana el derecho a la propiedad. Los derechos de propiedad es lo que la organización política tiene que efender. El principio de libre mercado, el principio de libre asociación el principio de libre contratación o de pactos voluntarios, la propiedad privada y la nula intervención estatal en la vida privada de la gente, son pilares clave. Una doctrina política que, junto con los pilares de la Escuela Austriaca de Economía y el Derecho Natural, configura el austrolibertarismo.
  • 38. 38 DERECHO NATURAL 7. Y DERECHO POSITIVO Gran parte de los conflictos humanos serían de facil resolución si hubiera una comprensión generalizada sobre el derecho natural, el derecho positivo, y la correcta interrelación entre ellos. El derecho natural es la ley que debe regir al ser humano porque se adecua a su naturaleza y por tanto es justa de modo universal. Es una ley común a todos los hombres porque es intrínseca a su esencia y por tanto inmodificable e inmutable. El derecho positivo es la ley que redactan los hombres para regir su convivencia y por tanto puede ser justa o injusta. Una ley que no es común a todos los hombres porque depende de sus autores y circunstancias, y por tanto suele cambiar, modificable y adaptarse. Para mayor claridad, un ejemplo. Es de ley natural que una persona tiene el deber de respetar la vida del otro y tiene el derecho a que su vida sea respetada por otros. Así de abstracto. Es de ley positiva el cómo exactamente se aterriza y cumple ese deber y ese derecho. Así de abstracto. Es de ley positiva el cómo exactamente se aterriza y cumple ese deber y ese derecho. Así de concreto. La ley positiva, mediantes sus legisladores humanos, podria establecer múltiples formas de estimular el cumplimiento de esa ley natural y de castigar odisuadir de su incumplimiento. Podría decretar que el asesino cumpla diez años de cárcel, o que cumpla cincuenta años de prisión, o que se pudra en cadena perpetua, o que sea colgado en la horca o fusilado en el paredón, o que sea latigado una vez a la semana por los próximos 20 años. O algo muy distinto, como que la pena se reduzca a hacer 5 minutos de silencio por
  • 39. 39 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO la víctima. Incluso podría legislarse lo contrario, que el asesino fuera aplaudido en la plaza pública y condecorado por la valentía de asesinar a un inocente. La ley positiva puede crear justicia o injusticia porque depende de la mano humana en su redacción. Cuando el derecho positivo está en consonancia con el derecho natural existe el principio de justicia. Cuando está en discrepancia se produce una injusticia por parte de los legisladores. Y cuando hay dicha injusticia, los hombres tienen el derecho y el deber de levantarse contra los legisladores y exigir que el derecho positivo esté inspirado por el derecho natural, so pena de sustituir los legisladores. Otra habría sido la historia del mundo si los políticos hubieran respetado la ley natural. Otro concepto jurídico para entendimiento del lector, y muy olvidado por la cultura post-moderna saturada de exigencias y carente de compromisos, es el vínculo inseparable entre deber y derecho. No existen deberes sin derechos ni derechos sin deberes. Se puede decir que de cada deber emana un derecho, o que de cada derecho emana un deber correspondiente -deberes y derechos están íntimamente e inseparablemente vinculados. Toda la sana y pacífica convivencia en sociedad, como veremos en los siguientes capítulos, gira en tomo al respeto por dos pilares jurídicos: 1. Los dos derechos fundamentales, vida y libertad, de los cuales emanan inmediatamente deberes correspondientes, -la obligación de respetar la vida y libertad del inocente, y 2. Los múltiples, diversos y desiguales derechos correspondientes adquiridos de cada ser humano, de los cuales emanan otros deberes múltiples, diversos y desiguales. Si la ley positiva, redactada por hombres imperfectos, consigue ba- sarse en la ley natural, estos dos pilares jurídicos sostendrán un marco de convivencia de la paz y prosperidad.
  • 40. 40 8. DERECHOS FUNDAMENTALES : nadie en particulEn abismal diferencia respecto de todo el discurso mainstream de los «Derechos Humanos», los «Derechos Fundamentales», los «Derechos Inalienables» y demás demagogia inventada por la calamitosa Revolución Francesa, apropiada por la nefasta ideología socialista, institucionalizada por la manipuladora Organización de Naciones Unidas, puesta d emoda por la vacía filosofía y mediocre corriente postmoderna, y también en claro contraste respecto de la interminable lista de «derechos» falsos de las constituciones y legislaciones de las naciones occidentales modernas., el austrolibertarismo reconoce solamente dos derechos reales, inherentes al hombre (varón y mujer), y que podríamos llamar sencillamente derechos fundamentales (sin mayúsculas ni aspavientos), en el sentido de que están naturalmente presentes en el fundamento constitutivo del hombre, en sus cimientos antropológicos, esto es, en su esencia como persona. Y a no ser que se le quiera dar sentido trascendente a la Naturaleza o salvo que se crea en un Autor personal y metafísico de ella (asunto en el que hay libre albedrío para creer o no). el austrolibertarismo afirma con toda claridad y rotundidad lo siguiente: nadie en particular le otorga al hombre esos derechos fundamentales, sino que es así concebido y nace con ellos. Ninguna autoridad terrenal, ningún poder tempora, ninguna institución, organización discurso, tratado, escrito, ley, nación o Estado le otorga al hombre tales derechos, Los tiene en sí mismo por Derecho Natural y no necesita que nadie se los reconozca para tenerlos. Esos dos unicos derechos fundamentales son: la vida y la libertad.
  • 41. 41 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO El hombrc nace vivo y nace libre, y tiene derecho a con- servar esos atributos de la naturaleza, y tiene derecho a que sus semejantes se los respeten, en orden a buscar su propia felicidad, que es el fin al que tiende todo hombre. Por ello, tales derechos son condición sine qua non, pues sin vida y sin libertad no puede buscar dicha felicidad, mientras que sin todo lo demás sí puede hacerlo. Necesariamente el ser humano nace vivo y nace libre universalmente, en cualquier familia, país, cultura, época o circunstancia donde nazca, y no nace de ninguna otra manera ni con nada adicional per sé, pues todo lo demás que tenga es un casual y añadido extra. Su condición de vivo y de libre es lo único connatural y universal. Esos son los atributos que necesariamente acompañan su esencia, pues todo lo demás que pueda tener es accidental (siguiendo las categorías aristotélicas de esencia y accidentes). Podria escribirse un libro entero que solamente tratara acerca de la demostración científica, biológica, psicológica, jurídica, antropológica, filosófica, y hasta teológica, de que el hombre en su naturaleza posee solo dos derechos fundamentales, pero esa no es la tarea de este libro. Quien quiera profundizar sobre el tema, que vaya a las fuentes del saber. Este manifiesto se limita a resumir los postulados. Un austrolibertario no admite ninguna falsificación de derechos artificiales, creídos por las ingenuas mayorías de los países supuestamente desarrollados por el simple hecho de haber sido otorgados mediante un papel escrito, arbitrariainente por los burócratas al mando y sin ningún fundamento antropológico. Aparte de la vida y la libertad, toda la orgía de otros supuestos derechos hurnanos (a la educación, a la sanidad, a la vivienda, al deporte, a tener trabajo, a la renta básica, a la igualdad, etc.)
  • 42. 42 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO son pura verborrea y demagogia para endulazar los oídos de las masas y ganar votos electorales, engañándolas con alucinaciones irreales que solo habitan la prolífica imaginación de sus redactores, ansiosos de inventar cada día nuevos derechos ficticios. Eso no quiere decir que alguien en concreto no pueda tener otros derechos además de la vida y la libertad. Claro que lo puede tener; ya los relataremos en el próximo capitulo que versará sobre los «derechos adquiridos». Pero aquí solo nos ocupamos exclusivamente de los derechos fundamentales, los que se tienen por el solo hecho de nacer y de existir y de ser persona. A continuación una aclaración importante, para que el aus-- trolibertario se distinga aún más de los postulados socialistas y postmodernos, ya que está tan de moda la palabra «inalienable». Los derechos fundamentales a la vida y a la libertad son naturales, cierto, o sea de índole intrínseca al ser humano, gravados en su naturaleza per sé, pero esto no significa que sean absolutos ni inalienables, como el cuento del main stream políticamente correcto nos lo quiere hacer creer. No lo son. Y por tanto sí son derechos que en caso extremo se pueden perder cara a la sociedad. Nadie puede impedir que nazcas con ellos y que los ejerzas, pero alguien - la Autoridad política- sí puede impedir que los sigas ejerciendo, y ello únicamente en el caso de que otros hayan sido enajenados de esos mismos derechos por tu causa y culpa. Si fueran enables, nadie podría recibir un castigo y el crimen camparía sus anchas. La pena de muerte y la cárcel pueden ser los castigos que se le impongan a alguien que viola el derecho a la vida o el derecho a la libertad de otros seres humanos. Uno nace con derechos fundamentales, pero como no son inalienables uno lo puede perder si se hace indigno de ellos. La Autoridad política, por tanto, tiene derecho a aplicar la pérdida de la vida o la privación de la libertad o los transgresores de los derechos fundamentales, y todo ello para proteger el bien común.
  • 43. 43 9. DERECHOS ADQUIRIDOS Nacemos con vida y con libertad, pero no con una vivienda, que no es un derecho humano ni fundamental, sino un derecho que se puede adquirir. Si fuera cierto que tenemos derecho a la vivienda todos habríamos nacido con ella, como nacimos todos con vida y con libertad. Si fuera cierta la ficción socialista, los anacoretas que viven solitarios en el desierto al aire libre estarían en constante violación de su derecho fundamental a la vivienda, ¿y a quién reclamar en un desierto solitario? Si fuera cierta la entelequia, todos los mendigos del mundo podrían poner una denuncia ante Naciones Unidas y ganarla, y al poco tiempo se les debería entregar o fabricar una casa a su gusto, so pena de incurrir en violación de de-rechos humanos en caso de no hacerlo. Pero lo cierto es que no vemos a ningún funcionario de la ONU en la cárcel por violar ese derecho humano a la vivienda. Más aún, si fuera cierta la verborrea socialista, todos podríamos dejar de pagar alquileres e hipotecas, y ejercer el derecho a tener vivienda propia, y así, quedamos a vivir donde estamos, pues en vez de ser sinvergüenzas simplemente seríamos reclamadores legítimos de nuestros derechos humanos. Nacemos con vida y con libertad, pero no con trabajo. Si fuera cierto que tenemos derecho a un trabajo podríamos llegar a una empresa y reclamarle que nos dé trabajo inme- diatamente, so pena de incurrir en violación de estarnos vio- lando un derecho fundamental. Desde esta óptica socialista,
  • 44. 44 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO es extraño que no veamos los millones de desempleados del mundo encontrtando un trabajo al instante si se trata de un derecho inalienable, ni veamos jueces condenando a los empresarios que rehúsen darle no le den sueldo y trabajo al primero que cruce por su puerta reclamándolo. Nacemos con vida y con libertad, pero no con educación. Si fuera cierto que tenemos derecho a saber leer y escribir, entonces la gran mayoría de la humanidad en su historia ha sido violada de su derecho fundamental, puesto que salvo en la época presente casi todos han sido íletreados. Más aún, ¿cómo época presente casi todos han sido íletreados. Más aun, ¿cómo le reclama un indígenaNukak Makú de la selva amazónica a su «Estado» (su líder anciano cacique) que su derecho fundametal es leer y escribir? ¿Acaso el cacique de la tribu es un criminal violador de derechos humanos porque el pobrecillo no ha descubierto la escritura y no se la puede proveer a sus «ciudadanos»? Y si la ficción socialista fuera cierta, cualquier graduado de colegio podría exigir su admisión en la universidad su elección y en los estudios de su elección, porque tiene derecho a la educación. ¿O acaso quién y cómo define qué es la educación?.¿cuál sería su límite como derecho humano? Nacemos con vida y con libertad, pero no con sanidad. Si fuera cierto que todos tenemos derechos a la sanidad, entonces cuando un médico descubra la nueva cura que hasta ahora no había para una enfermedad, todos los enfermos podrían exigirle al Estado o a la ONU que ese médico se presente inmediatamente en su localidad para sanarlos con la nueva cura, aunque tenga que viajar a mil localidades a la vez, so pena de incurrir es violarle el derecho humano a la sanidad a millones de personas. O bien, todos los que padecen una enfermedad rara podrían en todos los continentees reclamarle a su Estado
  • 45. 45 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO garantista y benefactor su derecho humano a ser atendido en la unica clínica del mundo donde se conoce la cura y tratamiento de esa enfermedad rara, con todos los gastos pagos de transporte, dietas y hospitalización en ese lejano país. Y así podríamos continuar con la larga lista de derechos humanos inventados e irreales, cada uno más ridículo que el anterior, con que nos han inundado. Serían casi infinitos los ejemplos para sustentar la inverosimilitud de la falacia socialista y para demostrar que casi todo lo que ellos llaman «derechos humanos» tan solo se llaman derechos adquiridos y no pueden ser provistos a todos de igual modo. Es decir, por definición, lo que es un derecho puede ser exi- gido y reclamado, o de lo contrario no es un derecho. ¿Cómo se puede exigir el cumplimiento de todas las quimeras socialistas en el mundo real? Pongamos los mismos ejemplos respecto de la vida y la libertad, que sí son derechos fundamentales reales, y encontraremos que es lo único que legítimamente puede un hombre reclamar en cualquier circunstancia, país, cultura o época. La Autoridad política está obligada a proteger la vida y la libertad del hombre, tanto para el millonario de Manhattan como para el indígena de la selva del Amazonas. ¿Por qué? Porque son los únicos derechos fundamentales universales y connaturales, mientras los demás son derechos adquiridos, no universales. Ser un humano implica vida y libertad, pero no implica ningún añadido necesariamente. Estos son conceptos que los socialistas y los sometidos a la dictadura de lo políticamente correcto jamás aceptarán pues viven de las utopías creadas por ellos mismos, y además porque la verdad nunca es lo popular, y porque los socialistas son enemigos de la realidad. Los derechos adquiridos no solamente carecen de universa- lidad sino que por ende son desiguales para todos los humanos. Los derechos adquiridos no son naturales, no son inherentes al
  • 46. 46 POL VICTORIA ser humano, sino ganados por merecimiento (usando la libertad propia) u obtenidos por regalo (usando la libertad ajena). Por esa razón son distintos y desiguales en cada varón y mujer de este mundo. Del derecho fundamental a la libertad se deriva el derecho adquirido de la propiedad privada, y ello se manifiesta en que podamos libremente adquirir un bien con el fruto de nuestro trabajo o que podamos recibir un bien que libremente nos donen o hereden. En igual sentido, tus derechos fundamentales fundamentan, valga la redundancia, que si así lo deseas tú puedas buscar una vivienda, buscar un trabajo, buscar salud, buscar educación, etc., y que si los consigues adquirir tú puedas establecer tus logros como jurídicamente derechos adquiridos.
  • 47. 47 10. PRINCIPIO DE NO AGRESIÓN El Principio de No Agresión (PNA), también conocido como non agression principle (NAP), establece que ningún ser humano tiene derecho a ejercer agresión de ningún tipo contra otro ser humano. Eso incluye no solamente la agresión física sino también todo tipo de coacción o imposición con la amenaza del uso de la fuerza física. El PNA es el principio básico que sostiene toda la Doctrina Política Libertaria. Alrededor de él gira todo lo demás. Alrededor de él se establece la paz y la convivencia humana. El hombre debe seguir su inclinación a la búsqueda de su propia felicidad. Acierte o se equivoque en el intento. Tenga razón o no es irrelevante. Tome buenas decisiones o pésimas es su problema. El hombre adulto tiene su camino hacia la felicidad, y su vida y su libertad son necesarias para buscarla. Por eso su autonomía, personal, política, económica, es intocable. Y así como tiene ese derecho a que nadie le agreda en su camino, de igual modo tiene el deber de no agredir a nadie. Su vida y su libertad, y por extensión los derechos adquiridos que emanan de ellas, no deben ser interferidos por ninguna persona, organización o institución. Y tampoco el hombre puede interferir en los derechos ajenos. Es el principio que regenta todo lo demás. Los enemigos del principio de no agresión acusarán a los austrolibertarios de promover el caos. ¿Cómo se establece el orden social si no hay nadie para diseñar la sociedad?, y para eso se requiere algún tipo de agresión, ¿verdad? Pues de ninguna
  • 48. 48 POL VICTORIA na manera. Porque no hay nada qué diseñar ni ordenar desde arriba. La sociedad se auto-ordena desde abajo, de manera natural y espontánea. Precisamente por seguir estrictamente el PNA se puede organizar la sociedad de la mejor manera posible. Millones de varones y mujeres interactuando entre sí. cada uno buscando su propia felicidad, cooperando voluntariamente en un orden social donde todos se respetan y no se agreden en ningún sentido. Los enemigos del principio de no agresión acusarán a los austrolibertarios de promover la anarquía. ¿Cómo se defiende a los agredidos si por principio no se puede agredir?, y si no se puede usar la fuerza contra los criminales, ¿no se contradice el principio a sí mismo, porque no se salvaguarda la no agresión? De ninguna manera. Porque el propio principio establece que para que exista el mismo es necesario protegerlo contra los que lo violan. Así es como funciona. Para salvaguardar el principio de no agresión debe haber una Autoridad que se legitima a sí misma porque usa la agresión (violencia, coacción, fuerza) en los casos donde el PNA ha sido violado, y lo hace para preservar el bien común y los derechos de todos. En definitiva, en orden a proteger el PNA es legítimo agredir a un transgresor que parcialmente o totalmente (la vida y la libertad tienen grados) viola el principio de no agresión. En realidad lo anterior es solo una manera de hablar, pero rigurosamente hablando no es así como ocurre. El que previene un crimen o castiga un crimen en verdad no está violando nada, pues al contrario lo que está haciendo es restablecer el PNA. De tal modo, un criminal es solamente aquel que viola el PNA, aquel que agrede a otro ser humano en sus derechos adquiridos o en sus derechos fundamentales. Es el único delito que se reconoce como tal en una sociedad austrolibertaria. Todo lo que hoy día se conoce como crimen o delincuencia
  • 49. 49 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO por las legislaciones vigentes, en tantos supuestos delitos donde no hay víctima, son definiciones no reconocidas por el austrolibertarismo. No puede haber crimen sin víctima, y no hay víctima si no hay una violación objetiva y medible de los derechos fundamentales o de los derechos adquiridos de un tercero que sea persona humana. Esto tiene muchas implicaciones contra el orden legal establecido que el lector tendrá que analizar por su cuenta, pues río hay espacio para ello en este manifiesto. Lo que El Manifiesto Austrolibertario sí brevemente tratará, y a riesgo de ser declarado libro ilegal por el establishment corrupto y abusivo que gobierna las actuales sociedades modernas, es lo que el PNA implica de cara a los gobiernos, Estados y supra-Estados. Siguiendo el principio de no agresión, la existencia del Estado moderno corresponde solamente a una exitosa agrupación mafiosa que logró autoerigirse en todopoderosa y entregar por la fuerza el poder a unos para oprimir a otros. Así, el Estado tal como lo conocemos, es el mayor violador del principio de no agresión de la historia de la humanidad. Basta ver solamente el siglo XX para contemplar las mayores atrocidades que el mundo ha conocido, perpetradas por los Estados modernos, fueran comunistas, fascistas o demócratas. Y además de violar los derechos fundamentales con tantos genocidios, exterminios Y privaciones injustas de libertad, fue y sigue siendo el pro- tagonista en arrebatar nuestra autonomía y decisiones libres, nuestra privacidad e intimidad, nuestra propiedad privada y los frutos de nuestro trabajo, para ganar también la competición de transgresores de los derechos adquiridos. El Estado moderno es una organización criminal anti-PNA que se ha autodeclarado legítima por la fuerza de las armas y del miedo, pero que filosóficamente no tiene razón de existir. Es solo una mafia
  • 50. 50 POL VICTORIA más poderosa que logró imponerse sobre las demás mafias y las ilegalizó. Casi todas las ideologías políticas violan el principio de no-agresión. Pero en el austrolibertarismo, basado en el PNA, cada ser humano puede construir su vida como decida libremente, sin ninguna coacción que se lo pueda impedir, siempre mientras respete la vida, la libertad y los derechos adquiridos de los demás. Ello legitima toda libertad política y económica.
  • 51. 51 11. PRINCIPIO DE LIBRE ASOCIACIÓN El principio de libre asociación (PLA) establece que los seres humanos podemos crear sociedades con quienes queramos y entre quienes queramos. Dicho principio por supuesto está basado en el derecho fundamental a la libertad. Y, al revés de la tesis totalitaria del «contrato social», el austrolibertarismo solo cree en contratos libres y voluntarios entre los seres humanos. Tales contratos pueden crearse entre un hombre (mujer o va-rón) adulto y otro hombre adulto, o entre muchos hombres, de forma explícita, sea verbal, gestual o escrita. Dichos contratos pueden establecerse sobre cualquier materia, con cualesquiera condiciones, requisitos y limitaciones, con cualquier duración en el tiempo sea acotada o hasta la muerte, y con las penalizaciones y consecuencias de romper un contrato. Esto, que parece muy fácil de entender y de aceptar por todos, en la práctica es ampliamente desentendido y recha- zado por enormes cantidades de personas. Los enemigos de la libertad rápidamente le hacen la guerra a este principio. Digamos que el PLA tiene tres tipos de opositores, que expli- caremos a continuación. «iLibre asociación!», muchas veces es una bandera que enarbolan los clásicos enemigos de la libertad, pero solo como estrategia para reclamar por sus propias asociaciones, las que les convienen como medios para llegar a un fin, pero una vez llegan al poder anulan dicha libre-asociación para todos los que no sean ellos núsmos. Es lo que ha pasado en incontables
  • 52. 52 POL VICTORIA casos en la historia y, aunque no exclusivamente, quizás entre ellos destaquen los izquierdistas comunistas, genios de la manipulación, que ante monarquías o dictaduras de derecha reclamaban respeto y libertad para formar asociaciones, organizaciones, partidos políticos, sindicatos, grupos de influencia de cualquier tipo, pero una vez consiguen el poder vía las armas o vía el sugragio democrático, impiden que todos los que no estén completamente controlados por los nuevos detentadores del poder puedan libremente organizarse. Los colectivistas más moderados, enemigos del individualismo, acusan el PLA de ser liberal e individualista. Para ellos el hombre ha de vivir en comunidad y para la comunidad en lugar de ser cada hombre una isla que solo se preocupa por sí mismo y ve a los otros como islas lejanas con las que hay que competir y de las que hay que aprovecharse. Quizás exista una (de las muchas que hay) definición de liberalismo que contemple al hombre de ese modo. Quizás provenga de ese liberalismo filosófico moderno, afrancesado, hijo de 1789, heredero de la Revolución que destruye el sentido de las comunidades naturales y crea individuos completamente aislados y solitarios que pierden sus raíces, su identidad y su sana interrelación con el prójimo. Pero esta visión nada tiene que ver con el austrolibertarismo, que sabe bien que el ser humano es social por naturaleza y necesita la convivencia, tiende también a aspiraciones altruistas y no solamente a las egoístas. Los que el austrolibertarismo combate son las comunidades forzadas y especialmente las creadas artificialmene, desde arriba hacia abajo, aquellas en que sus miembros no pueden ni elegir entrar ni retirarse, cosa que sucede en el régimen comunsita, en el fascita, en el demócrata y en muchos otros. Así, el austrolibertarismo no es exactamente individualista (al menos no en el mal sentido de la palabra) porque cree en la
  • 53. 53 POL VICTORIA Comunidad natural, pero sí defiende el derecho individual a asociarse libremente. Los Nuevos «progres», o miembros de la ideología progresista, tan de moda en el siglo XXI, son otros enemigos del PLA, que tanto desde el poder de sus lobbies de presión y mafias soterradas intentan moldear la sociedad a su antojo, y para ello es estrictamente necesario violar el PLA. Así, se dedican a crear una paranoia social e histeria colectiva alrededor de una palabra: «discriminación», demonizándola como si dicho concepto no fuera lo más normal del mundo. El principio de libre asociación implica necesariamente el derecho a la discriminación. O mejor, es el mismo derecho dicho de una manera más políticamente incorrecta. Es la otra cara de la misma moneda, moneda que no se puede cuestionar sino a costa de violar el derecho fundamental a la libertad humana. Asociarse libremente implica discriminar libremente. Sencillamente porque elegir implica discriminar, por definición. Con esto sí, con esto no, con este sí, con este no, con esta sí, y con esta no. Quien elige, discrimina, punto, por mucho que le moleste al sector «progre». Si discriminar fuera un pecado tan grave como ellos proclaman en inmadura histeria, no existirían puertas en ningún sitio; ten en cuenta que la puerta de tu casa es el primer instrumento de discriminación que usas diariamente y lo haces sin ningún problema. Sin ningún problema, quizás solo de momento, pues no podemos perder de vista que los a actuales marxistas culturales están ligados a los marxistas clásicos, y ambos se dan la mano en la finalidad de conseguir quitar la puerta de tu casa, unos para violar tu derecho o discriminar (o asociarte con quien tú elijas) y otros para violar tu derecho a la propiedad privada. El austrolibertarismo defiende tu absoluta libertad de discriminar a quien quieras, cuando quieras, como quieras (sin violencia),
  • 54. 54 POL VICTORIA durante el tiempo que quieras y por el motivo que quieras, con razón o sin ella. El principio de libre asociación, por último, permite que los individuos se asocien entre sí como libremente decidan, y por tanto propicia que se generen comunidades de forma espontanea y natural, muchas veces comunidades fuertemente unidas, pero no por vía de la coacción y la fuerza, sino por vía de los principios que unen a esas personas por aquello que comparten (materialmente o abstractamente, visiblemente o invisiblemente).
  • 55. 55 11. PRINCIPIO DE LIBERTAD La libertad de expresión es un principio inviolable y se sustenta en el derecho fundamental del hombre a la libertad. La comunicación es un elemento consustancial al ser hu- mano. No se entiende al hombre sin él. El hombre es comu- nicador por esencia. Comunicamos todo el tiempo, y no sola- mente cuando hablamos una lengua reconocida en palabras, sino con todo el cuerpo, permanentemente: nuestra mirada, gesticulación facial, movimiento de manos, tono de voz, ritmo de voz, movimiento corporal, postura corporal. Pero aún más, cómo vestimos, cómo caminamos, lo que compramos, lo que vendemos, lo que consumimos y lo que usamos y lo que desechamos, lo que decidimos, lo que hacemos y lo que no hacemos, la actitud y ánimo con que actuamos, todo, absolutamente todo en nuestro ser está comunicando continuamente, lanzando mensajes que pueden recibir o no otros receptores, Y que si reciben pueden interpretar, con acierto o sin él. Es en esa comunicación esencial y connatural al ser humano como nos relacionamos con el mundo, como vivimos y existimos, como nos desarrollarnos y evoluciomos, como se manifiesta nuestro ser y como interactuamos con la realidad. La libertad de expresión es necesaria para permitir el desarrollo del hombre y su interacción con el entorno. No se pueden ejercer los derechos fundarnentales a la vida y a la libertad si DE EXPRESIÓN
  • 56. 56 POL VICTORIA se impide la expresión libre, la comunicación en cualquiera de sus canales. ¿Eso quiere decir que no puede haber límites a la libertad de expresión? Depende de lo que signifique la pregunta. Pero, ¿acaso no es evidente la conveniencia de que todo tenga sus límites? Como en todas las críticas a los postulados del austrolibertarismo, la confusión surge del mismo error de raíz: mezclar y no distinguir. Una cosa es el nivel moral y otra cosa es el nivel político. Lo que debe ser sancionado a nivel moral no tiene por qué ser sancionado a nivel político. Lo que debe regular la moral no privada es lo que debe regular la política. Los ideales, las normas y los límites de la moral no son los de la política. Son dos esferas distintas que normalmente se deben tratar de manera distinta, so pena de caer en el totalitarismo. La vida en sociedad como veremos en uno de los apéndices de este libro-manifiesto, en el orden natural, debe ser regulada porlos parámetros del nivel moral: las costumbres, las tradiciones, la religión, la ética, los valores, la historia, la cultura en general, todo lo que subyace de forma subjetiva pero compartida en las mentes de los individuos que abitan una región del mundo o que pertenecen a una tribu fisica o virtual, todo lo que espontáneamente ha surgido y se ha establecido de forma invisible uniendo a un colectivo de personas con unos valores comunes. Esos valores invisibles y forjados en el transcurso del tiempo marcan los parámetros morales que rigen la convivencia del día a día. E independiemente de que unos puedan ser mejores que otros, son parámetros naturales y necesarios. Otra cosa son los parámetros del nivel político, que para el austrolibertarismo se reducen a respetar el PNA, que sostiene a los demás principios, y que todos ellos se pueden resumir en una frase coloquial: «vive y deja vivir».
  • 57. 57 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO Respondiendo a la pregunta, si no meezclamos y distinguimos el nivel moral del nivel político, tenemos que dar dos contestaciones distintas. En el nivel moral habrá límites de todo tipo, porque es natural y porque es antropológicamente bueno y necesario que los haya. En el nivel político, la respuesta es que no hay límites a la libertad de expresión, no en un mundo austrolibertario. Esto significa que la propia sociedad impone límites morales a la libertad de expresión, porque forja un marco de educación, de cortesía de protocolo, de modales, de pautas de comportamiento, y esos límites a la libre expresión son distintos según la moral o la cultura que subyace en cada lugar. Por eso, generar un eructo en unos sitios se agradece y en otros lugares de la Tierra se concibe como grosería. Por eso, el juntar las manos y agachar la cabeza en unos sitios simboliza un acto de respeto y educación y en otros lugares se desprecia como una humillación ridícula. Por eso en unas geografías se considera indecente descubrir partes del cuerpo y en otros territorios se alaba el desnudo. Por eso dibujar el rostro de un profeta es una blasfemia en un sitio, y lo mismo en otro lugar es parte de la normalidad. Y, sin embargo, hay tambien patrones comunes a lo largo y ancho del globo: una sonrisa siempre se valora positivamente, un dedo pulgar hacia rriba siempre significa algo bueno, una mentira siempre ofende al engañado. Hay una parte del lenguaje (de la expresión, de la comunicación) que es universal en su interpretación y otra gran parte que es circunstancial. Pero siempre hay demarcaciones y límites, unos generales y otros locales. Esos límites mejoran la convivencia humana y son convenientes porque establecen lo que puedes hacer y lo que no para que haya paz entre los hombres de un ambiente social determinado. Para el austrolibertarismo esos límites morales son suficientes para la libertad de expresión Quien transgreda esos límites
  • 58. 58 POL VICTORIA se ve sancionado a nivel moral. Y aquí entra en relación el principio de libre asociación o el derecho a la discriminación. En la sociedad natural quien ejecuta esa sanción, quien castiga el transgresor; no jurídicamente sino de otras formas: se le juzga como un maleducado, o greso, o irrespetuoso, o le sale gratis, pues tiene un coste moral. Esa persona queda marginada de su entorno humano y discriminada por haber violado los límites de la libertad de expresión a nivel moral, cultural, social. No hace falta otro castigo por parte de la Autoridad política. Además, ¿quién y cómo establece cuál es el límite juridico? La infinitud de la casuística impediría definir un límite justo y aceptado por todos. Los enemigos de la libertad de expresión tienen interminables problemas entre sí. al no ponerse de acuerdo en cuáles son sus limites políticos, al darse cuenta de que se pisan unos a otros y se entrecruzan sus criterios en conflicto irresoluble. Es muy importante distinguir siempre, pero en especial sobre la libertad de expresión, el nivel moral del político. Sancionar políticamente o jurídicamente a quien ofenda con su libertad de expresión viola el principio de no agresión y tiene más perjuicios que beneficios. Viola el PNA porque se agrede su libertad, su autonomía, sus desiciones, porque muy equivocadas que sean. Tiene más prejuicios que beneficios porque sienta las bases para que cada vez se impongan más límites y más límites hasta llegar a las mayores injusticias. Sienta precedente para que la Autoridad política se crea con el derecho a aumentar su poder y tiranía a costa de sacrificar un componente del derecho fundamental de la libertad, como lo es de la libre expresión. El austrolibertarismo defenderá siempre, independientemente de su bondad o maldad a nivel moral, el derecho a nivel político de cada individuo de decir o expresar, por lo que quiera, para
  • 59. 59 POL VICTORIA lo que quiera, cuando quiera, como quiera, donde quiera, todo lo que quiera sin límite jurídico alguno, salvo el límite jurídico de la propiedad privada, donde por supuesto su duseño es quien establece los límites de la libertad de expresión dentro de su jurisdicción y expulsa de ella al transgresor de sus reglas.
  • 60. 60 13. PRINCIPIO DE PROPIEDAD PRIVADA La propiedad privada es el principio necesario de la convivencia social. Sin él, todo es conflicto humano, todo es desorden y caos. El principio de propiedad privada (PPP) es lo que trajo orden al mundo desde que el hombre es hombre. El niño recién nacido ya busca apropiarse de cosas, en particular de su recurso más preciado, la leche de su madre. El niño todavía irracional que apenas ha aprendido a caminar, también busca establecer los objetos que considera propios. El niño ya racional no solamente tiene claros los límites de la propiedad privada, propia y ajena, sino que además aprende espontáneamente, sin que nadie le enseñe, a comerciar con sus semejantes, a intercambiar unos juguetes por otros. El adulto tiende a trazar una línea que separa lo ajeno de lo propio y sabe que, mientras todos respeten esa línea, habrá orden y paz entre los hombres. La propiedad privada surge, en cualquier lugar de los cinco contienentes, en cualquiera de las épocas y de las culturas, como una institución completamente natural y completamente espontánea, común a todos los hombres de la Tierra. Por supuesto no han faltado en la historia quienes han negado esta verdad evidente. Los enemigos de la realidad siempre han estado al acecho, incluso hombres muy inteligentes. Hace miles de años, Platón ya describía sociedades sin propiedad privada como un anhelo a conseguir. Más recientemente, hace cientos de años Rousseau inventaba el mito del «buen salvaje»
  • 61. 61 POL VICTORIA para fantasear que alguna vez existió un hombre primitivo que era bueno por naturaleza, sano, puro, ultra- generoso, que no concebía nada como suyo ni era excluyente de nadie. Este hombre, en permanente estado de bondad, fue corrompido cuando surgió en su mente la idea de propiedad privada, se volvió egoísta y avaricioso, acaparador y excluyente. El primer acto perverso fue construir a su alrededor una valla que delimitó un terreno y pronunció la fatídica sentencia, «imío!». En ese instante entró la maldad al mundo. La fuente de todos los males es, entonces, la propiedad privada, sin la cual no existiría el vicio, el egoísmo, la avaricia, la ambición, la corrupción. Quizás hay que retornar a ser «el buen salvaje» y nuestra construcción política debe dirigirse a ese fin. Marx también concebiría más adelante la propiedad privada como un gran mal a erradicar. Esta temática es muy extensa de tratar, por lo que aquí solo esbozaremos un resumen. Los defensores de la propiedad privada siempre han sido quienes entienden y asumen que existen leyes en el universo y en la Naturaleza, leyes que no se pueden violar. Quienes se han posicionado a lo largo de la historia contra la propiedad privada son quienes creen que las leyes del universo y de la Naturaleza se decretan a voluntad del último iluminado que se le ocurre hacerlo, o creen en una teoría de evolucionismo permanente donde las esencias cambian y mutan. Por ello, este autor describe la historia del pensamiento como la pugna entre los amigos de la realidad Y los enemigos de la realidad, en todas sus variantes. Es importante incidir sobre este último punto para entender más claramente la naturaleza inmodificable de la propiedad privada. Vámonos a otro campo donde se vea las cosas más clararmente, como suele suceder entre las ciencias empíricas y las ciencias sociales, estas últimas menos claras, Si entramos
  • 62. 62 POL VICTORIA al terreno de la física, investigaremos y entendemos que en este mundo existe la ley de la gravedad, y que dicha ley es indiscutible y permanente. Los enemigos de la realidad serían quienes pretenden que llegue un día en que dicha ley deje de existir, y que creen que es mutable y modificable, Ahora bien, y aquí es fundamental entender el matiz, los amigos de la realidad no son quienes se oponen a la construcción de un avión o un cohete que desafíe la ley de la gravedad, por supuesto que no, sino quienes entienden la verdad científica de que se requiere una fuerza opuesta mayor a la fuerza gra- vitatoria para lograr elevarse, y quienes saben que ese acto concreto de ninguna manera elimina la existencia y el poder de la fuerza gravitatoria. La ley de la gravedad siempre exis- tirá, y siempre tirará hacia abajo, y no hay manera de que eso pueda cambiar. La acción concreta de un cohete volando en nada modifica esa ley universal, pues ella sigue allí, inalterable; tan solo demuestra que la aplicación de fuerzas opuestas podría llegar a superar esa ley. Exactamente lo mismo pasa en las ciencias sociales, pero se requiere de más esfuerzo intelectual para verlo. Los ene- migos de la realidad pretenden que llegue un día en que el principio de la propiedad privada deje de existir. Los amigos de la realidad entienden la verdad científica de que el hombre no puede dejar de ser hombre, que hay una ley natural que lo rige, y que siempre existirá un afán licito de apropiarse de cosas, una tendencia a poseer bienes, una inclinación a inter-cambiar y comerciar con ellos para optimizar su satisfacción, Y entienden que mientras se respeten esas reglas naturales de apropiación legítima (sin violencia) y de intercambio legítimo (sin violencia) habrá paz social y convivencia humana. Los amigos de la realidad, así como no se oponen a que un cohete concreto desafíe la fuerza gravitatoria, nunca se oponen a que
  • 63. 63 POL VICTORIA una acción humana concreta desafíe la fuerza de apropiación. Así, saben que la aplicación de una fuerza opuesta mayor a la ley universal de la propiedad privada puede producir resultados como generosidad, desprendimiento de los bienes materiales, renuncia, regalos, donaciones, caridad, compartir, etc, Los amigos de la realidad en general, y más aún los austrolibertarios, entienden que esas acciones humanas con- cretas de ninguna manera eliminan la existencia y el poder de la fuerza de apropiación. La ley natural de la propiedad privada, la inclinación del hombre a poseer bienes, siempre existirá y no hay manera de que eso pueda cambiar. La acción concreta de un individuo generoso y libre que desee abrir las puertas de su jardín privado para que todos los niños de la región puedan ir a jugar y a oler sus flores gratuitamente, o la acción concreta de una comunidad de humanos generosos y libres que deciden convivir sin propiedad privada y poniendo todos los bienes en común, en nada modifica la existencia universal de la ley natural de la propiedad privada, como un cohete volando en nada modifica la existencia universal de la ley natural de la gravedad, pues ambas leyes siguen allí, inalterables; esas acciones libres tan solo demuestran que la aplicación voluntaria de fuerzas opuestas puede superar la fuerza de esa ley o inclinación natural. Este argumento pone al lector en situación de aventurarse a pensar si podría llegar el día en que los humanos viviéramos sm ser arrastrados por la gravedad. No se confunda el lector, no es una cuestión de tecnología ni nada qué ver con progreso de la ciencia. Aunque existiera la capacidad técnica para que 7.000.000 de personas pudieran pasar sus días flotando sin gravedad, ello es irrelevante. Lo relevante en si dichas personas quieren o no vivir así. Los ingenieros sociales, que se creen más listos que los demás y con derecho a imponerles
  • 64. 64 POL VICTORIA lo que es mejor desde su supuesta sabiduría, se atreverán a creer que pueden construir ese mundo sin ley de la gravedad. Primero, no sería un mundo sin ley de la gravedad, sino con la apariencia ficticia de un mundo sin gravedad. La ley estará siempre allí, inalterable, y en cuanto falle un motor o un mecanismo técnico, inmediatamente la ley natural se aplicará con toda su fuerza y poder sobre los humanos que creyeron fantasiosamente que la habían eliminado. Segundo, hay que respetar la voluntad de esa masa descomunal de humanos que no quieren vivir flotando sino bajo la ley de la naturaleza y con los pies sobre su tierra gravitacional. Con estos dos apuntes queremos decir que no es una cuestión de progreso ni de evolución, sino de realidad inmutable. De ese mismo modo, los enemigos de la realidad han in-· tentado a lo largo de la historia violar las leyes del universo y de la naturaleza. Los peores de ellos, quizás, los comunistas que creyeron poder violar la propiedad privada. No importa cuántos experimentos sociales hicieron, cuánto intentaron violar y modificar la naturaleza humana, no importa los medios que usaron, pacíficos o violentos, propaganda y lavados de cerebros o coacción e intimidación, jamás consiguieron que la gente no se inclinara a querer poseer bienes. Pero eso no es lo más relevante. Lo relevante es que, aunque lo consiguieran algún día, aunque los ingenieros sociales lograran construir un mundo artificial sin propiedad privada, eventualmente caería. Igual que una humanidad flotando a tres metros del suelo es artificial Y al menor descuido sería atraída hacia abajo por la fuerza gravitacional, una humanidad conviviendo artificialmente sin propiedad privada al menor descuido sería atraída por la fuerza propietaria sobre los humanos que creyeron fantasiosamente que la habían eliminado. Además, lo importante es defender el derecho de la gran masa de humanos que no
  • 65. 65 POL VICTORIA quieren vivir en bienes compartidos a la fuerza sino bajo la ley de la naturaleza y con los pies sobre su propiedad privada. La ley natural es indiscutible y permanente, y los amigos de la realidad lo saben. ¿Y qué hay del clásico ideal de que «otro mundo es posible»? ¿Puede existir una humanidad no regida por la ley de la gravedad? Sí, pero no en este mundo. Tocaría llevarse a todos los humanos a vivir al espacio sideral, donde son otras leyes las que rigen. ¿Puede existir una humanidad no regida por la ley de la propiedad privada?Sí, pero no en este mundo o no con esta naturaleza presente. Tocaría llevarse a todos los humanos a vivir al jardín del Edén junto a Adán y Eva, donde son otras leyes las que rigen. Y ambas cosas parecen poco probables. Es más realista asumir la gravedad y la propiedad privada como parte indiscutible de nuestra vida real. Hay otra razón antropológica para defender la propiedad privada. No es solamente que pertenece intrínsecamente a nuestra naturaleza humana y es necesario seguir el PPP (principio de propiedad privada), sino que además es conveniente. Conviene para la conservación, la producción y la convivencia. El ser humano cuida su casa, su jardín, su animal, su planta, su campo, su negocio, su empresa, si los considera de su propiedad. Cuando no se sienten propios, solamente los más virtuosos se preocupan de su conservación y de forma parcial y relativa. Asimismo, la persona que no puede apropiarse de los frutos de su esfuerzo está desmotivada para producir. En cambio, la que tiene certeza de apropiarse de los frutos de su trabajo está estimulada, por su propio bien y el de su familia y entorno, a producir más y mejor. Nadie trabaja mejor para extraños que para sí miamo y para aquellos que ama. Conviene el PPP por ser el caldo de cultivo para que, buscando primero la riqueza propia y de los suyos, surja también la riqueza general para los
  • 66. 66 POL VICTORIA demás. Negar esto, como hacen los comunistas, es vendarse los ojos o intentan tapar el sol con un dedo. Además, el PPP pone las reglas más justas de convivencia humana porque establece límites objetivos y medibles, sencillos de seguir y entendibles para todos. Donde termina mi propiedad empieza la tuya y donde termina la tuya empeza la mía. Para hacer uso de ellas tú necesitas de mi permiso y yo necesito de tu permiso. Y como es mutuamente beneficioso compartir y ayudarse, surge la colaboración, el intercambio y la cooperación voluntaria. La transgresión de las reglas, en cambio, lleva al conflicto social.
  • 67. 67 14. EL PRINCIPIO DEL LIBRE COMERCIO El principio del libre comercio (PLC) se basa en el derecho fundamental a la libertad junto con el principio de propiedad privada. La combinación de esos dos elementos dan lugar al PLC. Toda persona es libre en su acción humana y en su función empresarial. Toda persona es dueña de la propiedad concreta que legítimamente le corresponde como un derecho adquirido. Racionalmente se sigue que, por tanto, toda persona tiene derecho a comerciar a voluntad con su propiedad. De una manera, la compra-venta ha de producirse siempre en total libertad, sobre el bien que se posea o el servicio que se ofrezca, cuando se quiera, donde quiera, como se quiera, a quien se quiera, con la moneda que se quiera, por el precio que se quiera, con las condiciones que libremente arreglen las partes (sub-principio de libre contratación). En una sociedad austrolibertaria no existen barreras, ni fronteras, ni obstáculos al intercambio. El fruto de tu propio trabajo (o el de tu herencia) lo puedes usar a voluntad para comprar lo que decidas, si otro te lo quiere vender. La propiedad sobre un objeto material o sobre un servicio inmaterial la puedes usar a voluntad para vender lo que decidas, si otro te la quiere comprar. Esto no es solamente lo justo, lo ético, lo necesario según el PPP y según los derechos fundamentales y adquiridos, sino que además es conveniente. Poca motivación
  • 68. 68 POL VICTORIA de conservar, cuidar y mantener un bien o servicio se tiene cuando no se puede vender, heredar, o usar libremente. Poca motivación de producir un bien o servicio se tiene cuando no se puede vender, heredar, o usar libremente. Poca motivación de convivir y crear tejido social se tiene cuando no se pueden ayudar unos a otros a cubrir las necesidades mutuas mediante la compraventa libre. La certeza de que en el mercado puedes transformar tu medio de intercambio en adquirir un bien o servicio, y de que puedes transformar tu bien o servicio en un medio de intercambio, estimula la conservación, la producción de la convivencia. ¿Existe algún límite al principio de libre comercio según el austrolibertarismo? Sí, de un tipo: el sub-principio de libre contratación. Un ejemplo claro es la propiedad mancomunada, cuando la propiedad no pertenece a un solo individuo sino a varios o muchos, aunque el uso o la gestión habitual fuera de uno solo. Si libremente adquiriste un bien que explicitamente no te permite hacer lo que quieras con él sino que está sometido a unas condiciones determinadas, no puedes hacer con él libre comercio. O, mejor dicho, sí lo haces, puesto que bajo el libre comercio adquiriste una propiedad que no admite su libre comercio, y eso en el fondo es también libre comercio. Esto sucede porque entra en conflicto con el sub-principio de libre contratación. Puede haber un contrato de compra- venta donde adquieres una propiedad que especifica sus condiciones, y estas pueden ser de cualquier tipo. Sucede mucho con los inmuebles de vivienda. Si adquieres un apartamento en un edificio con la regla de que no admite la tenencia de mascotas, tú no puedes luego vendérselo a un comprador que traiga a su perro. Tienes tus derechos fndamentales y adquiridos, tienes el PPP y el PLC, y aún así no puedes comerciar libremente, porque adquiriste unos compromisos en la libre contratación y
  • 69. 69 POL VICTORIA la propiedad está sujeta a unas normas suprapropietarias entre los vecinos. Lo mismo si adquiriste una casa en un conjunto residencial chino, con la norma de que no puede ser habitada por alguien que no hable chino fluido, y no tendrás la libertad de firmar un contrato de alquiler con un no-chino-parlante, porque violaría otro contrato fumado anteriormente. Y si tienes el derecho adquirido de un edificio histórico antiguo, podrías verte limitado en tu PPP o en tu PLC por el contrato firmado.
  • 70. 70 14. EL PRECIO JUSTO DESDE LA TEORÍA SUBJETIVA El principio del precio justo es uno de los más conrovertidos y de los menos comprendidos por la población. Innumerables cantidades de personas están convencidas de que los precios de mercado muchas veces son injustos y exigen que se haga justicia. ¿Pero qué significa un precio justo? ¿Quién lo establece? ¿Qué criterios usar? ¿Quién lo decide si hay discrepancia? Estimado lector, comprender este tema es de crucial importancia para su educación economica. Si usted llega a entender a fondo este capítulo y esta lección sobre el precio justo, tenga la seguridad de que usted sabrá más Economía que el 99.99% de la humanidad. Imagínese un producto manufacturado cualquiera, uno que usted haya comprado recientemente por un módico precio. Mire el objeto. Piense en cuanto esfuerzo y trabajo se dedicó para producir ese bien. Piense cuántas horas de estudio e investigación mejorarlo y perfeccionarlo. Cuántas pruebas se hicieron y posteriores comprobaciones. Cuántas horas de trabajo multiplicadas por cuántos obreros intervinieron en su producción. Imagine cuántas maquinas se usaron para la manufactura, y tenga en cuenta quíenes contralaban esas máquinas o las supervisaban durante la producción, más cuántas horas se dedicaron a diseñar DEL VALOR
  • 71. 71 POL VICTORIA y crear esas máquinas que luego ayudarían a producir el objeto que ahora es de su propiedad. Súmele a eso la combinación de elementos usados para fabricar ese producto, y piense en el trabajo y tiempo necesarios para extraer esas materias primas de sitios recónditos. Añádale el esfuerzo de traerlas desde lejanos continentes, imagine los transportistas empleados desde su extracción hasta los puertos de donde viene cada elemento, los hombres cargando en esos puertos los barcos, los capitanes y marineros que conducían los barcos con los elementos para luego llegar a nuevos puertos, descargar y de nuevo transportar hasta la fábrica. Allí más trabajadores contabilizaban y almacenaban esos materiales, para luego combinarlos en un proceso inteligente y producir su valioso objeto. Sin embargo, el producto final todavía no ha llegado a sus manos, apreciado lector. Tuvo que pasar determinados procesos de transporte, distribución, comercialización, con muchos otros hombres (varones y mujeres) en el camino trabajando para que finalmente el bien llegue a sus manos. iCuánto trabajo detrás de ese simple objeto! Mas sin embargo usted ahora se pregunta, si es que ha hecho bien la visualización del ejercicio anterior, ¿cómo es posible que ese objeto me haya costado tan poco dinero? Es realmente sorprendente. Entonces quizás se autoresponda algo así como: esa es la maravilla del funcionamiento del mercado, de la aportación del capital, del avance tecnológico, de la especialización del trabajo, de la mecanización del trabajo, de la inteligencia aplicada a la función empresarial, y en general esa es la maravilla de la industrialización, de la propiedad privada y del libre mercado. Y no se equivocaría al auto-responderse así. Pero esa no es la finalidad del actual ejercicio propuesto. Sea tan amable de dar un paso más. Sobre lo que usted debería reflexionar es acerca de la patraña de que el valor económico de un bien se debe al trabajo
  • 72. 72 POL VICTORIA aplicado en él. Nada más lejos de la realidad. . Es una leyenda extendida en los humanos por la influencia del socialismo también del liberalismo clasico, pues Adam Smith y Davio Ricardo sostenían algo no igual pero. similar a la tesis de Karl Marx sobre la teoría del valor-trabajo. En cambio, Carl Menger formuló la teoría subjetiva del valor, aunque esta ya había sido descubierta y explicada siglos antes, a su manera, por los maestros españoles de la Escuela de Salamanca, como antecesora de la Escuela Austriaca de Economía. Un objeto no tiene un valor intrínseco, económicamente hablando. El valor de un bien no está determinado, por ninguna propiedad inherente al bien, ni por la cantidad, de trabajo necesario para producir ese bien. El valor está determinado únicamente por la importancia subjetiva que un individuo le da a un bien en orden a conseguir sus fines deseados, sean cuales sean. La persona real no se enfrenta a la decisión entre abstracciones o entre tipos de bienes, sino entre bienes concretos. Nunca piensa en elegir entre toda el agua del mundo y todos los diamantes del mundo, a ver cuál de las dos abstracciones tiene más valor. La persona real se enfrenta a la decisión concreta entre cantidades definidas de bienes, como por ejemplo, preferir entre un litro de agua y un diamante de tres quilates. La elección de la persona real estará determina- da por juzgar cuál es el bien en una cantidad específica que satisfará su preferencia subjetiva más alta; o en otras palabras, le dará más valor y elegirá el bien que más cumpla con sus fines y mejor satisfaga sus deseos. Solamente piense lo siguiente. Si usted está paseando por el campo y pasa por delante de una pequeña finca, propiedad de una familia cualquiera, y de repente le apetece comerse una manzana que cuelga de uno de sus árboles, ¿cuánto pagaria por esa manzana? La ve roja, jugosa, apetecible, se la imagina
  • 73. 73 EL MANIFIESTO AUSTROLIBERTARIO dulce en la boca y a la vez refrescante en medio del sol abrasador de esa tarde, y se acerca a la valla a preguntarle a la niña preadolescente que canta por el prado alegremente, ¿cuánto cuesta esa manzana que allí cuelga?, ¿me la vende? La niña entonces hace un rápido cálculo económico. Piensa primero en el tiempo y esfuerzo que a ella le ha costado en que exista esa manzana. No ha sido mucho, porque la mayor parte la ha hecho el propio árbol autónomamente, y ella tan solo lo ha regado con agua aquellos días en que no ha llovido, entonces ha sido poco esfuerzo y poco tiempo. Luego ella piensa en ese vestido verde crema tan hermoso que lleva viendo tres meses en la vitrina de una tienda de la ciudad cercana. Y la aspiración a algún día poseerlo y lucirlo delante de sus amiguitas le hace visualizar que la manzana roja en cuestión es una estupenda oportunidad para ayudarle a ahorrar más para pronto poder comprar su vestido verde crema preferido. Por último, ve que usted está sudando en la frente y se percata de que es usted quien se ha acercado buscando su manzana, por tanto usted es quien manifiesta necesidad de ese bien. Interpreta entonces que hay interés en pagar por él. Y aunque en tan solo cinco segundos se piense todo esto, y aunque ella no sea realmente consciente de que está haciendo un análisis igual que el que haría el más experimentado comerciante, se ha producido un verdadero cálculo económico. Supongamos para este ejemplo que la niña le vende la manzana a usted por un precio Y, que es exactamente dos veces el precio X que usted pagó por el objeto del ejercicio anterior. Comprenda estimado lector que esta situación es tan real como la vida misma. Usted acaba de pagar Y, o 2X, por una manzana que tan solo costó unos cuantos minutos de trabajo humano aplicado, cuando se regaron con agua sus raíces en algunos días de sequedad. El trabajo humano acumulado que
  • 74. 74 POL VICTORIA se aplicó en producir su objeto manufacturado de precio X fue descomunalmente superior, y sin embargo a usted le costó la mitad que la manzana. De este ejercicio podemos extraer unas lecciones. El precio de un bien no tiene nada que ver con el valor-trabajo. Algo a lo que se le haya aplicado mil veces más trabajo puede costar en precio una milésima parte de otro bien al que se aplico escasísimo o nulo trabajo. El precio únicamente tiene que ver con el valor subjetivo que las dos partes, la que vende y la que compra, le dan al bien en cuestión. Primera lección. Por eso lo que determinó el precio Y de la manzana, y lo que determinó el precio X de su objeto manufacturado, no fue el trabajo aplicado en ambos sino la valoración subjetiva dada. La segunda lección es que un comprador solamente pagará por un bien si subjetivamente valora ese producto o servicio más que el precio que tiene que pagar por él. El consumidor subjetivamente percibe que lo que ha recibido es más que lo que ha dado. No hace una transacción dando más valor que el que recibe, sino recibiendo más valor que el que da. Y, salvo algunas excepciones, ese beneficio extra de valor subjetivo que recibe tiende a disminuir con cada unidad adicional que compre de ese bien. Por eso, en nuestro ejemplo, usted paga Y por esa manzana solamente porque la satisfacción que le P:" ducirá comerla ( o al menos la que calcula que le producira) es un poco o mucho mayor de lo que usted valora el dinero Y. Solo por eso usted hace la transacción. Asimismo, le aseguramos que la segunda manzana, y la tercera, y la cuarta que usted decida comer, cada vez la valorará menos, y por tanto estará dispuesto a pagar menos por cada una adicional que desee adquirir. Si el precio Y n se ajusta y se mantiene intacto, tiene que llegar un momento en el que usted no esté dispuessto a pagar Y por una manzana adicional