Este artículo discute cómo los grandes bancos en Estados Unidos han cerrado cuentas de embajadas debido a preocupaciones sobre el cumplimiento de las regulaciones contra el lavado de dinero. Algunas embajadas han trasladado sus cuentas a bancos más pequeños, pero estos también enfrentan presiones de los reguladores. Varias embajadas ahora buscan servicios bancarios en un banco más pequeño en Nueva York, aunque transportar fondos entre ciudades plantea nuevos desafíos.