Las empresas de conquista en América eran emprendimientos privados autorizados por el estado español. Los jefes de las empresas buscaban riqueza y fama a través de la conquista de nuevos territorios. Reclutaban soldados prometiéndoles tierras y ganancias si tenían éxito. Las empresas se financiaban a través de la participación directa de los soldados y también indirectamente a través de compañías que involucraban a gobernadores, oficiales reales y comerciantes.