María* está cansada de que la obliguen a ir de un lado a otro. Esta mujer de 54 años se ajusta el vistoso pañuelo y exhala un profundo suspiro. Es una de los 6 millones de personas desplazadas forzosamente en Colombia. Durante años El Tamarindo fue un hogar para María. Enclavado a las afueras de la ciudad de Barranquilla, departamento de Atlántico, en el norte de Colombia, la finca se había convertido en un refugio seguro para muchas personas a las que la situación de conflicto armado en el país había desplazado de forma forzosa previamente. Las primeras familias se trasladaron a la tierra en 1999 y otras fueron llegando posteriormente, y se establecieron en cuatro zonas de la finca. En un determinado momento, 135 familias trabajaban la tierra, pero la vida en paz no podía durar.