Las consecuencias de un choque eléctrico incluyen asfixia, fibrilación ventricular, y tetanización muscular. Otras consecuencias indirectas incluyen golpes, caídas, y quemaduras de primero a tercer grado dependiendo de la superficie corporal afectada y la profundidad de las lesiones. Los contaminantes laborales también pueden afectar los pulmones y otros órganos a través de las vías respiratorias y la piel, causando irritaciones, neumoconiosis, dermatosis, y asma laboral.