1. EQUIDAD DE GENERO
INTRODUCCIÓN
La ampliación del sistema educativo, del mercado laboral y de los servicios de
salud en los últimos 50 años, suscitó que un amplio sector de mujeres “saliera” del
ámbito doméstico para incorporarse a las universidades y al campo laboral. Esta
incorporación generó cambios en la sociedad, como que el número de hijos
disminuyera, que la edad de emparejamiento sea más alta; en general se han
trastocado los tradicionales patrones de socialización femeninos.
Gracias a la lucha feminista ahora muchas mujeres participan en diversos ámbitos
de lo público, pero la situación aún está muy lejos de lo deseado en términos
de equidad e igualdad entre hombres y mujeres. Subsisten serias diferencias y el
campo económico es muy ilustrativo: las mujeres ganan menos que los hombres
por realizar el mismo trabajo. El acceso a la justicia se complica porque las
mujeres desconocen sus derechos, hecho que se magnifica en situación de
pobreza.
Para abrir un camino donde la igualdad de oportunidades fuera real, la lucha
feminista inició los estudios teóricos de la categoría de género, que en un inicio
tenía como puntos centrales estudiar y comprender la dominación masculina y
conocer los efectos de la subordinación de las mujeres para erradicarlos.
El presente documento no es una exposición exhaustiva de la equidad de género,
la pretensión es mostrar la importancia del aspecto sociocultural en la auto
imagen de las personas, hecho que precisará los roles que deberán jugar en la
sociedad, mismos que si se quiere alcanzar una equidad entre hombres y mujeres,
deben modificarse.
(concepto)
El concepto de equidad está vinculado a la justicia, imparcialidad e igualdad social.
El género, por otra parte, es una clase o tipo que permite agrupar a los seres que tienen uno o
varios caracteres comunes.
Se conoce equidad de género a la defensa de la igualdad del hombre y la mujer en el
control y el uso de los bienes y servicios de la sociedad. Esto supone abolir la
discriminación entre ambos sexos y que no se privilegie al hombre en ningún aspecto de la
vida social, tal como era frecuente hace algunas décadas en la mayoría de las sociedades
occidentales.
De ahí que podamos establecer, por tanto, que para que tenga lugar la
mencionada equidad de género se tienen que producir o generar dos situaciones
concretas y fundamentales. Por un lado, estaría la igualdad de oportunidades y
por otro, la creación de una serie de condiciones determinadas para que se
puedan aprovechar las citadas oportunidades.
En este sentido, hay que subrayar que para conseguir la mencionada equidad se
están llevando a cabo distintos avances en la gran mayoría de los sectores de
nuestra sociedad actual. De esta manera nos encontramos, por ejemplo, con el
hecho de que en España se aboga porque haya paridad entre hombres y mujeres
dentro de lo que sería el ámbito político.
2. EQUIDAD DE GENERO
(AQUE SE LE LLAMA GENERO?)
Equidad de género. Se llama género al conjunto de diferencias sociales entre los sexos que son
mujeres y hombres, partiendo de los roles, creencias y valores que a cada uno(a) de los sexos se
les asignan culturalmente diferenciados entre sí.
(QUE SIGNIFICA EQUIDAD DE GENERO?)
La equidad de género significa que mujeres y hombres, independientemente de sus diferencias
biológicas, tienen derecho a acceder con justicia e igualdad al uso, control y beneficio de los
mismos bienes y servicios de la sociedad, así como a la toma de decisiones en los ámbitos de la
vida social, económica, política, cultural y familiar. Es la aceptación de las diferencias entre
hombres y mujeres, y la aceptación también de derechos, buscando el ideal de un equilibrio en el
que ninguno de ambos sexos se beneficie de manera injusta en perjuicio del otro. La equidad de
género esta muy presente en la humanidad desde los inicios de la vida social, económica y política.
Desde aquel entonces la mujer no tenía derecho a ser escuchada, ni a opinar, ni mucho menos a
ser parte de una familia y sociedad.
(MUJERES)
Para la mujer, no es nada sencillo vivir dos mundos, los cuales tiene que compaginar para no
quedar mal en ninguno de ellos. Por una parte, están sus aspiraciones y logros personales,
profesionales. Por otra, está su papel de madre y esposa en casa, ámbito original, identitario,
heredado culturalmente, lugar al que no renuncia desde el momento que decide casarse, pero que,
cuando lo combina con actividades externas puede provocar conflicto, no sólo por el esfuerzo físico
y mental que conlleva, sino por los efectos que tiene en sí misma al colocarla en una situación
disyuntiva o valorativa respecto a su ser y hacer femenino, y el efecto que provoca en su pareja,
sobre todo cuando ella supera el lugar de varón en la casa o en el trabajo.