La esofagitis es la inflamación de la mucosa del esófago. Puede deberse al reflujo ácido del estómago hacia el esófago, al consumo de determinados medicamentos, a la obesidad o al fumar. Los síntomas incluyen una sensación de quemazón en el pecho. El diagnóstico se realiza mediante endoscopia y biopsias. El tratamiento consiste generalmente en medicamentos para reducir el ácido estomacal y cambios en la dieta.
2. ESOFAGO
El esófago es un conducto músculo
membranoso (un tubo muscular),
ubicado en la parte media del tórax, que
se extiende desde la faringe hasta el
estómago . A través del esófago pasan
los alimentos hasta el estómago.
Su función consiste en ser precisamente
el conducto de unión entre la boca y el
estómago y permitir que los alimentos
lleguen a éste.
3. QUE ES LA ESOFAGITIS?
Inflamación de la mucosa que se
encuentra en el esófago, es decir,
de la capa interna que reviste el
esófago y es una afección que
puede deberse a diversas causas.
4. CAUSAS Y FACTORES
DE RIESGO
Los factores que suponen un riesgo en el desarrollo
de esta patología son:
Obesidad.
Fumar.
Tomar determinados medicamentos sin beber
mucha agua.
Vómitos de repetición.
Cirugía o radiación del tórax, en tratamientos
como el empleado para curar el cáncer pulmonar.
Hernia de hiato, una patología en la que el
estómago empuja a través de la abertura en el
diafragma, punto en el cuál el esófago se une al
estómago.
Sistemas inmunitarios débiles.
En la mayoría de los casos, esta
patología está causada por el reflujo
de líquido del estómago
(denominado reflujo gastroesofágico)
hacia el esófago, que, al contener
ácido, puede irritar el tejido.
5. Se suele describir
como una
sensación de
quemazón que
sube desde el
estómago hasta la
garganta.
También es posible
que se produzca
regurgitación, es
decir, el paciente
tiene la sensación
de que el contenido
gástrico vuelve a la
boca.
6. TIPOS DE ESOFAGITIS
Dentro de esta afección existen
diferentes tipos de presentación de la
misma que se diferencian por las
causas que las provocan:
Esofagitis cáustica: este tipo de esofagitis se
produce por el consumo de productos cáusticos,
que suelen ser los empleados para la limpieza
doméstica, tales como la lejía o el amoniaco.
Esofagitis eosinofílica: es una enfermedad
crónica que resulta de la inflamación selectiva
del esófago producida por alérgenos que se
encuentran en los alimentos o en el mismo aire.
Esofagitis postradioterapia: provocada por la
radiación que se produce en la radioterapia
empleada como tratamiento de otras patologías
como es, por ejemplo, el cáncer de pulmón.
Esofagitis medicamentosa: provocada por la
ingesta de determinados fármacos, como es el
caso de la tetraciclina, que puede provocar úlceras
en el esófago.
Esofagitis infecciosa: debido a hongos u hongos
levaduriformes o virus.
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8. DIAGNOSTICO
Para llevar a cabo la detección de esta patología, se realizan las siguientes técnicas:
Gastroscopia: es la prueba que se realiza en la mayoría de los casos y permite ver el esófago
directamente y las lesiones de la mucosa, así como detectar otros problemas que se pueden dar
en esta zona, tales como la hernia de hiato o la úlcera gástrica.
pH-metría: sirve para cuantificar la cantidad de ácido que existe en el esófago mediante la
colocación de una sonda en el mismo.
Biopsia: donde el especialista extrae un trozo de tejido del esófago para su análisis.
Manometría esofágica: mide las presiones dentro del esófago ya que, por ejemplo, en los casos
de reflujo, la presión de cierre del esfínter esofágico inferior está disminuida. No es una prueba
que se realice de forma habitual.
9. TRATAMIENTO
En el caso de padecer esta afección dependerá de la causa que lo haya provocado y, por tanto, del
tipo.
Para el reflujo, en muchas ocasiones, se puede necesitar la ingesta de medicamentos que ayuden
a reducir el ácido estomacal, mientras que las infecciones precisarán de antibióticos.
Para el tratamiento, en términos generales, de esta patología es necesario que se receten
determinados medicamentos, para lo cual, en algunos casos, se requerirá que el paciente
prescinda de algunos alimentos en su dieta.
10. PREVENCIÒN
Dentro de las medidas de prevención recomendadas para evitar padecer esta patología, la más importante es eliminar o
disminuir el consumo de determinados productos en nuestra dieta e incluir otros que pueden resultar beneficiosos.
Es importante evitar las comidas abundantes y ricas en grasas, sobre todo, dos o tres horas antes de acostarse, ya
que la grasa implica una digestión lenta y genera más reflujo.
Reducir el consumo de alimentos como el café o las bebidas alcohólicas, incluyendo las de baja graduación, como el
vino, la cerveza o la sidra.
Llevar un horario de comidas y no dejar pasar muchas horas entre comida y comida.
No recostarse justo después de comer para evitar que aumente el reflujo. Es recomendable andar para facilitar la
digestión.
Tomar alimentos ricos en fibra para suavizar la mucosa.
11. Siempre que el paciente aplique la terapia que le ha sido
recomendada por el especialista, tanto los síntomas como
la patología remitirán en la mayoría de los casos.
En el caso de que no se aplique un tratamiento para curar
la esofagitis, se pueden producir complicaciones que
modifiquen la estructura y la funcionalidad del esófago.
Estas pueden ser:
+ El estrechamiento del esófago, denominada estenosis esofágica.
+ Formación de anillos en el tejido anormal, en el revestimiento del
esófago o anillos esofágicos.
+ Desarrollo de otra patología denominada esófago de Barret en la
cual las células que recubre el esófago cambian, lo que a su vez
supone un factor de riesgo para el cáncer de esófago.