La Tierra está estructurada internamente en capas definidas por su composición química y comportamiento mecánico. La estructura química consiste en la corteza, manto y núcleo, mientras que la estructura mecánica divide a la Tierra en litósfera, astenósfera, mesósfera y endósfera. Las discontinuidades sísmicas como la de Mohorovicic, Guttenberg y Lehman separan estas capas y se utilizan para diferenciar la composición y estado físico del interior terrestre.