El documento analiza los anuncios publicitarios dirigidos a adolescentes y jóvenes, señalando que buscan asociar bebidas con deseo, sexo y felicidad para que los consumidores adquieran el producto. Los anuncios despiertan instintos como el erotismo a través de personas atractivas, pero no muestran la realidad, haciendo que los deseos sean inalcanzables excepto a través de la compra. Promueven valores como juventud y belleza para vender la idea de felicidad a través del consumo.