El documento presenta los principios éticos que rigen la práctica de la ingeniería. Estos incluyen dar máxima importancia a la seguridad pública, actuar con competencia e integridad, evitar conflictos de interés, y asegurar el desarrollo profesional continuo para proteger el honor de la profesión. El ingeniero debe guiarse por valores como la imparcialidad, la responsabilidad y el liderazgo para servir a la sociedad de manera honesta.