Esta teoría fue formulada por el investigador Charles Darwin (1809-1882) en el siglo XIX, para intentar explicar el largo proceso de cambio que todas las especies vivientes han sufrido desde que aparecieron sobre la tierra hace más de 13 millones de años. Según su teoría, en el mundo animal solamente sobreviven los más fuertes y mejor adaptados a su entorno, o sea, los que se enfrentan con éxito a las nuevas situaciones que los rodean, mientras que los más débiles se extinguen.