La sana alimentación proporciona los nutrientes necesarios para mantener la salud y el buen funcionamiento del organismo, incluyendo el consumo diario de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, leche, carnes, aves, pescado y aceite vegetal. Las grasas, carbohidratos y proteínas son fuentes importantes de energía, crecimiento y desarrollo, aunque el colesterol debe consumirse en cantidades moderadas para evitar daños a la salud.