En 1912, Hopkins descubrió que las ratas sometidas a una dieta sin sustancias consideradas necesarias para la nutrición dejaban de crecer, pero reanudaban el crecimiento al darles leche. Esto y otros experimentos demostraron la existencia de sustancias orgánicas indispensables en los alimentos, llamadas vitaminas. En los siguientes 20 años se identificaron todas las vitaminas, se determinó su estructura química y función en los procesos nutritivos.