El documento describe los desafíos que enfrentan los niños con hiperinsulinismo congénito en América Latina, incluyendo el desconocimiento médico que lleva a diagnósticos tardíos y daño neurológico; la imposibilidad económica de acceder a medicamentos y tratamientos como cirugía de páncreas, estudios genéticos y PET; y el agotamiento físico y psíquico de los padres ante la falta de apoyo y la complejidad del manejo de la enfermedad.