La falta de una autoridad metropolitana que regule la publicidad electoral en Lima favorece la contaminación visual, ya que cada municipio distrital establece sus propias normas de manera deficiente. Expertos opinan que debería haber una sola institución a cargo de regular los tamaños, ubicaciones y materiales de los carteles en toda la capital para evitar el caos actual. Además, la fiscalización es insuficiente y los candidatos a veces colocan propaganda de forma riesgosa para peatones y conductores.