El documento argumenta que el sistema educativo actual no está orientado a desarrollar personas felices y funcionales, sino a preparar trabajadores para la industria. Señala que la educación debería enfocarse en cultivar la conexión entre las personas para formar seres humanos saludables, más que en transmitir conocimientos aislados. Propone reemplazar el enfoque actual por uno nuevo que enseñe a través del ejemplo de comportamientos altruistas y equitativos.