Ampliación de denuncia del Fiscal Federal por medicamentos en La Rioja
Hego Berria 127 Diciembre 2021
1.
2. REVOLVIENDO EN LA HISTORIA…
ORIGEN DE NUESTRA MISIÓN DIOCESANA EN EL CONGO:
BUNKEYA
En el contrato entre las Diócesis vascas y la Archidiócesis de Lubumbashi de ayuda
pastoral y misionera figuraban dos puestos de Misión: Likasi (parroquia de Panda) y
Mufunga, distantes unos 300 kilómetros. Entre las dos había otra Misión, Bunkeya, que
estaba en la misma ruta y que podía servir muy bien de enlace entre ambas. Bunkeya era
(y es) una población histórica dentro de la gran provincia de Katanga, en otro tiempo sede
del gran Imperio Bayeke que tuvo allí su capital. Vistas las condiciones geográficas, se
añadió al contrato.
Yo llego a Lubumbashi el 17 de abril de 1.967. Me reciben los misioneros vascos
que llevan allí algo más de un año. Paso unos días en Lkasi para conocer un poco el
terreno. En la Parroquia hay ya 4 sacerdotes vizcaínos. Al cabo de un par de semanas,
viene uno de los sacerdotes de Mufunga y con él me voy a esa Misión, donde hay también
cuatro vizcaínos. Soy el único guipuzcoano, pero siempre nos llevamos muy bien. Voy a
Mufunga a aprender la lengua, el kisanga, el estilo de misión en África, conocer las
gentes, la mentalidad, a integrarme en el grupo, etc. Pasamos por Bunkeya y así conozco
esta Misión que va ser mi campo de trabajo en los próximos años. Me quedo
entusiasmado. Una Iglesia preciosa con una torre como no hay otra en todo el Katanga,
un pequeño monasterio benedictino (los primeros evangelizadores de Katanga fueron los
Benedictinos belgas de la Abadía de San Andrés, Brujas) con su claustro, sus
dependencias, un edificio de dos pisos, probablemente el único en toda la región y tres PP
Benedictinos que nos reciben con los brazos abiertos. Me dirijo a Mufunga y allí paso tres
meses bien empleados.
Al cabo de este tiempo voy a Bunkeya. Me quedo yo solo con los PP Benedictinos.
Uno de ellos se marcha enseguida a otro destino y así, me dan el primer trabajo en la
Misión: el Internado.
Muy interesante este trabajo. En todos los pueblos de la Misión, más de 30, había
pequeñas escuelas primarias, pero la secundaria y el “instituto” estaban en Bunkeya. Los
Benedictinos habían hecho un internado que atraía a todos los chicos de los pueblos que
deseaban seguir estudiando y formándose. En mi tiempo había una 100 chicos (Había
otro para las chicas que llevaban las religiosas) Mi trabajo consistía en organizar el
internado: dormitorios, cocina, comedor, sala de estudios, enfermería, trabajos, juegos,
contacto con los alumnos y con sus padres, era gratuito y exigía un cierto grado de
formación. De ese internado han salido muchos profesores, incluso de Universidad,
funcionarios públicos, banqueros…
En el mes de agosto llegan los demás compañeros: Mariano Cerdá, Javier Ruiz de
Azúa, Antonio Núñez, Gorka Aulestia, y el seglar Arturo Gómez. Pasan unos días de
reconocimiento del terreno, de las gentes y de los compañeros en Likasi y al final, en una
gran “asamblea” decidimos que a Bunkeya vamos: Gorka, Mariano y yo, José Luis. Como
en ese momento soy el que más tiempo llevo en Katanga y mejor hablo la lengua, el
3. Obispo me nombra Párroco de la Misión. (El primer Párroco, los benedictinos anteriores
habían sido “superiores de Misión”) Antes de Navidades se marchan los Benedictinos y
nos quedamos ya los tres misioneros vascos en la histórica población de Bunkeya. Lo
primero que nos llama la atención es la gran extensión de la Parroquia, casi como todo
Euskadi, los más de treinta pueblos, las comunicaciones difíciles, y descubrimos que la
“misión” no es solo el trabajo pastoral: culto, catequesis, sacramentos…sino que hay una
gran labor material con la que no contábamos. Ya he hablado del Internado, pero además
hay: las Escuelas de Bunkeya y de todos los pueblos y los maestros, un taller de
carpintería, otro de mecánica, un grupo de albañiles, un gran almacén donde se venden
las cosas más necesarias para la vida de las gentes (allí no hay tiendas) Tenemos un
motor de luz para iluminar la misión, el convento, el Hospital, las escuelas, las casas de
los maestro y notables, un puesto de gasolina para todo el que pasa por allí, un canal que
trae el agua desde las montañas al pueblo, una huerta y un gallinero que hay que atender
para que podamos vivir…Eso es la Misión. No nos lo esperábamos.
Pudimos sobrevivir gracias a la ayuda estupenda de las Madres benedictinas que
llevaban allí muchos años y se quedaron unos cuantos más tras la marcha de los Padres.
Conocían la lengua, conocían las costumbres y la gente
Un apartado especial merecen estas Madres Benedictinas que tanto nos ayudaron
en los primeros tiempos. Ellas llevaban, además del internado de chicas, las escuelas y
sobre todo el gran Hospital de Bunkeya, la joya de la corona. Hoy siguen allí las
Carmelitas Misioneras que les remplazaron a lo largo de los años siguientes.
Nosotros nos distribuimos los trabajos. Gorka que era de Ondarroa se ocuparía de
la zona del lago con sus pueblos de pescadores. Mariano, todos los pueblos de la ruta
hacia Likasi y yo, los pueblos del norte, junto al río Dikulwe, además, como era el más
joven y del Goierri guipuzcoano, se me encomendó los pueblos de la montaña a los que
sólo se podía ir en bici. Dentro de la misión, Gorka se ocupaba de los talleres, los
motores, los coches…Mariano de las cuentas, la economía, los gastos, yo, de la pastoral
del pueblo, del internado, la huerta y los animales, pero todos teníamos que saber de
todo. Cada uno pasaba una semana al mes en su zona de evangelización. Mucho nos
ayudaron los catequistas y los responsables de las comunidades rurales
Pasamos así nuestros primeros años. Compartimos alegrías y problemas, sobre
todo uno muy grande, cuando los soldados de Mabutu nos arrestaron por falsas calumnias
y nos llevaron presos a Lubudi. El propio arzobispo vino a liberarnos. En otra ocasión
fueron los soldados marroquíes, que estaban allí en tiempos de guerra bajo la bandera de
la ONU los que nos libraron de otra emboscada.
Hoy en día Bunkeya sigue viva. Pasaron varios sacerdotes más de nuestras
diócesis y ahora son los sacerdotes africanos (algunos fueron monaguillos nuestros) los
que dirigen la Misión. Allí siguen las Carmelitas Misioneras en el Hospital, en la pastoral,
en la educación de las jóvenes. Una de ellas, Nekane, es médica y de Errentería. El
Hospital fue un punto clave para terminar con la terrible Enfermedad del sueño, que
asolaba la zona. Allí seguimos ayudando cuando, también nosotros, vamos de nuevo a
nuestro antiguo campo de trabajo. Misiones Diocesanas y otras parroquias no olvidan esta
Misión, casi perdida en las montañas del Katanga en la República Democrática del Congo
San Sebastián, 2 de septiembre de 2021, José Luis Ormijana
4. ENCUENTRO CON LA MISIONERA NEKANE GARCÍA
El pasado viernes, 4 de junio, en los locales de la parroquia (BengoLeku) la Fundación Amigos de
Mufunga celebró un encuentro de antiguos misioneros y colaboradores con motivo de la visita a Euskadi
de la misionera Nekane García. Nekane García (Renteria, Gipuzkoa, 1961), que regresó el 21 de junio a
Bunkeya, es una médica y Hermana Carmelita Misionera que, junto a otras tres hermanas, Petra, Magda y
Pascale, dirige el hospital de la Misión de Bunkeya. Lleva más de tres décadas en la R.D. del Congo.
SITUACIÓN SANITARIA
En este punto Nekane informó sobre la situación sanitaria de las diferentes zonas en las que trabajan.
Hay muchas enfermedades, sida, insuficiencias renales... Los pacientes siempre esperan al último momento
para ir al hospital, porque antes buscan curarse yendo al curandero o utilizando medicinas naturales.
El hospital de Bunkeya funciona muy bien. Recientemente construyeron un pabellón pequeño de
aislamiento y hace cuatro años se reparó el pabellón de maternidad por termitas. Gracias a que el
hospital funciona con paneles solares, los abundantes y largos cortes de luz no afectan al
funcionamiento de las instalaciones.
A pesar de tener la sensación de que el sistema de salud del país está mejorando algo, gracias a
algunas subvenciones y materiales de diferentes organismos; el país no va bien. No hay acciones
concretas para mejorar y la sensación general es que la R.D. del Congo está abandonada por sus
gobernantes, lo que genera malestar en la población.
Respecto al coronavirus, explicó que los niveles de coronavirus no han sido significativos. En Kinsasa
se produjeron dos picos, uno al inicio de la pandemia y el segundo cuando llegó la variante sudafricana.
SITUACIÓN EDUCATIVA
Nekane también explicó que el nivel educativo es desastroso y que, aunque el gobierno promete que
la enseñanza va a ser gratuita, no se materializa. En las ciudades las familias se arreglan con el propio
colegio. La dejadez es tan importante que hasta los profesores dejan de ir a clase. Todo esto provoca
que la única opción de supervivencia sea la agricultura, también la de los profesores.
SITUACIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA
Los chinos han conquistado África entera. En función del presupuesto del gobierno, construyen
cualquier cosa, hoteles, casas, infraestructuras... Actualmente, están haciendo la carretera de Bunkeya
hacia arriba y parece que van a asfaltar. Las empresas chinas rascan donde pueden motivados por la
explotación de las minas. La gestión china de varias corporaciones ha provocado un notable
empeoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores y sus familias. Además, como ya es
conocido, las diferentes multinacionales están saqueando el país, sacando miles de camiones con
materias primas escondidas hacia Sudáfrica o Zambia.
Respecto a las revueltas que se suelen producir, la misionera destacó que son breves, de un día o
dos, aunque últimamente se han producido fallecidos. La sensación generalizada es que Kabila está
detrás de las mismas con el fin de desestabilizar al gobierno.
OTRAS NOTICIAS
Tras el fallecimiento del Arzobispo de Lubumbashi, no hay mucha información sobre el nuevo
Arzobispo (presbítero diocesano), Muteba Mugalu. Se conoce que es de Katanga y habla kisanga.
Respecto a las iniciativas solidarias, Javier Goikuria continúa con varios proyectos en Panda-Likasi y
la Fundación Amigos de Mufunga quiere hacer una visita al país cuando sea posible.
La deforestación es enorme, porque hacen campos nuevos para cultivar, y la madera la utilizan para
hacer carbón vegetal, andamios... Poco a poco se va notando el cambio climático, aunque resulta muy
difícil romper todas las costumbres establecidas en la vida.
5. Begoña Bengoechea vuelve a su comunidad,
en la R.D. del Congo, volcada en la promoción
de la mujer
13.09.2021
La Mercedaria de Berriz Mª Begoña Bengoechea parte hoy hacia su
comunidad en Likasi, en la República Democrática de Congo, tras pasar con su
familia unas merecidas vacaciones. Mª Begoña lleva en el Congo 58 años
ininterrumpidos en una comunidad volcada en la promoción de la mujer y en
un colegio de niñas. Nos habla del colegio y nos cuenta que tienen 1.200 alumnas
y unos 30 alumnos. La diferencia tan enorme de matrícula se debe a que priorizan
a las niñas por ser las más discriminadas en la familia y en la sociedad a la hora de
la educación. Hace unos días, como es costumbre, algunos exmisioneros
del Congo y colaboradores de sus proyectos de desarrollo se reunieron con ella
para despedirla, mostrarle su apoyo, y desearle buen viaje.
El comienzo de curso, que coincide
con el nuestro en estas fechas,
presenta las mismas dificultades y
medidas que aquí: mascarilla
obligatoria y tomar la temperatura de
alumnos y personal al entrar al
colegio. En las iglesias se controla el
acceso de la misma manera, poniendo
a disposición del feligrés el
hidroalcohol y "los colegios y los
templos son los que más rígidamente
cumplen estas normas",
destaca Begoña.
Por lo demás, dice que la sociedad
está dividida entre los que quieren
vacunarse (ahora parece que se
retoma una 2ª tanda de vacunación), y
los reticentes. Y no faltan los bulos y noticias falsas: “que con la vacuna inoculan el
virus, que los blancos quieren acabar con la raza negra…; en Likasi el chivo
expiatorio son los chinos por querer acabar con los negros y apoderarse de las
riquezas del Congo”.
6. ENCUENTRO CON LA MISIONERA PETRA BARRIENTOS
El pasado lunes, 25 de octubre, en los locales de la
parroquia (BengoLeku), la Fundación Amigos de
Mufunga celebró un encuentro de antiguos misioneros y
colaboradores con motivo de la visita a Euskadi de la
misionera Petra. El objetivo de la reunión era doble;
reencontrarse y recibir las últimas noticias de aquella parte
del país. Además, los asistentes han recordado diferentes
vivencias y anécdotas de ayer y de hoy.
Petra Barrientos (Villademor de la Vega, León), es
una enfermera y Hermana Carmelita Misionera que, junto a
otras tres hermanas, Nekane, Magda y Pascale, trabaja en el hospital de la Misión de Bunkeya
como responsable del área de maternidad. Llegó en abril de 1982, por lo que lleva casi cuatro
décadas ejerciendo su labor humanitaria en la R.D. del Congo.
SANIDAD
El hospital funciona bien, aunque ahora está lleno; principalmente con casos de malaria, meningitis,
diabetes e hipertensión. Además, es el hospital de referencia de la zona. Sin embargo, hay zonas
donde las personas están muy abandonadas.
PASTORAL Y EDUCACIÓN
Respecto al área de pastoral y educación, la religiosa leonesa explica que hay dos sacerdotes para
la misión. Sin embargo, quedan muy pocos misioneros de Europa, solo algunos salesianos.
También revela que el nuevo obispo se ha reunido con todos los curas de la diócesis, aunque se
desconoce si se producirán cambios.
Por otra parte, la iglesia está arreglada y bien mantenida, aunque toda la zona es un terreno
inestable (al parecer es un termitero enorme). Respecto a la pastoral, los grupos (estudiantes,
mamas catholiques…) funcionan bien. Además, se celebra una misa el domingo y el sábado, una
para los estudiantes.
Respecto a la educación, informa que los estudiantes universitarios tienen cursos intensivos de tres
meses, ya que los profesores vienen desde Lubumbashi para impartir su materia. Su conclusión es
que, en general, la población sigue con el mismo nivel de educación.
INFRAESTRUCTURAS
Respecto a este apartado, Petra reconoce que la zona ha mejorado mucho. La población de
Bunkeya ha experimentado un gran crecimiento en los últimos tiempos y actualmente tiene cerca
de 40.000 habitantes. En la calle y en el mercado el comercio se ha desarrollado enormemente.
Además, hay una universidad y una residencia. Para facilitar el tránsito de los camiones que salen
de las minas con minerales, las compañías chinas han asfaltado de norte a sur el tramo Panda-
Bunkeya, así como un camino que llega hasta su casa, y han dotado de iluminación con placas
solares a toda la zona. Todo ha sido posible gracias a la gran cantidad de dinero que aporta la
explotación de las minas.
Por otra parte, existen cinco o seis
“dubais” (nombre que se les da a los
autobuses traídos de aquel emirato)
al día que realizan el recorrido entre
Bunkeya-Likasi-Lubumbashi. Se trata
de un medio que facilita mucho el
comercio y los desplazamientos. Sin
embargo, también explicó la
situación desoladora de los
internados de chicos y de chicas que
están cerrados y en ruinas.
7. Encuentro Fundación Amigos de Mufunga
El jueves, 25 de noviembre, se reunió una
veintena de personas para compartir las
últimas noticias de la Fundación Amigos de
Mufunga y de la provincia de Katanga (R.D.
del Congo). Además, el encuentro sirvió para
visualizar el compromiso de las personas con
el proyecto. Hubo presencia de parroquias y
asociaciones de Abando, Algorta, Casco Viejo,
Erandio, Indautxu, Retuerto…
El proyecto principal de la fundación es el educativo,
con las becas universitarias para 45 jóvenes (chicos y
chicas) que son seleccionados por un comité local.
Asimismo, se apoya la educación primaria becando a
30 niños y niñas.
Además, tienen proyectos de sanidad, con envío de
medicinas y material médico. Respecto a los
proyectos de infraestructuras, se mantienen 5 puentes y un tramo de carretera de 32 kilómetros.
Una parte muy importante de la fundación es el envío de ocho cajones de un metro cúbico cada tres
meses. Los cajones recorren miles de kilómetros para llegar desde Bilbao a Mufunga, ya que pasan
por Amberes y, a través del Canal de Suez, llegan por mar a Dar Es Salaam (Tanzania). Desde allí,
llegan en camiones hasta Mufunga, donde el comité local (más de 60 personas) distribuye todo el
material enviado.
CAMPAÑA DE LA AZADA
La campaña “Una azada para África” se puso en marcha en enero de 2020 con el encargo a la
empresa vasca Bellota de 5.000 azadas para que las personas de Katanga puedan sembrar la tierra.
El último envío en abril de 2020 llevaba 1800 azadas. Y cada envío tarda entre 4 y 6 meses en llegar
a su destino. Además, la empresa Bellota donó más de 2.000 herramientas especiales para poder
cultivar la tierra.
Se ha conseguido cubrir el proyecto completo,
gracias a los más de 43.000€ percibidos en todo
este tiempo (donativos particulares, parroquias de
Begoña y San Vicente, conciertos, feligreses de
Las Mercedes, Retuerto, Santa Ana, Fundación
Matia-Pardo, comunidad de La Peña…).
Momento de la entrega del «Amigo incondicional»
a la Cofradía de la Pasión.
AMIGO INCONDICIONAL
Por último, el encuentro finalizó con la entrega a la Cofradía de la Pasión, radicada en la misma
parroquia, del reconocimiento “Amigo incondicional” por su colaboración, disponibilidad y
generosidad durante muchos años a favor del desarrollo de la Misión de Mufunga. Gracias a todos los
colaboradores institucionales y particulares. ¡TWASANTA!
“Mucha gente pequeña en
lugares pequeños, haciendo
cosas pequeñas pueden
cambiar el mundo”
(Eduardo Galeano)