10. los conflictos internos y la repercución en tu entorno
Heridas emocionales
1. Heridas Emocionales
Cómo se producen y cómo sanarlas
¡El pasado siempre vuelve!
La mayoría de las personas nos preocupamos cuando nos hacemos alguna herida o nos hacemos daño
con algo. Tenemos mucho conocimiento acerca de los síntomas físicos que sufrimos, pero… ¿Qué ocurre
cuando tenemos heridas emocionales? ¿Cómo le ponemos una tirita a una herida emocional y dejamos
que se cure por sí sola?
Heridas emocionales ¿Qué son?
A lo largo de nuestra vida experimentamos diferentes y variadas situaciones. Como consecuencia de
algunas situaciones desagradables podemos sufrir experiencias dolorosas que nos cuesta más trabajo
resolver.
Al igual que las heridas físicas que dejan cicatrices en nuestro cuerpo, las heridas emocionales dejan
cicatrices que se pueden ver manifestadas en la actitud y la personalidad de la persona que las padece.
Esto ocurre sobre todo cuando dejamos pasar nuestros problemas emocionales pensando que se
resolverán por sí solos con el paso del tiempo.
Las heridas emocionales se producen cuando un determinado acontecimiento o situación cercana nos
genera una emoción intensa de dolor, rabia, tristeza, miedo, desesperación, pánico,… y no lo resolvemos
de manera adecuada. Las heridas emocionales tardan más tiempo en curarse que las heridas físicas.
El sentir emociones negativas a lo largo del paso del tiempo entra dentro de la normalidad. El problema
comienza cuando no somos capaces de resolver la situación y el dolor que nos genera queda fijado en
nuestro interior, lo cual con el paso del tiempo acaba provocando una herida.
Creemos que el tiempo lo cura todo pero cuando hay heridas tan profundas como algunas heridas
emocionales, lo único que conseguimos es hacerlas más graves. Muchas veces creemos que con el paso
del tiempo seremos capaces de cerrar la herida pero no es así. Nos acostumbramos a vivir con esa carga
pensando que con el tiempo lo olvidaremos y no nos damos cuenta que cada vez somos menos capaces
de enfrentarnos a ello.
¿Cómo se detectan las heridas emocionales?
Las heridas emocionales tienen algunas similitudes con las heridas físicas. Cuando observamos alguna
cicatriz de nuestro cuerpo, nos viene el recuerdo de cómo nos la hicimos, con quien estábamos, si nos
dolió mucho, etc…
Con las heridas emocionales ocurre algo muy semejante, cada vez que “vemos la herida emocional”
hacemos un repaso de manera inconsciente al suceso, situación o persona que nos hizo daño. De este
modo cuando accedemos al recuerdo, activamos las heridas y las emociones que se encuentran asociadas.
Volvemos a sentir miedo, rabia, impotencia… e incluso se puede perder el control de las propias
emociones.
2. Cuando vivimos experiencias dolorosas, las emociones toman el control de la situación, nos impiden ser
objetivos y racionales y hacen que nos sumamos en la más absoluta tristeza, rabia y demás sentimientos
negativos. Nos creemos incapaces de aceptar y afrontar la situación y cada vez que la recordamos
aparecen de nuevo los problemas en la autoestima y el resentimiento.
¿Habéis escuchado eso de que “el pasado siempre vuelve”? El pasado a veces vuelve en forma de heridas
emocionales cuando no conseguimos interiorizar eso que tanto daño nos provocó hace tiempo. Las
heridas emocionales del pasado vuelven atacando nuestra autoestima y personalidad en forma de
inseguridades y miedos haciendo que a veces nos comportemos de manera más agresiva con los demás,
perdamos el autocontrol en determinadas situaciones,…
Somos el resultado de todo lo que hemos vivido.
Las 3 heridas emocionales del pasado que no te
dejan avanzar
Edith Sánchez· 16 febrero, 2020. Este artículo ha sido verificado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez
Cuevas al 23 abril, 2018.
Dicen que el pasado siempre está sucediendo y eso es cierto. Cada día de nuestra vida es el fruto de lo
que traemos a cuestas. Por más que eliminemos de nuestra conciencia los hechos que ya ocurrieron, todos
ellos están presentes en lo que somos hoy y seremos mañana. Por eso es tan importante sanar las heridas
emocionales del pasado.
Con las heridas emocionales del pasado ocurre algo similar a lo que sucede con las heridas físicas. Si sanan
y cicatrizan, dejan una huella, pero ya nunca más vuelven a doler. En cambio, si no se tratan
adecuadamente, una y otra vez causarán molestias. Puede que se abran de nuevo o incluso, empeoren.
“Cuando sanamos los recuerdos de nuestra vida, el presente se ve de otra forma”.
-Bernardo Stamateas-
Muchos piensan que basta con olvidar lo ocurrido, no pensar en ello, o no darle importancia. Sin embargo,
esto no se logra con la simple decisión de hacerlo. En la práctica, todas las heridas emocionales del pasado
se mantienen vigentes, a través de un proceso inconsciente. Veamos tres de esas huellas emocionales que
pueden seguir gravitando sobre la vida y afectándola negativamente.
1. Heridas emocionales del pasado relacionadas con la autoestima:
A veces el amor propio se ve seriamente puesto en entredicho por experiencias del pasado. Las diferentes
formas de rechazo generan sufrimiento, sin importar las condiciones en las que se produzcan. Es algo que
a cualquier ser humano le duele.
Cuando ese rechazo es sistemático, se ha producido a edades tempranas o proviene de figuras muy
amadas, se convierte en una herida emocional que es difícil de sanar. Las burlas, ridiculizaciones,
3. desvalorizaciones, críticas constantes o culpabilizaciones infundadas, hacen mucho daño a quien es objeto
de ellas.
Los daños al amor propio son heridas emocionales del pasado que pueden pesar toda la vida. En algunos
casos, nunca pueden sanar del todo. Sin embargo, con una elaboración adecuada, siempre se consigue
que dejen de ser un lastre sobre la confianza en uno mismo, la asertividad y el sentimiento de optimismo
frente a la vida.
2. Heridas emocionales asociadas a la autonomía:
Las heridas emocionales relacionadas con la autonomía tienen que ver con aquellas situaciones en las que
se ejerció excesivo control sobre la persona. Lo usual es que alguna figura con poder sobre un individuo
haya ejercido un dominio arbitrario, lesionando de este modo la autonomía personal.
Estas heridas corresponden a todas esas acciones destinadas a limitar la libertad y la capacidad de decidir.
Ocurren cuando a una persona se le corrige y se le castiga frecuentemente, por razones poco claras.
También cuando se le desaprueba constantemente, o se le exige dar cuenta de sus actos hasta en los
mínimos detalles. Así mismo, cuando se le trata como inútil o incapaz.
Este tipo de heridas emocionales del pasado llevan a tener muchas dificultades para tomar la iniciativa o
decidir sobre diferentes aspectos. Hacen que la persona se vuelva sumisa y pasiva, o extremadamente
rebelde sin razón aparente.
3. Heridas emocionales del afecto:
Las heridas emocionales del pasado que más pesan son las del afecto. Tienen lugar cuando las personas
han sido víctimas de abandono, distanciamiento emocional o aislamiento. Quienes dan lugar a ese tipo de
heridas son fundamentalmente los padres durante la crianza. Ellos mismos pudieron haber sido víctimas de
prácticas similares, y las repiten con sus hijos sin ser plenamente conscientes de ello.
Las heridas relacionadas con la carencia de afecto llevan a que la persona se sienta inmensamente sola en
muchas circunstancias. Particularmente en aquellas en las que se sentía vulnerable. Genera la percepción
de no sentirse importante para nadie. También se crea la idea de ser poco comprendida o aceptada.
Esas heridas del afecto también traen severas consecuencias para quien las lleva. La principal de ellas es la
de convertirse en una persona altamente dependiente de los demás. Se necesita, constantemente, la
aprobación de otros. También se busca agradar a los demás, incluso pasando a veces por encima de sí
mismos. El estado de ánimo es muy variable, siempre en función de la actitud de otros.
Todas estas heridas emocionales del pasado entorpecen la vida. Lo usual es que detengan el crecimiento y
la evolución en uno o varios aspectos de la personalidad. Por lo tanto, es muy importante saldar las
cuentas con ese pasado que a veces determina poderosamente cada día. El camino para ello es un
proceso de reflexión que conduzca a hacer conciencia sobre lo ocurrido y la forma como impactó.
Heridas emocionales en la infancia, ¿cómo se producen?
Durante los primeros años de vida o incluso durante las primeras experiencias es cuando se producen las
primeras heridas emocionales e incluso a veces, las heridas más profundas y que más marcan el desarrollo
4. y la personalidad de las personas. A veces se trata de creencias tan fuertes que impiden el desarrollo y el
avance en el momento presente afectando a nuestras emociones cuando somos adultos. Por todo ello es
muy importante educar en valores a nuestros hijos en valores.
Entre las heridas más frecuentes producidas en la infancia podemos encontrar las siguientes (entre muchas
otras):
Miedo al abandono producido cuando alguna de las figuras de apego no responde como protección
frente a los miedos e inseguridades del niño. Esto genera heridas emocionales como inseguridad y
dependencia emocional en la vida adulta. Técnicas de modificación de conducta en niños.
Miedo al rechazo y a la traición ocasionado cuando los niños sienten que sus padres, amigos o figuras
más cercanas les rechazan por diversos motivos y/o cuando sienten que se les prometen muchas cosas
pero nunca se cumplen. Esto ocasiona que en la vida adulta esas personas se auto rechacen a sí
mismas, no se valoren lo necesario e incluso prefieran estar solos y aislados del resto.
La violencia y humillación o lo que es más conocido actualmente como bullying ya sea en entornos
como escuelas o el hogar hacen que la persona que los sufre se convierta en un adulto con una
autoestima baja e incluso tienda a la depresión cargando en una mochila muy pesada todos los
recuerdos de las humillaciones que sufrió.
Miedo a lo desconocido producido cuando los padres o figuras de referencia subestiman los miedos
del niño y les dicen que no sean cobardes por su miedo por ejemplo al agua, a quedarse solos,… A
todos nos ocasiona miedo lo desconocido y a los niños en pleno desarrollo más aún ya que para ellos
todo es nuevo. Si no se respeta y se actúa con paciencia, se pueden formar adultos con muchas
inseguridades y con miedo a los cambios. Descubre la importancia de las neuronas espejo.
Todas las experiencias influyen en nuestra personalidad y nos modifican por dentro (qué es la
neuroplasticidad y la capacidad del cerebro de cambiar). Cuando con el paso de los años volvemos a
revivir esa herida emocional que tanto daño nos ha causado, nuestro niño interior vuelve a actuar como si
estuviera en peligro y hace que actuemos de una manera que quizás no es la más adecuada.
Según Cindy Chafoya, psicóloga con especializada en programación neurolingüística; “las heridas
emocionales tienen sus causas en situaciones y problemas vividos en dicha etapa que no fueron superados
en su momento; de hecho, muchas de esas vivencias dejan cicatrices en lo más profundo del inconsciente
y desde ahí ejercen su influencia sobre la vida diaria, aunque la mayoría de las veces ni siquiera se es
consciente de ello”.
¿Qué ocurre cuando sufrimos heridas emocionales por una relación
sentimental?
Las heridas emocionales también influyen en las relaciones de pareja. Todos nosotros tenemos un pasado
que puede influir para bien o para mal en nuestro presente y en este caso, en nuestra relación sentimental
actual.
Al mismo tiempo, se pueden crear heridas emocionales con relaciones de pareja fallidas ya sea por
infidelidades, finales trágicos y/o inesperados, periodos de mucho sufrimiento,… lo que puede generar
5. problemas en relaciones futuras. Cuando se ha dejado varias relaciones por diversos motivos, la persona
en cuestión va adquiriendo unos miedos e inseguridades en relación consigo mismo en la pareja o con el
tipo de parejas que ha tenido, lo que le lleva a posibles dificultades, problemas como por ejemplo
dependencia emocional y miedos.
Un paso fundamental es no negar lo que sentimos en cada momento y evitar ocultar nuestras heridas
emocionales ya que lo único que conseguimos es hacer nuestras heridas más profundas. En casos así, es
importante solucionar los conflictos internos pasados para que no interfiera negativamente en nuestro
presente y futuro.
¿Cómo sanar las heridas emocionales?
Muchas personas opinan que lo más importante para no sufrir es centrarse en el momento presente y
dejar el pasado atrás. Se nos olvida que en la actualidad somos lo que somos gracias a los momentos
buenos y malos que hemos vivido con el paso de los años, a las personas que nos han ayudado pero
también a las personas que tanto daño nos han hecho, a los caminos que hemos seguido pero también a
los caminos que hemos dejado ir.
Nuestro cerebro guarda las experiencias emocionales y los recuerdos pero lo importante en el momento
presente no es tanto lo que ocurrió y nos hizo daño, sino cómo lo vivimos ahora. No debemos obligarnos
a olvidar ese suceso que nos marcó la vida sino intentar pensar en él de manera que ya no nos haga daño.
Llegados a este punto te preguntarás que debes hacer para sanar tus heridas emocionales y que al mismo
tiempo esas heridas dejen de hacerte daño y obstaculizar tu vida.
Lo primero que debes saber es que una herida emocional no cicatriza en un par de días ya que lleva un
proceso lento y costoso. Acepta tus heridas emocionales como una parte más de tu persona y de tu
historia. Es importante que recuerdes que dentro de lo malo siempre hay algo bueno y que de todas las
experiencias que vivimos a lo largo de nuestras vidas podemos sacar una enseñanza y un aprendizaje.
Perdona a la persona o situación que te haya provocado tus heridas emocionales. De este modo, te
sentirás más liberado de la situación que te causa dolor. Cuando te enfrentes a un problema que se
asemeje o te recuerde a lo que ha causado tus heridas emocionales, mantén la calma y analiza el
problema antes de actuar de una manera precipitada.
Cuídate y dedícate tiempo, practica deporte y/o ejercicios de relajación y mindfulness, intenta ser positivo y
ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío.
Finalmente te recomiendo que acudas a un psicólogo especializado que trabaje contigo en un proceso
terapéutico tus miedos e inseguridades para aceptar tu pasado, afrontar tu presente y vivir tu futuro como
mereces. Al fin y al cabo, las heridas emocionales son una carga que con el paso del tiempo se vuelve cada
vez más pesada. Tú y solo tú tienes el poder de acabar con esa carga emocional.
“No permitas que tus heridas te transformen en alguien que no eres” (Paulo Coelho).