El documento discute la evolución de la historia imperial como disciplina académica. Explica que la historia imperial antigua se centraba en la cultura occidental y era impartida principalmente por hombres blancos, mientras que la historia imperial moderna es más interdisciplinaria e inclusiva de diversas perspectivas. También destaca la necesidad de adoptar un enfoque comparativo e interconectado al estudiar diferentes imperios a lo largo del tiempo y el mundo para comprender mejor su naturaleza y evolución.