Las rebeliones populares se han vuelto más comunes en todo el mundo en los últimos años. Muchas de estas rebeliones se han iniciado en respuesta a problemas económicos como la desigualdad, la corrupción y la falta de oportunidades. Sin embargo, las rebeliones a menudo conducen a más conflictos y violencia a menos que se aborden las causas subyacentes de la insatisfacción a través de reformas políticas y económicas significativas.