Planificacion Anual 2do Grado Educacion Primaria 2024 Ccesa007.pdf
Individuo y sociedad
1. Individuo y Sociedad<br />El ser humano tiene dos dimensiones: individuo en sociedad y persona en relación. Individuo y persona no son dos partes de su ser ni forman dos realidades. El ser humano es individuo y es persona en la unidad de su ser. Se manifiesta como individuo dentro de una sociedad como ser-en-el-mundo y ser-con-los-demás (Heidegger). Su individualidad echa sus raíces en la corporalidad de su ser espacio-temporal. No puede surgir a su plenificación y realización sino aprovechando lo que le rodea y el tiempo que vive. Por otra parte, su realidad personal trasciende su dimensión sensible e histórica y le permite constituir su conciencia primordial o auto-presencia, a la cual corresponde la libre auto-determinación de su voluntad. No sólo existe sino persiste a lo largo de los cambios espacio-temporales. Esto se explica porque la persona subsiste, esto es, existe en-sí mismo, en la realidad histórica, a lo largo del tiempo y a lo ancho del espacio.<br />El ser humano es un espíritu encarnado, cuyo ser constituye una fuente de unidad dinámica y de unificación interna, que llamamos persona. La persona significa interioridad propia, existencia en sí misma, permanencia trascendente, que recoge el pasado y adelanta el futuro en el presente de su conciencia racional y de su voluntad libre.<br />A diferencia de las plantas y los animales, traspasa las fronteras de su interioridad propia hacia la interioridad de los demás seres humanos, en la expansión y la comunicación del conocimiento y del amor. Así, establece con los demás un horizonte común, a través del diálogo propiamente humano, fundado en la verdad y el bien.Quienes dialogan en una auténtica comunicación se basan en la sinceridad de la verdad y en su voluntad de bien, al tiempo que buscan mayor verdad y mayor bien (Marcel). Por ser yo una persona y por comunicarme conmigo mismo, tiendo a comunicarme con los otros, en busca de mayor verdad y bien.<br />La comunicación auténtica establece un horizonte común entre los dialogantes y unifica su mismo ser. Se trata no sólo de un intercambio de ideas sino de una comunicación de interioridades personales, de una participación mutua de su ser. De este modo la comunicación humana modifica a las personas y enriquece sus valores. Por eso, podemos decir que resulta natural a las personas establecer la comunicación, el diálogo y el mutuo perfeccionamiento. Podemos entonces afirmar que la persona exige por naturaleza vivir en sociedad. El ser humano exige asimismo vivir en sociedad por su naturaleza biológica, ya que todo individuo nace de una pareja en una comunidad. Ya desde los cuatro meses y medio oye desde el seno materno los sonidos de su entorno (Tomatis). A una hora de su nacimiento, el bebé es capaz de localizar mediante el olfato el seno materno que lo alimentará. Su vista, al captar la maravilla de la luz, pronto le da a conocer su entorno, en el cual se irá ubicando y sobreviviendo. Si fuera abandonado, el pequeño sucumbiría ante las carencias y los peligros que le rodean. El ser humano nace, crece y se desarrolla dentro de la familia y la comunidad humana.<br />Otro aspecto del desarrollo del ser humano es el nivel lingüístico y psicológico. Mediante sus sentidos, desde pequeño capta las señales y los signos que le abren el mundo de los valores humanos, comenzando por el cariño materno y familiar, y culminando en su autonomía personal y su ubicación en la sociedad. Las necesidades físicas son otro motivo de la socialización del ser humano, cuyo origen está en su dimensión corporal o material. No es posible que el individuo solo pueda satisfacer sus más elementales necesidades. La sociedad ha de proporcionar a cada ser humano las condiciones para vivir y desarrollarse; es decir, resulta necesaria para la integridad y para la realización de las personas.<br />Podemos concluir de lo anterior que la sociedad debe ofrecer a los individuos un conjunto de posibilidades de desarrollo. A esto se le llama bien común. Se trata del fin mismo de toda sociedad. No está constituido por la suma de los bienes individuales o particulares ni por los bienes públicos, comunes a todos. <br />El fin de la sociedad no es el bien particular ni el conjunto de bienes individuales de las personas que la constituyen. Esta concepción contiene el peligro de un individualismo a la vez que de un colectivismo, ya que la sociedad podría respetar la libertad individual sin límites o proponerse como finalidad brindar a todos ciertos bienes controlados por el gobierno. No basta que los ciudadanos gocen de los bienes y servicios de utilidad pública o interés nacional, ni de buenas finanzas del Estado, ni de seguridad nacional, ni buenas leyes y costumbres, ni de sabias instituciones y tradiciones ni de una gloriosa historia nacional.<br />“El bien común comprende sin duda, todas esas cosas, pero con más razón otras muchas: algo más profundo, más concreto y más humano; porque encierra en sí, y sobre todo... la integración sociológica de todo lo que supone conciencia cívica, de las virtudes políticas y del sentido del derecho y de la libertad, y de todo lo que hay de actividad, de prosperidad material y de tesoros espirituales, de sabiduría tradicional inconscientemente vivida, de rectitud moral de justicia, de amistad, de felicidad, de virtud y de heroísmo, en la vida individual de los miembros de la comunidad, en cuanto todo esto es comunicable, y se distribuye y es participado, en cierta medida por cada uno de los individuos, ayudándoles así a perfeccionar su vida y su libertad de persona” (Maritain). El bien común está constituido por todo aquello de lo que pueden todos beneficiarse como personas humanas, desde el respeto a la vida y a la propiedad, pasando por los servicios educativos, hasta todo lo que le posibilita una existencia dignamente humana.De este modo, el bien común fraterniza a los individuos de una sociedad, convirtiéndolos en personas dentro de una comunidad donde pueden vivir, sobrevivir y desarrollarse, según las exigencias del ser humano tanto materiales como espirituales. <br />Por: Karla del Rosario Lara Limón “2do. Sem B”<br />