El brote de SARS en 2002 en China desencadenó una rápida respuesta internacional. Se identificó al coronavirus como el agente causante de esta neumonía atípica que resultó en más de 8,000 casos y 774 muertes en varios países antes de ser controlada en 2003, causando grandes pérdidas económicas. Investigaciones posteriores revelaron que el virus saltó de animales a humanos y se propagó rápidamente debido a mutaciones que lo hicieron unirse más fuertemente a un receptor humano.