El documento discute los desafíos de enseñar inglés en las escuelas españolas, incluyendo metodologías obsoletas, una alta ratio de estudiantes por maestro, falta de recursos, y comportamiento y hábitos de trabajo deficientes entre los estudiantes, resultando en pocos resultados a pesar de años de enseñanza de inglés. Propone ser autocríticos, renovar los métodos de enseñanza, mejorar la coordinación, y trabajar a largo plazo para ver mejoras.