El documento describe la arquitectura manierista en Europa entre 1530 y 1610. Rechazaba el equilibrio clásico en favor del contraste y la transgresión. Prefirió espacios longitudinales y salas estrechas. Usó variados materiales como piedra, ladrillo y mármol de forma suntuosa. Se analizan ejemplos como la Iglesia de Gesú en Roma y la Villa Capra cerca de Vicenza.